Nuevos socios?

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Sus ojos se encontraban fijos en mis labios y su respiración era muy acelerada, quería besarla, moría por probar aquellos labios que tanto deseaba pero no podía dar ese paso yo.

Tomé su rostro entre mis manos e hice que me mirara fijamente y en sus ojos había algo que me decía que me quería como yo a ella, pero pude percibir el miedo y claro la entendía perfectamente el miedo siempre era el peor enemigo de todos.

–Que pasa? –dije acariciando su mejilla y ella cerro los ojos ante mi contacto y suspiró.

–Erika –se abrazó a mi, buscó mis brazos de una manera desesperada y yo le correspondí –para mi eres una de las personas mas maravillosas del mundo y créeme que la persona que esté contigo se sacará la lotería.

Reí sabiendo que si ella sintiera algo por mi por mas fuerte que sea jamás lo iba a aceptar.

–Claro –dije separándome de ella y caminando a mi habitación.

–Erika –dijo antes de que entrara a mi cuarto, me detuve y solo giré un poco la cabeza. –Te amo.

Sonreí sin decir nada y seguí mi camino a mi cuarto, me encerré para que nadie entrara ya que quería desahogarme sin que nadie me viera y es que ese día habían matado una parte de mi corazón.

A la mañana siguiente desperté con un horrible dolor de cabeza, me levanté directamente a ducharme y arreglarme. Cuando estuve lista salí de mi cuarto y no vi a Natalia por ningún lado.

Tomé una manzana y me fui directo al restaurante, tenía muchos pendientes y mas ahora que abriríamos nuestro segundo restaurante.

Al llegar me sentía con mas ánimo y es que solo de recordar lo bien que nos iba hacía que todo se me olvidara, este era mi sueño y se estaba cumpliendo.

Entré dando los buenos días a los cocineros y me fui directamente a la oficina donde estaban todos platicando animadamente, saludé a todos y me senté en mi computadora.

–Que tal la noche Erika? –Preguntó Laura

–Mm no me quejo –reí sabiendo que había llorado hasta quedarme dormida.

–Erika, desde que no está tu hermano trabajando con nosotros nos hemos visto con demasiado trabajo –dijo carlos –Tengo a alguien perfecta para ese puesto, puedo llamarla y la conoces así decides..

Lo pensé por un momento pero al final accedí, a fin de cuentas tarde o temprano contrataríamos a alguien mas.

–Claro dile que venga esta misma tarde. –sonreí y fijé la vista en mi computadora.

Ellos siguieron platicando sobre aquella chica que vendría horas mas tarde. Yo me concentré en mis pendientes que tenía pero no duró mucho la concentración ya que mi teléfono sonó repentinamente haciéndome saltar del susto.

–Diga? –contesté un poco de malas.

–Erika, soy yo Blanca –su voz sonaba tan dulce como siempre y sonreí de inmediato.

–Blanca! Que pasa? Cómo estás? –dije de mejor humor.

–Bien tenía ganas de hablar contigo –dijo tímidamente. –y también quería saber si nos podíamos ver hoy..

–En la noche te parece bien? –dije feliz.

–Me parece perfecto, llego a tu casa a las 8 –dijo colgando sin dejar que yo respondiera algo.

Tenía una sonrisa muy tonta en la cara, pero al darme cuenta que no estaba sola en el lugar se me borró. Miré a mis amigos que no me quitaban la vista de encima.

Inesperadamente túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora