Capítulo 22: Ni de un lado, ni del otro

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Carl POV

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Carl POV





Si les decía que no me dolía ni la uña pequeña del pie, les estaba mintiendo al 100%.

La golpiza en Hilltop durante las últimas horas fue una de las peores en toda mi vida, recordando adoloridamente como mi padre paso por lo mismo tiempo atrás cuando nos cruzamos con Negan por primera vez y entramos al santuario creyéndonos que éramos los únicos que podíamos comernos el mundo, viendo las consecuencias con el asesinato de Eugene así como lo hicieron con Rosita. Era la misma escena, solo que con diferentes actores, espacios y tiempos, pero... ¿Hasta cuándo?

Lo peor de la historia era que cuando creía que había sido suficiente con eso, Jesús con su revelación ocasionó la puñalada final para terminar de desilusionarme en mi deseo de unirlo a la causa de acabar con toda esta guerra innecesaria. Allí comencé a sacar mis propias conclusiones, dándome cuenta de las mentiras espantosas que se dedicó a refregarme en la cara en el momento que mi padre insistía con atacar el santuario y me enojé tanto con él.

Sin embargo, cabía destacar que por más trampa en la que hayamos caído, Rick Grimes no estaba dispuesto a dar tregua y desde mi lado, tampoco estaba queriendo dar el brazo a torcer en mi momento de paz.

Observaba la ventana de la pequeña enfermería de Alexandria con melancolía, el día era soleado y parecía agradable. Olivia se encargaba de tratarme y chequear mi estado de salud con constancia, aunque en cierta parte del día se iba de su zona de trabajo para visualizar como continuaba el listado de provisiones en la comunidad dejándome a cargo de Carol, que no dudaba en traerme a Judith para verla por lo menos cinco minutos al día.

Mi padre al venir en su búsqueda por la niña insistió en entrar para verme, pero sinceramente no quería y le había negado que apareciera. Me dolía, siempre la distancia se me hacía muy triste de asumir e implementar, pero la creía necesaria luego de tanto escándalo y seguir ignorándome en las inmensas peticiones de las cuales no me daba por vencido.

Unos pasos adentrándose al lugar y la puerta rechinando para cerrarse me hicieron girar la cabeza en su dirección creyendo que se trataba de Peletier, pero terminé encontrándome con la presencia de Michonne. Ella me entregó una suave sonrisa un poco penosa, tampoco se había acercado en estos días aunque sabía que estaba constantemente atenta a mi recuperación por palabras de la enfermera. Mi expresión fue neutral, no recibiría nada grato al conocer que fue la que se encargó de golpear brutalmente a Yildiz, que si bien también caí en sus mentiras por Rovia, ella era la que menos me decepcionaba porque conocía perfectamente de lo que podía ser capaz.

— ¿Cómo estás?

Atrajo una silla cercana a la cama, dispuesta a sentarse con la intención de hablar. No la echaría, no tenía la suficiente energía para hacerlo y tampoco entraría en discusiones absurdas, ya las experimente demasiado, terminando en nada.

LA HIJA DE NEGAN || The Walking DeadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora