Capítulo 24

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Lisa se encontraba con su fiel cuchillo en mano.

Jugaba con el arma sin miedo a cortarse o hacerse daño alguno.

Lo lanzaba al aire haciendo que esta de un par de vueltas y lo atrapaba con la punta de sus dedos a la hoja de aquel objeto afilado.

Sean ya despierto de aquel golpe que lo había dejado inconciente, se encontraba sentado a la orilla de una cama inquieto.

Su pierna se movía insistentemente de un lado para otro, golpeaba el piso con su pie descontrolada mente.

Armaba y desarmaba su arma, esperaba alerta con su cinco sentidos despiertos a cualquier indicio de invasión.

Ambos estaban esperando a que la banda que les declaró la guerra den primer paso para atacar.

-ahg~- se escuchó un gemido entre gruñido por parte de la omega.

El alfa alerta se acercó a ella preocupado.

-Lalisa...¿Qué ocurre?- preguntó tomándola de los hombros y moviendola un poco para que ésta lo mirase.

La omega mantenía una de sus manos encima de la venda que se encontraba en la unión de su cuello y hombro cubriendo su sexta marca.

-Duele~ No otra vez... Sean~- Los ojos  violetas de la omega se cristalizaron, su alfa había mordido a otra omega el dolor era peor que minutos antes cuando sentía que Jennie estaba acostándose con alguien más.

Las puntadas en aquel lugar dolía como el infierno, mordió sus labios para no soltar más quejidos.

Sean corrió al baño buscando algún calmante, una pastilla que sirviera para ayudar a su querida amiga.

Lisa al notar la desesperación de aquel alfa que tomaba su cabello entre sus dedos y los jalaba desesperado por no saber que hacer, le habló como pudo.

-S-Sean...N-no ahg...Es necesario, no...Hay nada...Para esto ¡ah!- sintió su corazón desgarrarse.

Su lobo pego un aullido quebrado, un omega puede ser fuerte, era un milagro que siguiera viva después de cinco marcas, pero aquello, era el sexto.

Su sexto alfa.

Su Jennie.

Su mayor quien la completaba.

Su hermosa mentira que la sacaba de la realidad que la atormentaba.

Quedó de rodillas con la espalda en la pared y el cuchillo en una mano, la otra acariciaba suavemente los costados de aquella marca que dejó de doler pero empezó a arder.

En ese momento se oyeron  disparos desde afuera.

Los vidrios de la ventana ahora eran  anicos esparcidos por la alfombra de aquella habitación.

Se escuchan voces de gritos.

Lisa tomo su arma y salió  a enfrentar a aquella banda.

No se quedaría de brazos cruzados.

Si moría....

"Nuestra alfa estará mejor sin nosotros...ella ahora tiene a alguien más". Desconsolado le ánimo su lobo débil.

Salió por la puerta junto a Sean y ambos comenzaron con el combate.

Como pudo, aguanto el dolor y dejo volar uno de sus cuchillos hacia la pierna de un beta, otro Lo dejo aterrizar en la ventanilla de un auto rompiendola, clavándose en la mano de un alfa que sostenía el volante.

El alfa gritó de dolor.

El beta ahora en el piso gruñó.

Le pegó unas cuantas patadas en el estómago al beta, mientras mantenía su guardia.

Por el rabillo del ojo pudo divisar allí un alfa tigre que se acercaba con una navaja.

Se carcajeo y sus ojos salieron a la luz.

Un violeta aún más  intenso que  contrastaba con aquella noche abrazadora junto a ella una capa helada que se asomaba junto al amanecer.

El tigre temblo, si bien era un ex militar, todos conocían a los Manoban.

Mataban sin piedad.

Tragó duro y decidió comenzar.
En un rápido movimiento Lisa se encontraba sobre aquel tigre transformado que se movía salvaje y desesperado por tener a Lisa encima de su espalda.

-¿Qué ocurre gatito?¿No te gusta?- susurro de forma cínica haciendo que los pelos del animal se herisaran, lo último que sintió aquel animal fue un dolor extremadamente fuerte en su estómago.

Lisa enterró su cuchillo en el estómago del animal y lo arrastró cortando cada parte debajo del pelaje del tigre.

El cuerpo del tigre cayó inerte a la tierra.

Lisa soltó un suspiro mientras se levantaba con ambas manos manchadas con la sangre del animal que perdía la vida transformándose devuelta en un hombre.

Hizo lo mismo con otros cuantos cambia formas que se animaban a atacar.

Miro a su alrededor a otros alfas que estaban en el piso desangrados con disparos en diferentes sonas, buscó con la mirada a Sean.

La brisa era fresca miró el cielo y dio un par de vueltas en su lugar disfrutando de aquel ambiente, se sentía satisfecha.

Al dar aquellas vueltas el paisaje giraba junto a ella hasta que notó algo diferente en su cuarta vuelta.

Había otra persona observándola aparte de Sean y su aroma demostraba que era alfa, un alfa con miedo.

Sonrió y extendió su cuchillo.

Dio media vuelta para enfrentar a aquel alfa.

-¿Jennie?- La omega paró en seco su ataque, los ojos violetas se mostraban en un shook repentino mirando a su alfa que la miraba con lágrimas en los ojos asustada.

-¿Cuantos tiempo llevas ahí que no me di cuenta?- gruñó la omega por el estado de su alfa.

Aún le guardaba rencor.

Su alfa ya había encontrado a otra omega para premiar su ausencia ¿Por qué estaba allí?

-L-Lisa....-

-Para ti Lalisa...o..- habló gruñendo la omega y soltó una risita mientras se ponía en posición de defensa repartiendo su peso en una de sus piernas
- Dime Manoban - al decir aquello el cuerpo de la alfa temblo.

-Lisa...- volvió a llamarla la alfa, la quería en sus brazos por más irónico que suene, había visto como mataba a todos los alfas y betas, vio como se divertía su pareja.

Pero aun la amaba y más que miedo, quería saber más de su compañera.

Aprendió que lejos de su omega le era imposible vivir.

Ella era un manojo de estrés, nervios, ansiedad, tristeza y furia en su casa después de haber marcado a la otra omega que tocaba todas las mañanas la puerta.

No culpaba a esa pobre omega porque la había marcado, y una omega marcada siempre tendrá la necesidad de estar cerca de su alfa.

-Li Bebé hablemos ¿si?- pronunció entrecortado intentando sonreír para romper la tensión que amanaba de su omega, pero logró una mueca.

Lisa pudo ver que su alfa llevaba los ojos más tristes, su mirada era de miedo e impotencia pura.

Su estómago se removió.

"¿Qué hace?"Preguntó el lobo de la omega  mientras veía a Jennie con una mano extendida hacia ella mientras que con la otra secaba sus lágrimas y caminaba lentamente acercandose.

"Con cuidado no sabemos que es capaz de hacernos" advirtió el lobo de la alfa quien no bajaba la guardia de aquellos intensos ojos violetas que la miraban con un extraño brillo y severidad.

-Aléjate...- pronunció Lalisa.












Buenos días pequeñas~.

Secrets In Love ♡ [JENLISA](omegaverse)Where stories live. Discover now