Cuando conocí a Carla May, supe que sería la mujer perfecta en mi vida, no me gustaba vivir solo, extrañaba a mis padres después de muertos, ya nadie me recibía cuando regresaba de alguna misión, pero saber que ella estaba siempre impecable y guapa en la tienda de artesanías, me sentía correspondido y no me equivoqué, las visitas a comprar cosas para mi uso personal, me llevaron a declararle mi amor, cuando me aceptó no lo podía creer, ella era una de las mujeres más apreciadas en Staten Island.
Mis suegros fueron unos segundos padres para mí, por eso les prometí que jamás dejaría a Carla sola, nuestra boda fue muy hermosa y la luna de miel como la soñamos, todo iba perfecto en nuestro matrimonio, es más, cuando decidieron irse mis suegros a recorrer el mundo, pensé que algún día lo haríamos Carla y yo, mi mayor felicidad fue cuando supimos que estaba embarazada, todas mis ilusiones como padre estaban en mi hijo o hija.
Desafortunadamente mis misiones cada vez eran muy largas, decidí que cuando naciera mi hijo pediría mi cambio a oficinas, aunque era joven todavía, mis misiones y mis medallas me lo podían recompensar, pero no de la manera que tuve que retirarme del ejército. Había hablado con mis superiores que me encomendaron estar cerca de Nueva York, por lo menos en lo que nacía mi hijo, pero nos mandaron a Irak, el solo recordarlo me hace perder la razón, el pelotón al que fui asignado no tenía mucha experiencia, para mi mala suerte no iba como encargado.
Al llegar a la zona de guerra, todo estaba desierto supuestamente, recorrimos calles y edificios abandonados, solicité al General retirarnos hasta otro puesto de mando, donde necesitaban apoyo, pero él dijo que nos quedáramos a resguardar el lugar. Hicieron el rol de guardias, veinte vigilaban y treinta descansaríamos, pensé en descansar y seguir con la guardia al día siguiente, de momento sentí que me levantaron de un solo tirón, era el enemigo, nos desarmaron durante la noche, los que vigilaban fueron emboscados.
Nos llevaron a una reserva y nos tuvieron como prisioneros de guerra, pedían que liberaran a todos los Iraquíes que tenían presos, no tenía noción del tiempo, solo podía ver cuando amanecía y anochecía por un orificio en la pared, nos aventaban agua desde el techo para despertarnos, igualmente la comida como si fuéramos animales, tenía que sobrevivir para regresar a ver a mi amada Carla y mi hija o hijo. Realmente estábamos incomunicados.
Una noche, bajaron en donde nos encontrábamos, con linternas encendidas, cegaron nuestros ojos, no podíamos ver absolutamente nada, nos sacaron amarrados de las manos y tobillos, cuando pude ver, me di cuenta que era un patio enorme, esa noche fue la más aterradora de toda mi vida, la que cambiaría mi vida y la de mi familia, nos pusieron sobre una pared atados de ojos, sin quitarnos las esposas de las manos ni los tobillos, nos recargaron en la pared, separaron mis piernas, subieron mis brazos a la cabeza, pensé que nos dispararían pero no fue así.
Con un tolete nos separaban más las piernas, de momento sentí que alguien bajaba mis pantalones, quise poner resistencia pero me dieron un golpe en la cabeza, después bajaron mis trusas hasta hacerlas llegar a mis tobillos, golpearon mis caderas, por inercia moví mi pelvis hacia atrás, en ese mismo instante alguien me abrazó inutilizándome, eso no fue todo, sentí como se me desgarraba mi ano, me estaban violando sin poder defenderme, mis gritos y los de mis compañeros eran desgarradores.
Hubiese querido que me mataran, ahora como llegaría con mi esposa después de todo esto, ocupaban nuestros cuerpos a su merced, por fin, una noche llegaron tropas americanas para rescatarnos, pero antes de rendirse, hicieron lo peor que le puede pasar a un hombre, a todos nos castraron y de inmediato se dieron un tiro en la cabeza, recuerdo que me desmayé, cuando abrí mis ojos estaba en un helicóptero, me pusieron un vendaje en todo lo que abarcaban mis genitales. Cuando llegamos a Nueva York, pedí que no se le avisara a mi familia, tenía que enfrentarlo yo mismo, después con ayuda psicológica, para enfrentar a mi esposa, solo espero me pueda comprender por lo que estoy viviendo y que necesito su verdadero apoyo íntegro y sensitivo.
Por ende lo pensaba todo bien, sin embargo de solo exponerlo delante de Carla, me da pánico, en mi mente juego con todas las palabras posibles para decirlo, pero de saber que me puede dar un rechazo total, no lo tolero.

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UNA NUEVA VIDA
FanfictionEmpezar una nueva vida no siempre es un camino fácil. Tienes que valorar muchas opciones que se ponen ante ti: ¿estarás realmente preparado para empezar de cero?, ¿tu actitud es la adecuada para reinventarte?, ¿sabes exactamente qué es lo que quiere...