UNA NUEVA VIDA

CAPÍTULO 35 ANASTASIA. MANHATTAN, NUEVA YORK

Mientras vemos los bosquejos que dibujó el joven Christian, observaba de reojo como mi madre se movía familiarizada en esta casa, la señora Ágata, el señor Arthur, los señores Grace y Carrick, no dejaban de ver su comportamiento, pero nunca vi una señal de molestia, sino todo lo contrario, complicidad entre ellos, presiento que esto estaba planeado, sin embargo, no siento coraje, ver a mi madre feliz, no tiene precio.

Observé como mi madre entraba a la casa, acompañada con el señor Josep, verlo a él como la mira y la respeta, me agrada, estoy en todo, escucho las opciones del joven Christian y los comentarios de los demás en la mesa, tras algunos minuto mi madre sale con una toalla de baño, se dirigió con el señor Josep a la mesa del fondo, empezaron a platicar y después de unos minutos, observé que se besaban, volteé hacia a la mesa de los señores Grey, todos los demás voltearon a ver la escena, era tal su entusiasmo que empezaron aplaudir, seguimos con los aplausos.

Sentí algo muy hermoso dentro de mi corazón, mi madre se veía feliz, cuando estaba mi padre cerca, yo misma sufría la agonía de mi madre, de momento se separaron, pero de inmediato el señor Josep dijo:

— FAMILIA, CARLA HA ACEPTADO SER NUEVAMENTE MI NOVIA, PERO ESTA VEZ, NO PIENSO ABANDONARLA NUNC, LO PROMETO.

De inmediato voltee a ver la cara de los hijos del señor Josep, una era la perspectiva de los señores Grey, la otra la de los hijos del señor Josep, me angustiaba saber que no quieran a mi madre, pero al igual que yo, creo que quieren ver feliz a su padre viudo, mis lágrimas salieron de alegría, corrí de inmediato hacia ellos, le di un beso a mi madre y la abracé, elevé la mirada al señor Josep y le pedí, que esta felicidad que veo en mi madre, sea definitiva, el abrió sus brazos para recibirme y me dijo:

— Nosotros dos merecemos ser felices, estamos retomando algo que dejé escapar, en ese momento me lamenté mucho, Anastasia, porque amaba mucho a tu madre, sin embargo las circunstancias me orillaron volverme a enamorar de una gran mujer, pero tanto tiempo solo sin recibir amor, y ver nuevamente a tu madre, ha resurgido mi cariño hacia ella, sé que es recíproco, ¿pero sabes que más me agrada?

— ¿Qué señor Josep?

— Que mis hijos y tú, están de acuerdo con nuestra relación, ellos saben mi pasado, tú también sabes lo que hubo entre tu madre y yo, por lo tanto, te prometo, te juro por mis hijos y por ti, que tu madre será la mujer más querida, consentida y amada de este plantea.

— Muchas gracias señor Josep.

— No tienes porqué, hija, ¿puedo llamarte así, o prefieres que solo te llame Anastasia?

— Solo, Ana, por favor Josep. Así todos se unieron a la festividad de mi madre y el señor Josep.

— Señorita Anastasia, me agrada saber que acepta a mi tío en su familia.

— Ambos son bien recibidos en las dos familias joven Christian.

— Llámame Christian, por favor.

— Christian, por lo que veo, estaremos yendo algunos fines de semana a Seattle.

— Eso haría las cosas más fáciles, sé que la escuela es primordial, pero podemos ir viendo el espacio en mi departamento para mi proyecto.

— ¿Cuál de tus bosquejos te agrada más?

— Este, el bosquejo 5.

— Pensé que te agradaría más el bosquejo 2, todos son buenos, sabes dibujar bien, te felicito, además que me agrada tu imaginación.

— Gracias por el cumplido, recuerda, ahí estarán los rostros de mi familia.

— Bueno, mientras nos ponemos de acuerdo, te sugiero, que empieces por ir recabando las fotografías de tus familiares, ¿te parece?