Cuidado.

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Habían pasado dos días en los cuales Elizabeth se encontraba en mi casa bajo mi cuidado, me había costado una discusión con Natalia quien se oponía a que Elizabeth viviera con nosotros, me había amenazado con irse de la casa y no me negué a que lo hiciera lo que provocó que no me dirigiera la palabra esos dos días.

No quería ponerles atención a sus berrinches de niña pequeña que eso es lo único que eran berrinches, se le pasaría y todo regresaría a la normalidad.

Entre Elizabeth y yo todo estaba increíble, me encantaba la manera en que todo iba fluyendo entre las dos hasta ese momento. Sandra no había aparecido en ningún momento pero sabía que tarde o temprano lo haría y yo solo esperaba el momento.

Fabiola me afirmó que todo estaría bien pero yo sabía que no podía estar confiada ya que de Sandra Contreras se podía esperar lo que sea, no me daba miedo solo tenía que ser precavida. La recuperación de Elizabeth iba de lo mejor, aunque le estaba costando demasiado trabajo, las terapias eran demasiado intensas pero sus ganas de salir de eso eran mucho mas fuertes.

Mientras abotonaba mi blusa pensaba en todo lo que había pasado en estas 3 semanas donde todo había cambiado drasticamente, no con Elizabeth, con ella las cosas iban muy bien, el problema era Natalia y mis amigos que desde que se habían enterado de la discusión con Natalia se comportaban muy raros y me ignoraban siempre.

No me importaba en lo mas mínimo, ellos tendrían sus razones y yo lo iba a respetar y no perdería mi tiempo en aclararles algo que no tenían que saber.

–Que piensas? –preguntaron desde algun lugar de la recamara –llevas mucho tiempo viendote en el espejo, está todo bien?

–Si, –dije caminando hasta la cama donde se encontraba Elizabeth sentada viendome. –Es solo que los chicos se han comportado raro en estas ultimas semanas, pero no importa no quiero ponerles mucha atención.

–Debe ser por mi, no me quieren y tu lo sabes..

–No, quítate esas ideas de la cabeza mi amor.

–Tu lo sabes mas que yo Erika, sabes que todo esto fue después de tu discusión con Natalia.. No crees que se mejor irme a casa de mi hija?

Me sentí muy enojada y solo me levanté de la cama y caminé por todo el cuarto.

–No te enojes Erika –dijo triste –Yo lo único que quiero es que no tengas problemas con ellos, son tus amigos y mi estancia aqui contigo es un problema para ellos.

–No te debe de importar lo que piense la gente es muy su problema si les gusta o no.. es mi vida y nadie debe opinar ni juzgarme.

–Erika entiende que no quiero ser una molestia para ti.

–No lo eres Elizabeth, créeme que no lo eres.. y con respecto a mis amigos hablaré con ellos e intentaré saber que les pasa.. antes vivía complaciendo a la demás gente, por lo que pudieran decir de mi, y por eso mismo me dañaban pero ya no lo permitiré más, nadie tiene derecho a decirme que esta bien o que esta mal.

–Ven aqui.. – caminé hasta ella y me acosté a su lado y me abrazó y nos quedamos así por muchos minutos. –Eres increíble por eso me enamoré de ti, tienes una fuerza para todo que impresiona me encantas Erika..

Me besó y yo le correspondi, yo sabía que hacía mucho tiempo atrás ya estaba perdida por ella y justo hoy en ese momento lo confirmaba, la amaba y mucho. la miré a los ojos y su mirada me transmitía esa paz que llevaba mucho tiempo sintiendo desde que Elizabeth estaba conmigo.

Justo en ese momento tocaron el timbre de la casa por lo que supuse que era Fabiola y me levanté a abrir la puerta, abrí la puerta y entró Sandra sin pedir permiso y al pasar por mi lado casi me tirba al piso por el empujon que me dió.

Inesperadamente túWhere stories live. Discover now