Cap. 6

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—Acérquense—, Eric dijo imponente—. ¿Saben qué es esto? Es su vida. Sus calificaciones. Si están debajo de la línea roja al final de la primera etapa: están fuera.

Se acercó lenta y silenciosamente al tablero. En cuanto los otros iniciados la vieron cerca, se alejaron llenos de miedo -todos habían visto lo que le había pasado a chica con la que había luchado, y sí, le tenían miedo.

Y no es que ella tuviera la cara llena de cicatrices o fuera grande e imponente. Al contrario, era un poco alta, sí, cabello castaño largo, piel curiosamente pálida y bañada en pecas y lunares, y un fleco cubría su frente hasta sus cejas; para nada aterradora, es más, tenía un aspecto casi infantil, casi adorable. Casi.

—Mira, estás sobre la línea—, sintió un toque en su hombro y antes de mirar al tablero, miró al dueño de la voz. Al.

Y efectivamente su nombre estaba sobre la línea. Estaba un puesto sobre Uriah.

Wow...

( . . . )

—Si me sacan yo creo que mis padres me aceptarían—, habló Al desde su cama.

—No funciona así—, Will le recordó.

—Hiciste tu elección, si no estás hecho para Osadía: lo mejor es resignarse. Quedarás abandonado y ninguna facción te aceptará de regreso. Así funciona—, soltó cansada ya de la conversación.

No sabía qué la molestaba más, si la conversación en sí y la insistencia en que sus familias los aceptarían de regreso, o el hecho de que si llegara a fallar ella no tendría familia a la cual regresar -incluso siendo esto imposible. Lo había perdido todo el día que su madre había muerto.

Se levantó y caminó a la puerta sin decir palabra alguna, antes de salir logró escuchar a Christina mencionar tatuarse.

No era mala idea. Es decir, ya no era Cordial, era Osada y quería verse como tal. Planeaba mostrar en su exterior cómo se veía a sí misma en el interior.

Es un asco aquí adentro. Debería haber un día de limpieza. Se burló de sí misma.

Caminado por los pasillos escuchó la inconfundible risa de Uriah y no pudo evitar acercarse a hablar con él.

—Hey...

—Hey—, se saludaron alegremente, al llegar a su lado Uriah pasó uno de sus brazos sobre los hombros de la chica, pues era mucho más alto que ella. Desordenó su cabello un poco con una sonrisa pegada a la cara—. Me sorprendes, pecas. ¡Cuarto lugar! No celebres todavía, te voy pisando los talones.

El pequeño grupo de osados rió, siguiendo con las bromas que acostumbraban.

—Hey—, llamó la atención de Uriah, cuidando que nadie los escuchara. No es que fuera un secreto de estado pero tampoco quería que fuera público algo tan simple como sus deseo de un tatuaje—. Te iba a preguntar si tu me podrías acompañar a... bueno...

—¿Qué cosa?

—Quiero hacerme un tatuaje.

El muchacho rió, enternecido por la chica a su lado, desordenó su pelo y con un movimiento de cabeza empezó a caminar: —Vamos.

Dio un brinco de alegría y siguió al muchacho de cerca.

( . . . )

—¿Cuál quieres?

—La verdad no quiero algo que alguien más tenga—, miró las plantillas y luego a su amigo. Explicándole—. Quiero algo mío, sabes.

Bad Guy || Tobias Eaton (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora