UNA NUEVA VIDA

CAPÍTULO 70 ANASTASIA SEATTLE Y NUEVA YORK

No puedo ocultar mi tristeza, enterarme que Christian ama a otra persona, todas mis expectativas de que algún día se fijara en mí se acaban de esfumar, sí, mi destino es seguir siendo su prima, pido permiso para ir al baño, no quiero llorar porque todos se darían cuenta de lo que siento por él, de inmediato me alcanza Mía, me abraza y me dice que lamenta que Christian tenga una persona en su corazón, nos abrazamos y me dice que llore, de inmediato le digo que no quiero que nadie se dé cuenta de mis sentimientos, ella me dice que me hará cosquillas para disimular el llanto de mi tristeza.

Mi madre entra a la recámara donde nos quedamos a dormir, exactamente cuándo Mía me tiene echa un ovillo muriéndome de risa, mi madre estaba preocupada por tardar en bajar, ya que nos informa que ya nos vamos, tenemos que recoger mis pertenencias, pero Mía le indica que ya traen en el auto de Elliot mi maleta, solo falta sacar los instrumentos que tengo en casa del primo Christian, pero Mía no deja de hacerme cosquillas, pido auxilio a mi madre, ella solo se nos queda viendo con los brazos cruzados, a todo esto pregunta por qué las cosquillas, Mía le dice que no quiero enviarle sus saludos a Ethan.

Mi madre empieza a reír también, pregunta a Mía que le dé el recado, ella lo hará por mí, eso me suena a traición, reclamo a mi madre, Mía le dice que le diga que lo ama y extraña, yo contesto de inmediato. ¿Te imaginas madre? decirle a Ethan, te mandó a decir Mía que te ama y te extraña, que ridículo. Mi madre se empieza a reír más de la cuenta, mientras Mía, me toma de sorpresa y empieza a volver atacarme en cosquillas, realmente ya no lloro de tristeza, ahora es de risa por la cara de mi madre haciendo la voz de Mía para dar el recado.

Las tres lloramos de risa, bajamos con los ojos hinchados, mi padre Josep se nos queda viendo, preguntado qué ha pasado, le digo a mi madre que repita el recado y volvemos a reír, mi madre lo repite y mi padre la abraza, le dice que no puede dar ese recado porque se pondrá celoso, Mía ataca diciendo que quería que yo le diera el recado, pero que no quiero, por ende mi madre se ofreció.

Nos despedimos de Christian, no sin antes darle las gracias por confiar en mi profesión de pintora, me abraza y me da un beso en la cabeza diciéndome:

— Espero verte pronto Ana.

— Te deseo buen viaje, primo, en verdad lamento mucho lo de Doroty, si bien no tuvimos mucha amistad, pero la conocí y me duele por ti, cuídate y disfruta a tus padres.

— Sé que mi familia es muy importante, no olvidaré tus palabras, Ana, este es el rincón de los Grey.

— Lástima, no soy una Grey, pero mi madre si ¿entro en el paquete, no?

— Claro, eres una Steele rodeada de puros Grey.

— También Kavanagh.

— Pues como veo, creo que también serán Kavanagh-Grey y viceversa.

— Hasta luego primo, trata de disfrutar tus días en ese lugar, una vez fuimos con mi padre acampar, es maravilloso, Adiós Christian.

— Hasta luego Ana.

— Elliot ya había arreglado las maletas de todos, por lo que nos fue a dejar al aeropuerto, salimos a las ocho de la noche, llegaremos a casa a eso de las dos y media de la mañana, Ethan pasará por nosotros, durante el viaje, volví a pedir hielo, la ventaja es que iba atrás de mis padres, lloré parte del camino, vengo con el corazón destrozado. En cuanto llegamos a la sala de espera, Ethan nos recibió muy contento, me acordé del saludo de Mía, por lo que le recuerdo a mi madre. Oye mamá ¿no tenías un recado para Ethan?