Malas ideas

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Me dejé caer en el sillón con lágrimas en los ojos, ahora no solo era mi madre si no también mi hermano.

Todo era una mierda y ya me estaba cansando de aguantar las estupideces de la gente.

Después de unos minutos entró Laura y se sentó frente a mi sin decir ni una sola palabra. La miré y le sonreí.

–Todo es una mierda y aún así puedes sonreír? –Preguntó tomando mi mano –Eres una chica increíble Erika –dijo Laura –y que nadie te quite esa sonrisa nunca.

–Que debo hacer? –dije volviendo a llorar

–Natalia me contó lo qué pasó –dijo viéndome con cara de reproche –Porque no me contaste??

–No es como si quisiera andar gritándolo al mundo –dije molesta –no tenía cabeza para nada Lau, y si Natalia se enteró fue porque ella estaba ahí.

–Si me lo dijo –suspiró –Creo que no debes dejar que nada te afecte amiga, es tu vida! Eres mayor de edad –dijo tratando de animarme –No dependes de esos idiotas –se rió –Manda todo a la mierda y haz tu vida como te plazca.

Sonreí enormemente, quería demasiado a esa chica era increíble su optimismo.

–Creo que eso haré –dije algo desanimada –No pierdo nada –me encogí de hombros.

–Así es!! –dijo feliz –por ahí me dijeron que alquilaste una casa genial –dijo ilusionada

Solté una carcajada ya que me imaginaba que todo su sermón de vivir la vida y ser feliz se debía a algo y eso era fiesta.

–Sabía que de eso se trataba –dije riendo –organízala tu!

Saltó de su lugar, me dió un beso en la frente y salió del lugar completamente feliz.

Sonreí y después me puse a trabajar, mantuve mi mente ocupada por mucho rato hasta que alguien entró y yo me exalté al estar sumida en las cuentas del lugar.

–Fue mala idea despedir a tu hermano–dijo Natalia sentándose –El se encargaba de eso –señaló las hojas.

–Si, pero antes de el yo también administraba este sitio –sonreí –me las arreglaré.

–Carlos se está encargando de eso, tiene un amigo que nos puede ayudar.

–Bien –dije concentrada en el trabajo –Mientras sea de confianza todo estará bien.

Guarde los papeles en su lugar y dejé caer mi cuerpo en el respaldo de la silla tocando mi cabeza y cerrando los ojos, sentía que me iba a explotar.

–Necesitas relajarte –dijo Natalia detrás de mi y yo abrí los ojos rápidamente al sentir sus manos en mis hombros haciéndome un leve masaje –Te puedo ayudar un poco.

Mi corazón se aceleró y a pesar de que su ayuda iba sin doble intención me sentía como una tonta al sentir sus manos pasar por mis hombros, decidí concentrarme y cerré los ojos dejándome llevar por la sensación tan placentera de ese momento hasta que se abrió la puerta y abrí los ojos de golpe y vi a Zoé quien veía fijamente a Natalia.

–Disculpa no quería interrumpir –dijo saliendo y cerrando la puerta.

Me levanté y fui detrás de Zoé y la tomé del brazo y la encerré en el baño que estaba cerca de ahí.

–No interrumpiste nada Zoé –dije viéndola a los ojos –que pasa?

–No soporto que esté cerca de ti! –Dijo molesta –Crees que no se que ella no te quiere cerca de mi??

Inesperadamente túNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ