Abrazo Entre Caudillos

Nuestro Futuro

Mientras terminaban de alzar la tienda, Iturbide pensaba algo creíble para decirle a su ejército, aunque había escuchado lo que doña Xochitl había dicho, ya no sabía que hacer para que el virrey se convenciera .
Por su parte ,Guerrero se ponía su clásica gabardina oscura de siempre, le incomodaba un poco traer el uniforme del ejército realista y Agustín lo sabía.

- Han ido al oeste, no muy lejos de aquí, es para recoger municiones y seguir con la divulgación de mi plan - dijo Iturbide mientras acomodaba las solapas de su amigo.

- ¿Ya sabes que vas a decir ? - preguntó Guerrero.

-Tengo algo en mente -.

Iturbide subió al caballo, siempre había demostrado ser buen jinete, y a Guerrero le gustaba.

-Sube, no creo que quieras caminar...-

-Pero...- dijo extrañado Vicente.

-¿Quién nos va a ver?- contestó Iturbide.

-Ahora no, pero ¿Después?... ¿Qué van a decir?-

- Pues eso pasa cuando te dejan sólo un caballo - dijo Agustín riendo , pero a Guerrero no le causó gracia.

- Bueno, hombre, sube, cuando estemos cerca, si quieres te bajas...-

Guerrero subió temeroso e Iturbide le tomó las manos para acomodarlas en su cintura.

- Deberías darme a mí las riendas, también soy buen jinete ...- dijo Vicente con un aire juguetón pero Agustín sólo soltó una risa burlona y echó a andar el caballo.

Cabalgaron admirando el paisaje, ambos recordaron su juventud en la naturaleza, Iturbide en la hacienda de su padre y Guerrero en su trabajo como arriero.

La cabalgata no fue larga pero los dos sintieron que había pasado mucho tiempo, quizá fue porque estaban inmersos en sus pensamientos o quizá fue por la cercanía que tenían, una extraña melancolía llenaba sus mentes al ver el paisaje desolado, estaban en una guerra donde ambos podrían morir, en una triste realidad donde aunque ganaran, no podrían estar juntos en paz absoluta sin ser juzgados. Pocos serían los momentos donde podrían estar como lo estaban en ese momento, con ese pensamiento en la cabeza Guerrero agarró más fuerte la cintura de Iturbide y hundió su cabeza en el cuello cerrando los ojos para poder grabar las sensaciones que sentía en ese momento.

-¿Sucede algo?- dijo Iturbide volteando para ver a Guerrero y bajando la velocidad del caballo al sentir ese extraño abrazo.

-Te das cuenta que si perdemos esta guerra ambos moriremos- dijo Guerrero todavía sin voltear a ver a Iturbide.

-Es un riesgo que estoy dispuesto a aceptar- Iturbide le tomó suavemente el brazo a Guerrero -Con tal de darte la libertad a esta tierra-.

Guerrero abrió los ojos con estos llenos de lágrimas al borde de caer.

-Pero que sí ganamos, nuestra relación nunca será aceptada- una lágrima calló.

Iturbide lo miró buscando respuestas, pero la mejor que pudo darle fue un tierno beso y siguieron cabalgando. Como hubieran querido que ese momento durara para siempre.