ᴅᴀʀᴋɴᴇss ✨ p.jimin • p.chaeyoung

v e i n t i d ó s

[ Advertencia: Sorpresa de la autora al final ] 

🌔

El silencio antes del caos siempre era el más temible.

La paz era similar a la que precede a una tormenta, el ambiente era asfixiante y el día se había vuelto gris, lúgubre y aterrador. Dentro de la sala principal de la mansión, los jóvenes hechiceros aguardaban sentados sin saber que más hacer en esos momentos. La fatiga era evidente en sus rostros serios y empañados con preocupación, rememorando de vez en cuando todo lo vivido el día anterior.

Hoseok, Jungkook, Namjoon y Yoongi permanecían esperando pacientemente, cada uno sentado en distintos sofás de la estancia. Esa mañana había sido difícil para todos levantarse y arreglarse por algo más que la mera formalidad; la tensión en el aire solo sugería la falta de emoción por lo que ocurriría a continuación. No había peor castigo que la incertidumbre, torturar a tu mente con cada una de las posibilidades más atroces. Pensar en la desgracia era tan sencillo, y el miedo solo se alimentaba de cada uno de esos pensamientos.

Suspirando profundamente, Yoongi se removió en su sitio mientras sostenía su barbilla con su puño; había pasado la noche junto a Taehyung mientras pensaba detenidamente en lo que había ocurrido con Rosé y luego con Lisa. ¿Qué ocurría en la mente de su hermano? Las ideas parecían hervir en su mente, repetía una y otra vez las palabras de la rubia una vez había vuelto a la consciencia: "Hay más de una presencia en la mente de Taehyung..." eso era lo que había dicho Lisa, pero Yoongi no terminaba de comprenderlo. Es decir, los cuerpos solo podían poseer un alma, ¿Cómo era que en el cuerpo de Taehyung pudieran alojarse otras dos? ¿Serían almas? Nada tenía sentido en la mente de Yoongi, pero ya se estaba acostumbrando a no saber lo que pasaba a su alrededor.

Sus ojos grises se dirigieron a la ventana, podía ver desde su sitio el cielo nublado y las nubes correr a través del viento. Era extraño, apenas el día anterior había estado soleado y ahora parecía que un diluvio comenzaría en cualquier momento. Entonces un sonido atronador atravesó el aire, el destello de un relámpago llamó la atención de los hechiceros y lo siguiente que Yoongi supo –al sentir un escalofrío – fue que alguien había atravesado la barrera que delimitaba el territorio de la mansión.

Estaban de vuelta.

Como si todos lo supieran se levantaron de sus puestos y fueron inmediatamente a la puerta principal. Pronto salieron al pórtico de la mansión, esperando con ansias a que alguien apareciera frente a ellos. Casi podían escuchar sus propios latidos, mientras el aire golpeaba los árboles que conformaban el paisaje.

Entonces en la distancia pudieran apreciarse cuatro siluetas moviéndose hacia el exterior del bosque. Fue fácil reconocer a las jóvenes brujas, enfundadas en vestiduras elegantes, cubiertas por largas túnicas negras. La escena era digna de alguna leyenda antigua, cuando las brujas se movían con libertad por el mundo imponiendo con su mera presencia. Jisoo, Jennie, Rosé y Lisa caminaban determinadas hacia la mansión con su mirada justo sobre los jóvenes. Habían llegado en un instante gracias a Jennie, usando su magia la cual había sido la responsable de los relámpagos que habían explotado en el cielo minutos antes.

Mientras tanto, Seokjin y Jimin salían del invernadero dirigiéndose hacia la entrada de la propiedad. El mayor pudo sentir la presencia de alguien, apenas se había recompuesto de su episodio de llanto cuando el sonido de un trueno los sorprendió en el interior de la casa de cristal. Inmediatamente salieron al encuentro de las jóvenes brujas, quienes llegaron al pórtico justo cuando ellos mismos se reunieron con sus hermanos.