Veinticinco años como un beta; Una mañana abres los ojos y resulta que eres omega. Como si no fuera suficiente, parece ser que todos los caprichos de los celos anteriores se juntaron en éste.
Curiosa fue la forma en que el maknae del grupo tomó pos...
Un pequeño extra porque sí... (Es el pasado... bien pasado)
.
El programa había terminado de filmarse temprano y éso era un alivio. Estaba tan cansado que no creía poder mantener los ojos abiertos un rato más, de modo que, con lentitud y fatiga, Jimin caminó a su habitación con el fin de echarse en su cama y dormir hasta que el sueño abandonase su cuerpo por completo.
Mientras cruzaba el pasillo, sin tener ánimos para dirigirles la palabra a los demás miembros de Bangtan, iba pensando en lo ocurrido la última media hora. Se había quedado un rato más en el estudio de televisión sólo para poder hablar con su novio, Taemin. Pese a que, feliz de conseguir un momento a solas con el alfa que amaba, esperaba llenarlo de besos y tontear con él un rato, al chico sólo parecía importarle hacer una escena de celos.
-Es parte de la actuación en el escenario...- Le había respondido el pelinaranja a una acusación sobre estar muy cerca de Yoongi y Namjoon. De verdad adoraba a ese chico, pero a veces era muy dominador.
En fin, ahora estaba a punto de entrar a su habitación, pero fue detenido por una mano que lo tomó del brazo.
-¿Dónde estabas?- Seokjin lo miraba con el ceño fruncido, signo de evidente preocupación.
-Oh... Umm...- Las mismas náuseas de siempre. Odiaba mentirle a sus amigos.
-Digo... ¿Estás bien?- El mayor soltó el agarre y se mordió el labio -No quiero controlarte ni nada... sólo que no avisaste y...
-Lo siento, hyung- Se apresuró a responder -Estoy bien. Debería haberte dicho.
-Para nada, Jimin...- Una sonrisa amable se plasmó en el rostro del beta, una de sus típicas disculpas -No tienes que decirme nada... Pero si puedo hacer algo por ese gesto decaído que tienes, avísame. Sabes que puedes contar conmigo, ¿no?
El omega casi que comenzaba a llorar. No se merecía a alguien con Seokjin, siempre tan atento y dulce. Él como un tonto llevaba meses mintiéndole, a él y a todo el grupo, sin contarles que estaba saliendo con un alfa de otra banda.
-Nada más es cansancio...- Respondió mirando el suelo.
-...- El mayor lo observó un segundo sin estar muy satisfecho. Luego chistó con la lengua para comenzar a hablar otra vez -De acuerdo, ve a la cama entonces...
Seokjin ya estaba alejándose cuando Jimin tironeó de su remera. Esperó a que se volteara, pero no lo miró a los ojos -Gracias, hyung...
-¿Uh..?
-Digo, por ser tan bueno con todos...
-Ve a dormir, Jimin-ah...- Respondió con una risilla para nada discreta.
Finalmente el omega siguió su camino. Esperaba poder echarse entre sus almohadas tan pronto como entrara a su habitación. Tal vez tendría suerte y soñaría con una semana de vacaciones para todo Bangatan en la que pudiera ir a visitar a su familia. Sin más atravesó la puerta, soltando un largo suspiro cuando, al girar el picaporte, el olor de Jungkook le llegó. Al parecer el alfa estaba otra vez con Taehyung. Como carne y uña aquellos dos se pasaban la mayoría del tiempo juntos. Y los adoraba, ¡Dios sabe que lo hacía!, pero esperaba que no salieran con algún juego tonto o con charlas hasta la madrugada porque de verdad estaba muy cansado y sólo pensaba en dejarse llevar por Morfeo.
Pero la escena que se encontró dentro no era en absoluto una a la que estaba acostumbrado. No. No se trataba de los menores durmiendo abrazados como un nudo de cuerpos (al que sin reparo se uniría), tampoco estaban discutiendo por cuál colección de ropa era la mejor de la temporada. Nop... Jungkook estaba con sus ojos cerrados de cara al techo, parecía dormido, con su respiración toda lenta y pausada. Taehyung... él era otro tema. El beta estaba parado a un lado de su cama, inclinado hacia el maknae, su cara a escasos centímetros.
El rubor en las mejillas de su mejor amigo eran un buen indicio de lo que el chico estaba haciendo. Jimin podía imaginar lo que iba a pasar antes de que entrara (o tal vez ya había pasado). Claro que ahora el beta estaba erguido con un gesto alarmado, era evidente que lo había sorprendido. Quería decirle algo, ¿reprenderlo?, ¿cuestionarlo?, lo que sea. Pero su cuerpo estaba inmóvil y su cerebro no quería funcionar.
...Taehyung.
...Jungkook.
...Beso.
Jimin abrió la boca en un grito silencioso. Sus cejas se alzaron y se llevó una mano al pecho dramáticamente. ¿Por qué se sentía tan fuera de lugar de pronto? Eran sus mejores amigos y debía saber si algo ocurría entre aquellos dos, pero algo en su interior le decía que había interrumpido algo demasiado importante. Es que, podría hacerse el tonto, pero hacía falta ser ciego para no notar la química entre esos dos.
La boca de Taehyung adoptó una mueca extraña, para luego darle lugar a una sonrisa traviesa, una de esas que exponía cuando cometía alguna picardía. Sus ojitos se cerraban en dos medialunas grandes y los pómulos se alzaban por el alegre e inocente gesto. Un dedo sobre sus labios daba el mensaje de "silencio" y Jimin no pudo más que obedecer. Aunque no sin dedicarle un ceño fruncido y un puchero disgustado a plan "hablaremos luego". Después de tantos años de amistad no hacían falta palabras para comunicarse.
El omega hizo una seña con la mano y el castaño rápidamente, con todo el silencio que pudo hacer, lo siguió fuera de la habitación. Ya se veía venir una charla de dos horas con su mejor amigo.
En la cama Jungkook abrió los ojos. Una vibración en el pecho se desplomaba por la decepción de no haber podido sentir los labios de su hyung.
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