SEMPITERNO

CAPÍTULO 9

IZAN

Paseaba sin rumbo por el hospital, no sabía lo que desesperadamente estaba buscando, iba asomándose en cada habitación, esperando encontrar a su persona favorita, aquella que le había hecho querer a alguien que no fuera él mismo. 

Había perdido de vista a  Abril en el momento en el que llegó la familia de la chica, así como también las ambulancias. Se la arrebataron, lo único que realmente había querido y adorado en su vida, había desaparecido. Ahora seguía buscándola. Le quedaba un atisbo de esperanza de dar con ella. 

Continuaba en busca de la chica de la que estaba enamorado, cuando vió a los padres de Carol, la mejor amiga de Abril.

Pensó en saludarles educadamente, y a propósito preguntarles en que habitación se encontraba Abril. 

- Abril está en la 228, supongo que querrás ir a verla - habló la madre de Carol, con una cara de tristeza que inundaba el lugar.

- Gracias - respondió Izan apenado - Siento mucho su pérdida - los padres de la chica difunta asintieron, agradeciéndole sus palabras.

De repente la madre de Carol se acercó al chico e hizo algo demasiado inesperado para Izan, le abrazó fuertemente, mientras lloraba desconsolada, cuando terminó el abrazo, se le acercó el padre de la mejor amiga de Abril y le dio un apretón en el hombro, el cuál reconfortó profundamente al chico.

Se despidió de ellos, y se encaminó hacia la habitación de Abril. Siguió andando hasta que escuchó un ruido proveniente de la sala 228. Empezó a correr despavorido hacia donde se encontraba la chica. Cuando llegó se la encontró sentada, intentando bajar de la camilla, observó el cable que previamente debía haber estado en el brazo de ella, después la observó, estaba demasiado pálida, pero aún así Izan la veía preciosa, él mismo sabía que esa belleza también circulaba por su interior, eso era principalmente lo que le atraía de ella.

Justo antes de que saliese de la estrecha camilla de hospital, llegó hasta ella. La cogió de la cintura para evitar que se cayera. Ella le miró extrañada. A Izan le encantaba volver a tenerla cerca.