Lo dos Iturbides

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Con la carta en el pantalón y el deber por delante, se dirigió a paso calmado al campamento.

Mientras se dirigía hacia la cabaña de Iturbide, se preguntaba quién era ese tal Juan de O'Donojú, pues sabía que había escuchado ese nombre en algún lado pero nada más no lograba aterrizar ese recuerdo,  y lo pero de todo es que su concentración no mejoraba con los molestos murmullos de a los soldados  que no paraban de hablar de Ana Maria.

-Lo que daría por una vieja ahorita-

-Que suertudo es el general, mi vieja nunca vendría por mí-

-No está tan guapa, pero está la piedra pa'l chingadazo...

Ese tipo de comentarios  era lo único que ambientaba el camino hacia su destino, Guerrero ya estaba por llegar a sus límites de su paciencia hasta que se cruzó con una apurada Doña Xochitl con una bandeja de café de olla y pan dulce.

-Doña Xochitl...- llamó con un tono preocupado- ¿Adonde lleva ese café y pan dulce? Usted sabe que esos alimentos son muy difíciles de conseguir...-

-Lo sé, niño Guerrero, pero la "señorita" Ana Huarte de Iturbide quería chocolate con tarta de frambuesas ¿Usted cree?, así que le ofrecí tepachito y tortilla porque no tenemos más que eso, y la Doña se enojó,  la muy ingrata, pero como no tengo de otra, le voy a llevar lo más parecido que es café y pancito dulce...-

A Guerrero de solo escuchar " De Iturbide" se le helo la sangre...otra vez esa extraña sensación de antes, y no pudo evitar externar sus sentires en su rostro.

-Niño Guerrero ¿se encuentra bien?, está pálido-.

Guerrero salió de su trance.

-Si Doña Xochitl.- suspiró - Qué mujer tan extraña, parece que no sabe que estamos en guerra...yo mismo le llevaré esa bandeja- Doña Xochitl dio dos pasos atrás para que este no la tomara.

-No señor, sí yo no llevo esto Ana María se va a enojar más, y si de por si no quiero que se enoje conmigo, mucho menos con usted-.

-Entonces la acompaño, de todas formas tengo que hablar con Agustín, le llegó una carta-.

Ambos caminaron a la tienda de Iturbide, y una vez estando ahí, abrió la cortina para dar paso a Doña Xochitl.

*

-Estoy embarazada- La palabra Ana Maria había coincidieron con la llegada de Guerrero y compañía,

 -¡Vicente!- dijo Iturbide ignorando la "alegre noticia" que su esposa le había dado. Pero Guerrero  se había quedado helado a la entrada de la tienda.

Doña Xóchitl que también se había quedado impactada por la noticia, de forma involuntaria y se dirigió a consolar al sureño.

-Señorito Guerrero, tome un poco de esto le hará bien- Doña Xochitl le pasó la taza de café, pero Ana María, como de costumbre, interrumpió:

-¡Ajam! - carraspeo- ¿No van a felicitarnos?- Todos voltearon a verla -Tendremos un hijo, además yo fui la que pidió esa bebida- Ana María se apresuró y tomó la taza de café y bebió un sorbo, mismo que volvió a escupir dentro de la taza con cara de disgusto- ¿Qué es este brebaje?¡¿Acaso quiere envenenarme ?!-

-Es café de olla- dijo Guerrero, defendiendo a doña Xóchitl una vez que logró recuperar su compostura. - Es lo que solemos beber tomar en algunas ocasiones para celebrar batallas ganadas o despedir a los soldados dentro de esta guerra, es de las pocas bendiciones que nos podemos dar.- con cada palabra Guerrero se enojaba más, no sólo por el cinismo de aquella mujer, si no por todos los sentimientos encontrados que sentía arraigarse en sus entrañas.

Abrazo Entre CaudillosWhere stories live. Discover now