Capítulo 4: Rencores

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Yildiz POV

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Yildiz POV

Disparos.

Fueron el sonido estruendoso que molestó a mis oídos, me quitaron de mi más profundo sueño e hicieron que mi cansada vista volviera a encontrarse con el techo que anteriormente había visto hasta lograr dormirme. No sentía deseo alguno de levantarme, menos de tener la voluntad de sentarme en la cama. Mis manos viajaron hacia los costados fríos y libres de mi cómoda almohada, que se doblaron para tapar mis orejas con cabello incluido al contenerlo suelto.

Cerré mis ojos por segunda vez, no tenía idea de cuantas horas duro ese placentero momento de descanso en el que había estado sumergida pero maldecía con todas mis fuerzas no haber continuado con él, más aun sabiendo que no tendría un buen día hoy.

Suspire, abandonando la presión de mis manos sobre mí cabeza y bajándolas hasta dejarlas sobre el colchón. Tomé todas mis fuerzas necesarias para impulsar mi cuerpo a una posición donde mi espalda ya vaciaba el lujo de algo que la sostuviera y el frío me recorriera por toda la parte trasera de mi anatomía. Mis dedos se enredaron en mi cabello para acomodarlo hacia atrás y mis pies tocaron el suelo para quedarme en el borde de la cama.

Gritos.

Seguían jodiendo con su drama, apenas eran 8 estúpidos cadáveres... ¿Tanta masacre podían hacer? Exagerados de mierda. Bufe, bajando la mirada ante el problema que se hacían con esos estorbos que me quite de encima anoche.

Recogí mis botas, colocándomelas rápidamente y me levante de la cama. Dirigiéndome hasta el tocador, observándome al espejo para darme cuenta que mi cabello había quedado como la melena de un león luego de haberme acostado sin secármelo anoche. Me lo ate con una cola de caballo y no dude en maquillarme un poco, nunca podía faltarme aquello... sobre todo cuando tenía noches de mierda.

Las voces casi gritando y los zapatos resonando por el pasillo donde se encontraba la puerta de mi habitación eran incesantes, todo se había convertido en un alboroto. Pero estaba completamente indiferente al caos de afuera al tener en cuenta el por qué de aquello. Suspire tomando el cinturón con la funda de mi pistola y cuchilla, sujetándolo a mi cintura para terminar de cubrir mi espalda con la chaqueta de cuero que se encontraba en la silla. Mis manos acomodaron la parte del cuello para encaminarme hasta la salida de mi refugio y largarme al insoportable e innecesario delirio al que se adentraron las personas que cuidan este lugar.

Mis pasos encaminaron hacia la cocina, observando la preocupación en el rostro de los salvadores que pasaban casi corriendo por mi lado contrario, confundidos ante mí actuar poco preocupado. Me sorprendió que al llegar a destino, no se encontrará Shane como todas las mañanas haciéndole bullying a Zack conmigo, era divertido prepararse el café todos los días y joderlo hasta que nos mandará a la mierda. Era guapo, pero posesivo e imbécil, tenía que admitir que solo era uno de mis favoritos para simplemente tener sexo, pero vayan a hacérselo entender al pobrecito... ¡No lo logra!

LA HIJA DE NEGAN || The Walking DeadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora