¿Enamorada de Tom Holland? ¿Desesperada porque ya te has quedado sin fanfics que leer? ¡Estoy aquí para solucionar tus problemas! En este libro escribiré one-shots, imaginas y, en general, un poquito de todo.
¿Romance? Seguro. ¿Ternura? Obviamente.
...
Abres la puerta de tu casa resoplando, y frunces el ceño nada más atravesar el umbral.
"La danza del hada de azúcar" resuena por todo el lugar, aunque eso no impide que Tessa te escuche llegar y corra a saludarte.
Llamas a tu novio, pero la música está demasiado alta como para que pueda escucharte. Con un bufido avanzas hasta llegar a la entrada del salón, donde te encuentras con algo que te levanta toda la carga de los hombros.
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Sonríes embobada, apoyada en el marco de la puerta esperando a que termine sus piruetas. Diste las gracias al cielo por haber encontrado un tesoro como él.
—Ah, amor —se sorprende al advertir tu presencia—. No me di cuenta de que habías llegado.
Con una gigantesca sonrisa se acerca para envolverte con sus brazos, y tú puedes descansar tranquila sobre su pecho.
—Perdona, estoy todo sudado —se disculpa, aunque sin alejarse.
—No pasa nada —lo tranquilizas, estrujándolo como a un peluche—. Necesitaba esto.
Él asiente y acerca sus labios a tu coronilla, depositando un pausado y tierno beso.
—Eres la mejor, cielo —murmura—. He aprovechado el tiempo y he preparado tu comida favorita, ¿quieres que veamos una peli mientras cenamos? —pregunta mirándote a con una sonrisa.
Ahí puedes advertir sus marcadas y oscuras ojeras.
Tú le devuelves el gesto y entierras de nuevo la cabeza bajo su mandíbula, asintiendo lentamente.
Pero, a pesar de eso, ninguno de los dos se mueve. Ninguno se aleja lo más mínimo del otro. Porque están en su lugar de refugio, el lugar en el que, en medio de tanto caos, pueden tener algo de paz.
