Al rescate

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La guardia estaba recorriendo toda Pridelands, buscando alguna señal o rastro de Kiara.
Ono, el integrante con la vista más aguda, logro divisar la corona de flores que le pertenecía a la jovencita.

—¡Chicos, vengan a ver esto!—Gritó de inmediatamente.

—¿Que sucede,Ono?—Preguntó el chico de cabello rojizo.

—Creo que esto les interesará—Señaló a la corona de flores que se encontraba tirada en el piso.

Kion se agachó y se quedó observándola. Se dio cuenta que pertenecía a su hermana.
Fuli, la integrante más rápida del grupo y la mejor amiga de Kion, se agachó junto a él.

—Es de Kiara...—Comentó Fuli, agarrando la corona.

—Lo sé...—Kion suspiró, ¿Y si algo malo le había ocurrido a su hermana? No sé lo perdonaría nunca.

El chico, con la corona de flores en la mano, se levantó y miró a sus compañeros.

—Hay que seguir buscando, no descansaremos hasta encontrarla—Comentó, serio.

—Tranquilo, Kion—Fuli se levantó y colocó una mano en el hombro el chico como forma de consuelo—La encontraremos—Sonrió.

—Gracias, Fuli—Sonrió el chico.

—¡Sí, sí, sí!—Bunga comenzó a saltar y gritaba con optimismo—¿Que podría haberle pasado? Seguramente nada grave.

El chico sonrió nuevamente por el consuelo y apoyo que le brindaban sus mejores amigos.

—¿Que esperamos? —Preguntó Beshte, el integrante más fuerte del grupo, con una sonrisa.

La guarida del león siguió buscando sin parar durante casi toda la noche.

Mientras que, en la otra tribu, Kiara se encontraba aún atada a ese gran poste de madera. Kovu era el encargado de vigilarla, y de paso, de molestarla.

Pero la verdad es que el chico no hacía nada de eso. Para su suerte, había encontrado a alguien que lo entienda y que lo haga reír con anécdotas super graciosas y divertidas.

—Eres muy divertida, princesa—Sonrió Kovu, mirándola.

—Sabes que no me gusta que me digan princesa,¿No?—Preguntó la chica, mirándolo con el ceño fruncido.

—Esta bien—Se acercó a ella— Princesa—Soltó una carcajada.

—Estúpido—Dijo la otra en broma y entre risitas.

El estómago de Kiara comenzó a hacer ruido. Estaba demasiado hambrienta, pues no comía desde el almuerzo.

—¿Tienes hambre? —Preguntó el chico.

—Sí, pero no creo que aquí me den la cena—Respondió en broma.

El  chico se encontraba frente a ella. Estaban demasiado juntos, pero manteniendo cierta distancia entre ambos.
Kovu se separó y comenzó a caminar hacia la abertura de esa pequeña carpa hecha de cuero.

—Veré que puedo conseguir—Dijo mientras salía—No me tardo.

Y nuevamente, la chica quedó sola allí.
Los minutos pasaron y a Kiara se les hicieron eternos. Una sonrisa se dibujó en su rostro cuando vió la silueta del joven entrar.

—¿Me extrañaste?—Sonrió el chico.

—Déjame pensar...—Respondió la otra haciéndose la pensativa—No—Soltó una risa.

—Si, si, seguro—Dijo el otro sacando de sus bolsillos dos manzanas.

—Enserio,no sé cómo agradecerte—Sonrió la chica al ver la comida.

—No es nada—La miraba—A esta hora solo pude conseguir esto. Lo siento mucho.

—¡Oh,no! ¡Con esto ya es más que suficiente!—Dijo mientras lo miraba.

El chico saco una pequeña navaja que había en una mesa pequeña hecha de madera y comenzó a cortar pequeños trozos de manzana. Se acercó a la chica y comenzó a darle de comer en la boca. Parecía una bebé hambrienta. El chico río.

—Parece que enserio estabas hambrienta—Sonreía mientras le cortaba otro trozo de manzana.

—Cállate y alimentame—Dijo la otra con la boca llena.

Así pasaron los minutos. Kiara se acabó las dos manzanas.

Era demasiado tarde, quizás ya era mañana. No lo sabían, pero el cielo aun estaba oscuro. Kiara ya casi estaba quedando dormida, pero era obvio que no iba a poder pegar ni un ojo con esa posición.

El chico que la acompañaba, estaba sentado y durmiendose también.
Kiara levantó su mirada al ver que alguien entraba a la carpa. Kovu despertó y se levantó, poniéndose junto a Kiara. Si era alguien se su clan, quizás le haría daño y el no lo permitiría. Pues, a pesar de que sea su "prisionera", Kiara de había convertido en su única amiga verdadera.

El joven misterioso, entró a la cueva. Tenía la cara pintada de negro y llevaba puesta una capucha. Nadie lo reconoció.

—¿Quién eres?—Preguntó Kovu, confundido.

El chico misterioso, al escuchar esto, se sacó la capucha y se logró ver su distintivo cabello rojizo. Kiara lo reconoció de inmediatamente, era Kion.

—¿Kion?—Preguntó extrañada—¿Como me encontraste?

—¡Eso no importa!—Respondió el chico—¡Libera a mi hermana ahora mismo!—Gritó, mirando al de ojos verdes.

͠s͠ᴏ͠ʟ͠ᴏ ͠ᴀ ͠ᴛ͠ɪ ͠ᴛ͠ᴇ ͠ɴ͠ᴇ͠ᴄ͠ᴇ͠s͠ɪ͠ᴛ͠ᴏHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin