Persecución.

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Mi mente estaba en otro lado, ni siquiera me quería quemar la cabeza pensando en esas cosas, me había cansado de ser yo la que siempe sufria y se desvivia por la demás gente y ellos ni se preocupaban ni valoraban

Habia llegado al punto de pensar que ser bueno no te servia de nada si al final todos terminaban pagandote mal, se me habían quitado las ganas de ser esa persona tonta ingenua que creía en todos, iba a ser lo que ellos habían construido una persona sin sentimientos y desconfiada.

Los días transcurrieron normalmente, Elizabeth solo me dirigía la palabra para lo laboral y nada mas, no podía negar que me dolia pero no iba a demostrarlo nunca. Todos se habían enterado de mi sorpresiva relación con Natalia que iba bien pero yo no sentía las ganas de antes, me había decepcionado tanto de las personas que preferí siempre estar preparada para lo peor.

Vivia mi vida normalmente, mantenía mi mente siempre en mi trabajo, viajaba cada dos semanas a estados unidos para revisar como iba aquel proyecto en el que habimos invertido meses atrás, cada vez me sentía mas orgullosa de lo que estábamos logrando, los negocios iban muy bien y eso es lo único que me mantenía feliz.

Me dirigía tranquilamente al centro comercial a distraer mi mente, necesitaba urgentemente salir de la rutina, dajé del coche y caminé observando a la gente que paseaba feliz y de la mano con su familia, y sentí un poco de nostalgia saber que eso era lo que alguna vez había soñado, suspiré y seguí caminando observando cada detalle de aquel lugar, no sabía que hacía ahí pero algo me llevó hasta ese lugar y no dudé ni un momento en ir.

Mientras caminaba sentí como alguien se puso a mi nivel caminando y pude ver que se trataba de Fabiola que me miraba con una sonrisa.

-Hola Fabiola que sorpresa - dije deteniéndome a saludarla

-Vaya que si es una sorpresa agradable verte Erika -dijo sonriendo -ya desde hace un tiempo no sabía de ti..

-Si bueno, con el trabajo se me complica muchísimo -dije algo aburrida -por eso he decidido venir a distraer mi menre, quería pensar un poco..

-Yo vine a comprar unas cosas para mis pequeños -dijo mostrándome las compras que traía en la mano -quisieras ir a tomar un café o una copa -dijo sonriendo

Lo pensé por unos segundos pero al final acepté ya que no quería estar pensando en muchas cosas.

-Claro, si vamos..

Sonrió y caminamos directamente a la salida del lugar y nos dirigimos a su coche y nos miramos haciéndonos la misma pregunta.

-En tu coche o en el mío -Dijo Fabiola divertida

-Vamos en tu coche, más tarde regreso por el mío -dije más que nada porque no tenía ganas de manejar.

-Vale, vamos..

Subimos a su coche y platicábamos animadamente sobre su vida y sobres sus pequeños que eran su adoración, me contó una parte de su vida y como conoció a Dany su esposa a quien amaba con locura y se veía el amor cuando la mencionaba, yo deseaba que algún día alguien hablara de mi con tanta devoción.

-Y tu que tal te va? - preguntó mirándome de reojo

-Buenos -dije pensando -En estos momentos el trabajo es lo que más me importa y es en lo que me mantengo ocupada la mayor parte de mi tiempo..

-Espero no sea una indiscreción pero mi madre me contó sobre tu relación -dijo viéndome cuando se paró en un semáforo en rojo.

-Oh no, bueno para todos fue una sorpresa porque ha decir verdad yo viví enamorada de ella por toda mi vida y ella jamás me había visto de otra manera hasta hace un tiempo que me confesó que me quería..

Inesperadamente túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora