Capítulo diecisiete: Una loca.

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Capítulo diecisiete: Una loca.
Martin.

Comienzo del recuerdo.

"—¿Qué estás haciendo? –consultó escéptica a mi abrazo, su cuerpo entero estaba tenso y sus manos paralizadas a su costado. —Eres muy raro. Suéltame o en serio comenzaré a asustarme. –murmuró cuando solté un sollozo. Oh Dios, su voz, su jodida voz.

Otro sollozo.

»—Si no me dices qué te ocurre no podré siquiera intentar ayudarte. –volvió a murmurar. —Novio falso de Jackie. –me llamó en un susurro. —No es para que te sientas avergonzado pero varias personas nos están mirando de manera extraña.

No me separé al instante pero luego de hacerlo limpie las lágrimas derramadas con el dorso de mi mano, una de sus pobladas cejas estaba arqueada, su entrecejo levemente fruncido y su rostro se ladeó hacia un costado.

»—¿Por que se supone que estás llorando? –consultó. Sonreí cuando un recuerdo de su mismo rostro con dos años apareció delante de mis ojos. Vaya, aquel recuerdo ahora tenía un suplantador.

—Charlotte. –pronuncié, apenas audible para ella. Sólo estaba probando como seguía sonando en mis labios con ella delante y no por alguna parte del mundo, perdida, lejos de nosotros.

—¿Cómo es que sabes...? –su pregunta quedó en el aire cuando bajó la vista a su collar. —Oh claro, lo has leído. –comprendió, soltó una risita y luego volvió a tornarse seria. —¿Tenías a alguien importante llamada así?

—Tú eres ese alguien. –contesté de inmediato, ella frunció su entrecejo y dio un paso atrás.

—Imposible. –murmuró. Con la mirada aún clavada en ella llevé mi mano hasta mi cuello, donde colgaba la otra mitad de su collar. —No, no puedes ser tú. –negó con la cabeza varias veces mientras yo jalaba la cadena plateada hacia adelante, mostrando el dije.

—Si soy yo, Charlotte. –volví a utilizar su nombre verdadero, ella enloqueció.

—¡Me llamo Amanda! –chilló, su voz se quebró, comenzó a intercalar su mirada entre el objeto y mi rostro. —Tú no puedes ser mi hermano. –sus palabras me dolieron, sentí un pinchazo en el corazón y apreté el dije en mi mano. —No puedes ser él, le has quitado su collar. –esta vez yo fui quien negó con la cabeza muchas veces hasta que ella gritó. —¡Mi hermano está muerto!

Eso me tomó fuera de base."

Fin del recuerdo.

—Así que hermanos, eh. –el primero en hablar tras lo contado fue Esteban, nos habíamos reunido para hablar de lo que ocurrió.

Mamá era un valle de lágrimas, tenía apretada entre su pecho a mi ya no desaparecida hermana mientras que ella intentaba reprimir sus lágrimas, no sabía porque lo hacia, hasta yo tenía los ojos rojos e hinchados de tanto llorar. Aún más después de todas las cosas que se acumularon en un sólo día, ayer.

Habíamos ido a retirar la prueba de ADN que nos hicimos para que ella confirmara que seguía vivito y coleando, al abrirla su asombro fue realmente impresionante y luego de pasarlo el brinco que dio hacia mi fue aún más increíble, suspiré con alivio cuando la sostuve entre mis brazos después de dieciséis años sin hacerlo.

Cuando llegamos a la mansión Lohan, hace aproximadamente dos horas, y luego de mostrarle aquel papel a mi madre llamamos a los chicos, o sólo a Esteban porque era el único que faltaba. Mientras yo hablaba con las seis personas frente a mi, Martina paseaba su mano por la espalda de mi hermana, ella la conocía mejor que nosotros, estaba seguro. Aún no hablaba con Jackeline para contarle lo que pasó en aquella tienda pero tampoco sabía si deseaba o debía hacerlo, no despues de ver cómo aquel muchacho besaba sus labios y pronunciaba aquellas tan fuertes palabras.

Me sentía traicionado y de algún modo decepcionado, sabía que no éramos nada y ella no me debía nada a mi, yo tan sólo era su excusa para hacer rabiar a mi ahora hermana pero joder, me dolía, de verdad me dolía que ella sólo me viera como un simple juego y no me tomara en serio.

"—Hace mucho que a Jackie no le gustan las relaciones serias. –la voz de Jazmine me hizo girar a verla. Estábamos sentados esperando que ella y los chicos trajeran los helados, en eso habíamos quedado. —La lastimaron y se aferró a ese dolor para no caer de nuevo en eso, si te gusta no la presiones, deberías esperar a que sea ella quien venga y te diga que le gustas. –deje de mirar a la pelinegra para prestarle atención a ella. —Es mi mejor amiga, la conozco como la palma de mi mano Martin, tal vez al comienzo quiera lastimarte para alejarte, no quiero que tú te vuelvas como ella en un futuro."

No quería acabar de aquel modo, entendía que ella tenía miedo a volver a salir lastimada pero aquello sonaba ahora tan irónico cuando ese chico le dijo tan importantes palabras.

Suspiré.

—¿También vivirás en el depa de Martin? –consultó Esteban mirando a la castaña, ella negó con la cabeza.

—Vivo con Martina en nuestro propio apartamento mientras acabamos las clases, no quisimos vivir con nuestros tíos, con esa condición fue que vinimos acá. –contestó, giró a verme y luego a ellos. —Además tengo una conversación pendiente con mis padres, debo volver a España para resolver todo este desastre. –los chicos asintieron comprendiense alejó de la castaña y se puso en pie, pidiendo disculpas y ofreciéndonos chocolate caliente.

Charlotte se acercó a mi, limpié sus lágrimas con mis pulgares y luego la atraje a mis brazos en un abrazo. Dios, se sentía tan bien tenerla de vuelta. Cerré los ojos por unos segundos, disfrutando el momento, guardando el recuerdo en mi cerebro y la sensación agradable que se había instalado en una parte de mi pecho. Muy a pesar de lo que había pasado me sentía completo, después de todo la había recuperado a ella.

—Ains, se ven tan tiernos. –dice risueña Jazmine, al abrir los ojos me encuentro con todos ellos observándonos.

—Me alegra muchísimo que se hayan encontrado. –murmura con una sonrisa Evan, le devuelvo la sonrisa.

—Pensé que cosas como estas no ocurrían en la vida real. –susurró una melancólica Evaluna mientras secaba lágrimas invisibles de sus mejillas.

Charlotte apenas se alejó un poco de mi, elevó su vista y me observó con una sonrisa pintada en los labios y con los ojos cristalizados.

—A mí me alegra tanto haberlo encontrado. –todos soltaron un ains comunitario, sonreí irónico.

—Realmente fui yo quien te encontró. –ella rió, al igual que los chicos y volvió a lanzarse a mis brazos.

—Gracias por hacerlo.

La escena que estamos dando se podía malinterpretar perfectamente con otra totalmente errada, ahora mismo no lo veía así, mis amigos ya sabían todo y yo no me privaría de ser cursi y tonto junto a ella. Había pasado muchísimo tiempo sin ella, la había extrañado muchísimo, y apesar de que no estuve para cuidarla desde hace un buen rato ahora me convertiría el jodido hermano celoso y sobreproctector. Una buena docena de golpes le esperaban a cualquier idiota que quisiera dañarla. Joder, tenía mi hermana de vuelta.

Mi hermana.

Pero que bonito se escuchaba. Mi sonrisa aumentó al pensar en aquello, unos pasos lejanos llamaron un poco nuestra atención porque antes de ellos la puerta principal había sido abierta y cerrada, los pasos cada vez estuvieron más cerca y cuando Jazmine nos sacó una foto con su celular una novena persona llegó a la sala.

—Joder, así te quería encontrar. –de manera instantánea giré mi rostro hacia aquella chica. No solté a mi hermana al verla y ella tampoco lo hizo, no estábamos haciendo nada malo pero claro, Jackeline Lohan no lo sabía. —¡Joder, ya sueltala! –y la odiosa y busca problemas de mi hermana se apretó más a mí.

No, no era una loca, eran dos.

¿Por que me pasaba esto a mi?

El nacer de un deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora