CAPITULO 2

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Estuve un rato más tirada en el sofá y, como me encontraba mejor, decidí ir a ayudarlas para que no se quejaran y no se enfadaran conmigo. Cuando llegué las dos estaban super concentradas haciendo cada una lo suyo hasta que me vieron.

- Mira, si se a dignado a levantarse la de la resaca- me dijo Mimi.

- ¿Has venido a molestar?- me preguntó Ana.

- ¿Por qué iba a hacer eso?- pregunté inocente, pero sabía perfectamente porque lo preguntaba.

- No te hagas la inocente que te conocemos- dijo Ana.

- Ahora enserio, vengo a ayudaros. ¿Qué queréis que haga?- pregunté ahora enserio.

- No necesitamos ayuda. Puedes irte al sofá si quieres- me dijo Mimi.

Me pareció raro como me lo dijo. Así de la nada parecía enfadada conmigo.

- ¿Estas enfadada conmigo?- la pregunté.

- No- me contestó secamente.

- Ana, ¿queda algo por hacer?- le pregunté ahora a Ana porque pasaba de discutir en este momento con ella.

- Ya lo tenemos casi todo hecho. Si quieres puedes poner la mesa- me dijo Ana y yo la hice caso y me fui al salón a ponerla.

Narra Mimi

¿Me había enfadado con Miriam? No. Solo era así con ella porque aunque tenga resaca debería de haber venido antes a ayudarnos. Cuando Ana y yo terminamos de hacer la comida, fuimos al salón y vimos que Miriam estaba terminando de poner la mesa. Ana y yo nos sentamos en el sofá a esperar a que las demás llegaran. Miriam se unió a nosotras un poco más tarde y se sentó en el otro sofá que teníamos, en vez de sentarse a mi lado. Creo que me había pasado un poco con ella y ahora está enfadada conmigo. Decidí levantarme y sentarme al lado suyo. Cuando me senté, la abracé y, para mi suerte, no se apartó.

- ¿Te has enfadado?- la pregunté en bajito.

- No- me contestó, pero yo sabía perfectamente que me estaba mintiendo. La conocía demasiado como para no darme cuenta.

- Si lo estás y no quiero que lo estés ¿vale? Yo no estoy enfadada contigo. Antes te he hablado así porque no me parecía justo que no vinieses antes a ayudarnos, nada más.

Silencio. No me contestaba y ni siquiera me miraba. La había jodido.

- Mirii, háblame por favor. Por lo menos mírame.

Ella giró su cara para mirarme y sin darme cuenta me besó. Okey, eso no me lo esperaba, pero me valía.

- Está todo bien- me dijo y me abrazó más fuerte.

Narra Miriam

No me había enfadado con ella, solo me estaba haciendo un poco la difícil para que así ella viniera y me abrazara. Aunque no me guste mucho dar abrazos, me encanta estar con ella de esa forma. Estuvimos un rato más sentadas en el salón hasta que llamaron al timbre.

- Serán estas. Voy yo a abrir- dije levantándome y yendo a abrir.

Nada más abrir, una personita que yo bien conocía se tiró encima de mí.

- ¡¡Prima!!- gritó Aitana.

- Hola amiga- dijo Mireya.

- Joder, no chilléis- dije yo mientras las dejaba pasar y le daba dos besos a cada una.

- Ellaa con resaca jajajja- me dijo Mireya imitándome como cuando yo hablo así.

Las cuatro se rieron de lo que dijo Mireya y yo les saqué el dedo. Parece que hoy era el día de fastidiar a Miriam.

- ¿Y Amaia?- las pregunté porque era raro que no habría venido con ellas.

- Ahora viene. Ella también se a levantado con resaca y la he dejado en casa preparándose. Como no queríamos esperarla porque iba a tardar mucho, pues Mire y yo hemos venido aquí-me contestó Aitana.

Amaia era la compañera de piso de Aitana y nos habíamos hecho muy amigas desde que estuve viviendo con ellas durante un tiempo. Era una chica bastante peculiar. En un principio parece como una niña, pero luego suelta comentarios un poco fuera de tono que si no la conoces te puede parecer raro. En fin, nos pusimos a hablar las cinco mientras que la esperábamos  y entonces sonó el timbre.

- Amor, vete a abrir tu ajjajaja- me dijo Mimi riéndose.

- Y tu vete un ratito a la mierda- la contesté mientras que iba a abrir la puerta. Y como esperaba, ahí estaba Amaia.

- Lo siento mucho por llegar tarde, soy un desastre. Es que casi no me podía levantar de la resaca que tenía. Lo siento mucho-me dijo a todo correr. Típico de Amaia.

- Tranquila, yo también estoy con resaca- la dije mientras que íbamos hacia el salón.

- Alaa, ¿enserio? Pues sigues estando igual de buena que siempre. Mírame a mi, parezco un zombi- dijo ella tan tranquila.

- ¡¡Amaia!!- le dijimos todas a la vez.

- Jo lo siento, lo siento- dijo ella.

Después de una de las típicas frases de Amaia, todas nos sentamos en la mesa para empezar a comer. Como siempre que nos juntábamos, no parábamos de hablar de tonterías y de cosas más serias, pero sobre todo de tonterías.

Enseguida se nos hizo tarde y las chicas se tenían que ir porque al día siguiente, como era lunes, todas teníamos que trabajar. Yo quedé con Mireya para ir a trabajar juntas al día siguiente. Cuando se fueron, Ana, Mimi y yo nos quedamos un rato más hablando hasta que nos fuimos a la cama.

Ya era viernes y me levante para ir al trabajo a las ocho y media. Desayuné tranquilamente, me preparé y le puse una nota a Mimi, ya que no iba a estar en casa durante todo el día y no iba a volver hasta el día siguiente. La nota que le puse decía:

- Me he ido a trabajar. No te he despertado porque estabas muy mona dormida, parecías un bebe jajajaj. Ayer se me olvidó decirte que hoy había quedado con mi prima y unos amigos y que me iba a quedar a dormir en casa de mi prima. Nos vemos mañana y espero que tengas un gran día con tus niños. Te quiero.

Le dejé la nota encima de su mesilla y me fui a trabajar corriendo, ya que llegaba tarde a donde había quedado con Mireya.

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RELACION ESTABLE O ¿NO?~Miriam2Where stories live. Discover now