Una sorpresa

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Pasaron varias horas. Aún no se sabía nada de aquella princesa de ojos rojos.

—¡Vaya! ¿Tenías novia y no me habias dicho?—Preguntó el hermano mayor del de ojos verdes. Estaba todo desarreglado como siempre.

Su hermano menor solto una leve risita. Aunque no estaba de humor para reír, sus hermanos siempre lo hacían.

—Eso parece.

—Apuesto a que serán muy felices juntos—La de ojos violetas abrazó a su hermano.

—Hablando de eso...—El moreno separó de su hermana, la cual estaba desconcertada, y señaló a Kopa.—Deberías ir a hablarle...

Vitani se quedó callada mirando a aquel chico de cabellos morochos.

—No sé si deba...—Susurró la de ojos violetas.

—Hazlo, todo saldrá bien—Su hermano le dio un leve empujoncito a Vitani en dirección a Kopa. Luego, volvió con Nuka y siguieron hablando.

—U-uh, hola...—Susurró la joven mientras se acercaba.

El contrario, que era un poco más alto que la otra, se dio la vuelta y miró a Vitani a los ojos.

—¿Vit? ¿Eres tú?—El joven no lo podía creer.

—Sí.—Sonrió levemente.

—Has cambiado demasiado—La halagó maravillado.—Estás muy hermosa.—La contraria sintió como sus mejillas se sonrojaban.

—Gracias...—Susurró hecha un tomate—Lamento lo de tu hermana, Zira era enserio despreciable.

—Tranquila, tú no tienes la culpa.

Kovu los vio a la distancia dialogando y sonrió con tristeza. Le recordaba tanto a las escenas que había tenido con Kiara...

—¡Llegamos en cuanto nos enteramos!—Gritó Bunga, el más valiente de la guardia llegando con toda la guardia detrás.

La de ojos verdes abrazó a su pareja, Kion, y le susurró.

—Siento no haber estado ahí.—Dijo con tristeza—Siento lo de tu hermana también.

Ambos se separaron y se miraron a los ojos.

—Está bien, tranquila...—Se abrazaron nuevamente.

—¿Ella está bien?—Preguntó Beshte, el más fuerte.

—Aún no sabemos nada—Simba respondió.—Estamos hace unas horas esperando sin que nos digan nada.

—De seguro todo va a estar bien.—Soniró con optimismo el de la vista más aguda.

—Espero que tengas razón. —Suspiró Kovu.

La puerta de la habitación se abrió. Rafiki salió y todos hicieron silencio al verlo. Kovu se acercó corriendo al mayor con un rostro de preocupación.

—¿Cómo está? ¿Está bien? ¿Está viva? ¿Sanará?—Preguntó rápidamente.

—¿Por qué no lo ves por tu cuenta?—Sonrió el de pelos blancos.

Kovu tragó saliva, abrió la puerta del todo y entró. Simba intentó entrar detrás de él, pero Rafiki lo detuvo.

—Simba, Nala—Miró a los padres—Déjenlos un momento a solas. Mientras tanto, yo les diré los resultados de su hija—Sonrió y los alejo de aquella puerta, la cual Kovu cerró después de entrar.

Ya estando ahí, el de ojos verdes vio a su pareja aún acostada con los ojos cerrados. ¿Estaba durmiendo? ¿Descansando? Aún no despertaba.

Decidió agarrar una pequeña pero fina silla y colocarla junto a la cama de la princesa. Ya sentado, le agarró la mano a su amada y esperó mientras miraba su rostro con atención.

͠s͠ᴏ͠ʟ͠ᴏ ͠ᴀ ͠ᴛ͠ɪ ͠ᴛ͠ᴇ ͠ɴ͠ᴇ͠ᴄ͠ᴇ͠s͠ɪ͠ᴛ͠ᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora