BAD BOY

Una tarde de lo más extraña

Llegué a mi casa, no vi a Juniel en el camino, quizás se vino antes o se quedó en la escuela, tampoco es como si me importara mucho, no había nadie en mi casa así que fui hasta mi habitación, me bañé y me cambié, pues venía sudado de la clase de deportes, comí un poco y escribí una nota para mis padres, para que cuando regresaran de dónde sea que anden no se preocuparan, en la nota les dije que iba a casa de una compañera a hacer un proyecto.

Tomé una libreta y un lapicero, los metí en una mochila y me fui hacia la dirección que Chaerin me había dado, se me hacía familiar el nombre de la calle, aunque no recordaba porqué.

Camine ya que no quedaba tan lejos, llegue hasta una calle privada, ahí las casas eran muy grandes, pues todas las familias de ahí son de dinero, la calle estaba limpia, todo era muy diferente que la zona en la que yo vivía.

Me acerqué al guardia que estaba en un cuartito al lado de la entrada, sólo para que no me fuera a decir nada.

—Hola, buenas tardes, vengo a ver a alguien en esta dirección. —le dije mostrándole el papel.

—Buenas tardes. —revisó el papel y me vio de arriba para abajo. —¿Esta seguro que va a esta dirección? —preguntó curioso, yo asentí con la cabeza. —Está bien, es la casa blanca con azul que está frente al parque. —dijo aún no muy convencido y me entregó el papel.

—Ok, muchas gracias. —contesté y empecé a caminar hacia la casa que el me dijo, la verdad me gustaría vivir en una zona como esa, lástima que mi familia sea de baja economía.

Todas las casas son parecidas, sólo cambia el color, la que estaba antes era toda color rosa clarito, la que estaba después era blanco con negro, me pareció raro que esa casa tuviera en el buzón marcado el apellido Kwon, pero no hice mucho caso y llamé a la casa de Chaerin.

—Sí, buenas tardes, ¿quién es?. —me preguntó una señora con mandil, de seguro era su ama de llaves o algo.

—Buenas tardes, vengo a ver a Chaerin, soy su compañero de la escuela. —dije amablemente.

—Claro, pasa. —me dirigió hacia la sala. —Siéntate, en un momento le llamo. —contestó y se fue.

La casa estaba llena de fotos de Chaerin, creo que es hija única, o no lo sé, nunca me interesó su vida, vi una foto en la mesa de centro que me llamó la atención, era Chaerin de pequeña en el parque de enfrente de su casa, pero había un niño, él la estaba tomando de la mano y sonreía, ella veía al suelo toda sonrojada.

Lo que más me llamó la atención fue el niño, se me hizo familiar, pero cuando lo estaba observando bien llegó Chaerin y se paró en frente de la foto, también se había bañado y estaba con una sudadera rosa con blanco y un short negro.

—¿Se te perdió algo? —me preguntó con los brazos cruzados.

—No, nada, sólo observaba, estaba aburrido. —contesté fríamente, le iba a preguntar quien era el niño pero la vi ya muy molesta con el simple hecho de estar viendo la foto. —¿Entonces que vamos a hacer?