Cartas

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Han pasado semanas desde que no he visto a Vicente. Dejé a uno de mis tenientes a cargo de una parte de mi ejército para hacerle frente a las tropas de Guerrero en lo que yo me dirigía a combatir las demás fuerzas insurgentes, espero que no arruine mis relaciones con el insurgente.

-¡BAMMM!- ¡Disparen los cañones!-

Había caído en la trampa de Iturbide, me había engañado, el pretendía que fuéramos aliados, esto es muy extraño. En verdad parecía quererlo. Aunque he de decir que las tácticas que está usando no son propias de él.
¿En verdad es él? O ¿El virrey ha cambiado de general? ¿Qué le ha pasado? ¿Lo habrán descubierto? ¿Estará bien? Necesitaba encontrarlo.

- ¡General! Le han enviado una carta, no sé quién la mandó-. Dijo un soldado con voz agitada.

-Tráigala ante mi y retírese, soldado-.

El soldado se acercó y se la entregó a Guerrero para después retirarse.

Guerrero abrió la carta algo nervioso y procedió a leer:

General Vicente Guerrero:

Tengo el placer de enviarle la primer carta de muchas. Quiero informarle que me he retirado con la mitad de mis tropas y he dejado a uno de mis mejores tenientes  a cargo. El no sabe de la unión que planeamos, y cómo usted y yo aún no llegamos a un acuerdo, sólo queda seguir combatiendo. Para demostrarle mi buena voluntad, le he adjuntado otra pequeña carta dónde están las estrategias del General ...

Cualquier duda que tenga con respecto a la alianza puede hacérmela saber a través de cartas cómo ésta.

Espero con ansias su respuesta.
A. I.

Ahora estaba claro para Guerrero, sus sospechas eran ciertas, no estaba peleando contra Agustín, sino más bien contra otro realista. Vicente se sintió aliviado de que Iturbide no lo había olvidado y que aunque ya no se podían ver cara a cara, podía seguir manteniendo comunicación con el interesante general que conoció en el bosque. 

Cómo la situación no se prestaba a romanticismos, Guerrero volvió en su papel de militar y procedió a cambiar su estrategia contra los realistas logrando una victoria más a los insurgentes.

Días más tarde le llegó una nueva carta a Guerrero, era de Iturbide, el cual decidió explayarse mejor en sus ideales que perseguía ya que tras el último encuentro,  no tuvo oportunidad de explicarle bien su plan. 

Guerrero sacó papel, tinta y pluma para empezar a escribir una carta de contestación a Iturbide. Como aún tenía muchas dudas con respecto a Agustín, ya que le parecían sus propuestas una libertad a medias, se dispuso a dejar en claro cuáles eran sus ideales, la lucha por la justicia social para dar fin a las barreras raciales de la época, así como la independencia definitiva con España. 

Tras varias batallas y cartas de por medio, Guerrero no accedía a una unión con Iturbide, así que Vicente le exigió a Agustín que si este no estaba de acuerdo  con la proclamación de la independencia, por mucho que su corazón le hablara, Guerrero puso la patria como prioridad y le dijo a su amigo que no iba a aceptar ninguna alianza si este no apoyaba la causa de los insurgentes, ya que de lo contrario,  se las vería con él en el campo de batalla. A Iturbide no le quedó de otra que aceptar tal petición, ya no quería más derramamientos de sangre.

Iturbide, en consecuencia, llegó a la conclusión que ya era tiempo que se vieran y que expresarán sus sentires frente a frente, ya que en tinta era imposible de explicar. Además, que mejor forma de sellar su alianza.

Guerrero tras enterarse de esta propuesta, sus sentimientos revivieron de lo más profundo de su corazón, y sintió una fuerte emoción. Lo iba a volver a ver, y ya no como enemigos.

Iturbide, por su parte, también estaba emocionado, no solo había logrado convencer a Vicente , si no que tendría una oportunidad más de verlo. 

Ambos sintieron que debían prepararse bien, preparar lo que iba a decir y que impresión querían dar. Ya no habría nada que esconder.  

Abrazo Entre CaudillosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora