Capítulo XXIV ... Parte 2/3

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Al abrir la puerta, las diosas vieron una cueva de roca que formaba unos escalones perfectos que llevaban hacia abajo, y al lado, bajaba un pequeño arroyo de agua cristalina. Ruby y Tía Dalma comenzaron a bajar y a medida que iban descendiendo, el lugar se iba ampliando, la roca se iba oscureciendo, el arroyo se iba volviendo un río de aguas rojizas y la temperatura iba aumentando. Cuando no quedaban escalones, se veía un gran paisaje subterráneo con rocas y piedras grises oscuras; ríos, cascadas y lagos de lava; y muchas almas de personas que habían muerto. Ambas diosas estaban impactadas por aquel paisaje.

Ruby: No me imaginaba nada parecido.
Tía Dalma: No me lo imaginaba tan oscuro.

Mientras observaban todas las almas que se encontraban en el Infierno del Caribe, Ruby logró reconocer el alma de un hombre al cual no veía hace mucho tiempo. Ella entonces lo llamó, y cuando este no hizo caso, Ruby corrió hacia él gritando su nombre. Pero este no solamente no notaba la presencia de Ruby, sino que también cuando ella lo quiso abrazar, ella atravesó su cuerpo como si de un holograma se tratara. Tía Dalma entonces se acercó a ella y le obligó a tomarse una pastilla que ella traía.

Tía Dalma: Flama! Ven acá ahora mismo! (La agarra del brazo) Deja a Francis por un momento.
Ruby: No me ve! No sabe que estoy acá!... No puedo tocarlo!
Tía Dalma: (Ignora las palabras de Ruby y saca la pastilla de su bolsillo) Abre la boca.
Ruby: Para qué es esto?
Tía Dalma: Solo abre la boca. (Le mete la pastilla a la boca)
Ruby: (Asqueada) Qué es esto?
Tía Dalma: Solo traga! Yo igual me voy a tomar una.
Ruby: Al menos tienes agua?
Tía Dalma: Crees que en este lugar hay agua? Solo traga sin pensar en el sabor. (Se mete una pastilla a la boca)

Cuando se tragaron la pastilla, ambas diosas sintieron una sensación extraña y de pronto, todas las almas que deambulaban por el lugar se giraron a ver a Ruby y a Tía Dalma. Entre ellos, el único que se acercó fue ese hombre al cual Ruby había intentado acercarse: Francis Evans.

Francis: (Acercándose) Ruby?
Ruby: Papi?
Francis: Hija! (Le da un abrazo)
Ruby: (Responde al abrazo) Eres tú! Pensé que jamás te volvería a ver!
Francis: Estas muy grande. Cambiaste mucho.
Ruby: Perdóname! Es mi culpa que tú estés acá ahora mismo!
Francis: No es tu culpa que se haya incendiado la casa.
Ruby: Es mi culpa.
Francis: (Mira dudoso a Tía Dalma)
Tía Dalma: (Asiente confirmando la culpabilidad de Ruby)
Francis: (A Ruby) No importa si es tu culpa o no. Solo quiero saber por qué estás acá? Qué te pasó? Marianne te hacía mucho daño?
Ruby: Bueno, sí, me hacía mucho daño. Pero no es ella la culpable de que yo esté acá. Es más, no estoy acá por lo que tú crees.
Francis: (Confundido) No estás... muerta?
Ruby: (Niega con la cabeza)
Francis: Entonces cómo lograste entrar a estas tierras?

Ruby estuvo un largo tiempo pensando en cuáles palabras serían las más cómodas para explicar lo que había asumido hace no muchos años. Hasta que Tía Dalma se atrevió a romper el silencio como acostumbraba a hacer.

Piratas Del Caribe /// Las Llaves Del InfiernoWhere stories live. Discover now