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I'll be here.


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Aquel día lo que menos le importaba a la chica Thompson era aprender más sobre la Asamblea Medieval de Magos, sobre todo no después de haber tenido que hacer un ensayo en segundo sobre el mismo tema, de hecho, no entendía porque debía recibir otra vez una clase sobre aquella asamblea, esto le había llevado a pensar otra vez en la curiosa manera en que el profesor Binns hablaba una y otra vez sin cansarse del mismo tema mientras que para todas sus clases se hacían eternas.

Monótonas, esa era la palabra que Nina usó en primero para describir las clases con el fantasma luego de escuchar por casi una hora sobre Emeric el Malvado y confundirse con otro mago al que ya no recordaba el nombre. Soltó un suspiro y recargó su cabeza contra la mesa provocando un ligero ruido que llamó la atención de varios a su alrededor.

— Golpeándote no hará que la clase avance más rápido. —escuchó a su lado, giró levemente su cabeza para encontrarse con el rostro de uno de sus compañeros de casa.

— Quizás muera y evite mi sufrimiento. —respondió en un susurro.

— Si lo logras yo seré el siguiente.

— Hecho.

Para su suerte luego de una hora de sufrimiento logró salir de aquella clase, al igual que muchos, casi corriendo. Aun así, el aburrimiento para ella seguía cuando su rubia amiga le recordó que debía ir a la biblioteca, donde habían pasado más de veinte minutos leyendo, al menos ella pues al alzar la mirada solo se encontró con una escena algo divertida de ver.

Nina observó con diversión a su amiga que por varios minutos se había quedado observando a la nada mientras su boca atacaba su dedo índice, desde el día anterior que se comportaba de la manera más extraña, pero, aunque ella no le quisiera decir algo, ella intuía el porqué de su actuar.

— ¿Qué le pasa? —preguntó Ezra mientras se sentaba frente a ambas, Nina solo rio bajito.

— Esta así desde ayer en la mañana. —una sonrisa apareció en su rostro— Pregúntale tu si quieres.

El ceño del Ezra se frunció y con temor observó a la chica frente a él.

— ¿Caitlin?

— ¿Quieres ser mi cita para un baile? —preguntó logrando que sus amigos rieran.

— ¿Todo esto es por la fiesta que organiza tu madre? —preguntó con diversión Ezra logrando que ella asintiera y se encogiera en su lugar.

— Nina se niega a tomar la posición multijugos y si no llevo a alguien voy a ser condenada a que ella me consiga una pareja.

— Lo siento, pero aquella fecha en mi familia es muy importante. —habló el Slytherin.

— Cedric me debe un favor si quieres puedo...

— No. —rechazó— Lo único que tenemos en común Cedric y yo es la inicial en el nombre.

Nina rio ante lo que había dicho, pero no podía obligarla a aceptar por lo que solo desistió de seguir hablando del tema de Diggory, así que ignorando a la rubia intento seguir con la lectura de libro de Defensa contra las artes oscuras, mientras de fondo seguía escuchando los intentos de Caitlin por convencer a Ezra de que fuera al menos una hora cuando todo se quedó en silencio y a oscuras, la mirada de la Gryffindor se desvió del libro para concentrarse en la biblioteca vacía.

Un escalofrió recorrió su espalda, con cuidado se levantó y caminó entre las mesas hacia la salida, el frio de lo que parecía ser la noche la golpeo cuando llegó al corredor donde todo se veía igual que adentro: oscuro y silencioso. Se detuvo luego de caminar unos metros en medio del pasillo frente a una de las ventanas, sus manos comenzaron a temblar cuando el cielo se llenó de haces de luz, sus pies se acercaron más hacia la ventana con el único propósito de ver más allá y averiguar qué sucedía, pero esta parecía haberse roto.

— ¡Nina!

— ¿Qué pasó? —murmuró.

— Tu nariz. —la mano de la chica fue hasta el lugar donde le señalaba su amiga topándose con un rastro de sangre, olvidando completamente todo lo que tenía en su mesa se levantó y corrió fuera del sitio hacia el baño.

Nina podía sentir como sus piernas al igual que sus manos temblaban a cada paso que daba, las imágenes seguían apareciendo en su cabeza, pero sin ninguna respuesta clara de que sucedía. Su respiración se agitó aún más cuando llegó a los baños, se observó en el espejo y procedió a limpiarse la sangre de su nariz y manos, el frio del agua no era nada comparado con el que su cuerpo estaba sintiendo, cerró la llave de agua y se apoyó en el lavamanos con el intento de controlarse, pero supo que todo sería en vano cuando el espejo frente a ella se rompió.



─ ✦ ─



Cuando Nina recibió su carta de Hogwarts sintió como si todo fuera a mejorar, estaría lejos de aquello que parecía perseguirla, para suerte de la fémina fue así, mejoró, no le importaba pasar poco tiempo atormentada cuando sabía que luego llegaría la paz, pero eso cambió y ahora todo lo que alguna vez construyó se estaba destruyendo.

Jamás le importó los sueños, las visiones o que no supiera controlar su magia como el resto de sus compañeros, podía ocultarlo y dejarlo pasar, pero se salía de control cada vez más, se sentía atormentada como la primera vez que estos se presentaron. Un suspiro salió de entre sus labios al recordar los sucesos, se abrazó a sí misma y recargó su cabeza en el respaldar, le agradaba saber que la sala común gozaba de cierto silencio a esas horas.

Otro suspiro salió de entre sus labios cuando escuchó un susurro, se abrazó aún más con algo de temor a que estos fueran más fuertes, pero solo se detuvieron cuando la parte del sofá restante su hundió, abrió los ojos y frente a ella se encontraba una cabellera pelirroja.

— ¿Qué es eso?

— Pastel de chocolate. —respondió como si fuera lo más obvio.

— No me digas, Capitán Obvio.

— No te vi en toda la mañana y tu postre favorito estaba servido, pero no te encontrabas para evitar que se lo comieran todo. —relató— Te traje un poco.

— ¿Ahora contrabandeas postres Fred?

— Eres mi único cliente. —respondió y ella sonrió mientras tomaba el postre entre sus manos.

— ¿Cómo estuvo pociones sin mí?

— George casi explota un caldero.

— ¿Casi?

— Caitlin lo exploto. —respondió y Nina comenzó a reír logrando que Fred se la quede mirando con una sonrisa.

— ¿Por qué me miras?

— Y-yo... ¡No! No, eh... —la fémina volvió a reír— Estaba pensando, si tú quieres...

— Fred, tenemos... —ambos se dieron la vuelta ante la tercera voz, que se había hecho presente con una frase a medias. Los ojos de Nina observaron a Angelina Johnson y sonrió mientras la saludaba con su mano y una sonrisa para luego regresar su mirada al pelirrojo.

— Creo que deberías ir.

— ¿Te veo luego? —preguntó y ella sonrió a medias.

— Aquí estaré.  

Silhouette [1] ➳ Fred WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora