͠s͠ᴏ͠ʟ͠ᴏ ͠ᴀ ͠ᴛ͠ɪ ͠ᴛ͠ᴇ ͠ɴ͠ᴇ͠ᴄ͠ᴇ͠s͠ɪ͠ᴛ͠ᴏ

Confío en ti

—Mierda...—Susurró Kiara para sí misma al ver a sus padres aparecer.

Los habitantes presentes y la guardia, menos Kion, se inclinaron ante sus gobernantes. Kiara miró a sus padres, tenía algo de miedo. ¿Qué le dirían? Era obvio que iban a regañar por esto.

—¿Qué está pasando aquí?—Habló Simba, con su voz que resonó en todo el ambiente.

—Padre, puedo explicarlo—Dijo rápidamente su hija.

—¿Cómo se te ocurre cometer semejante locura?—Esta vez, su madre habló. Se veía enojada, no tenía ni una pizca de aquella serenidad típica de su rostro.

—Vamos a casa—Dijo su padre, cortante.—Todos—Esta vez, señaló a Kion también.

Kion, quién miraba todo esto con preocupación, miró a la guardia. Estos los miraban apenados por la suerte que corrían princesa y el príncipe.

—Suerte, Kion—Susurró la rubia de ojos verdes mientras veía a su pareja ir detrás de sus padres.

Kiara iba al lado del menor. Ambos iban cabizbajos. La chica soltó un suspiro.

Al llegar al palacio, Kovu los vio llegar. Buscó la mirada de la joven, pero lo único que encontró es verla con lastimaduras y cortes. Estos no eran muy importantes, pero verla así le rompió el corazón.

Kiara no dirigió la mirada a nada más que al piso. Ni saludó a Kovu con su sonrisa típica llena de alegría. No, no estaba de humor.

El mayor llevó a los tres a la sala de los tronos, pues allí estarían los cuatro solos para hablar de todo lo que había pasado.

—¿Quiero saber cómo es que se te ocurrió eso, Kiara?—Preguntó su padre, serio. Se sentó al lado del trono de su esposa y los miró fijo. Nala hizo lo mismo.

—Es mi culpa, padre—Dijo su hermanito menor.

—No—Interrumpió Kiara.—Fue mía.

—¿Por qué? ¿Por qué se te ocurre ponerte en riesgo a ti y a los habitantes de Pridelands?—La cara de seriedad de su padre era cada vez más intensa.

—Porque estoy cansada. Cansada de que no tengan fe en mi—Hacía pausas en cada palabra mientras miraba a sus padres cara a cara—Cansada de que crean que soy débil.

—Hija, nadie cree eso—Dijo su madre, tratando de calmar la situación.

—¿Enserio, mamá?—Preguntó Kiara, utilizando una notable cantidad de sarcasmo en sus palabras.—Wow, al fin. ¡Soy independiente!—Rio su hija, con sarcasmo.

Kion miraba la fuerte revelación de su hermana con silencio. La había escuchado quejarse varias veces hace años, pero nunca se había confrontado tan fuertemente a sus padres.

—Kiara, ¿Cuántas veces discutimos esto? Eres la princesa. No puedes salir a las calles así como así.—Simba aún no perdía su seriedad ni la postura.

—¡Pero padre...- —Kiara fue interrumpida por su padre nuevamente.

—¿Te has visto cómo estás? ¡Estas lastimada!—Gritó su padre, señalando el cuerpo de su hija.

—Al menos el pueblo ahora sabe quién soy—Dijo con algo de orgullo.

Simba la miró a su hija. Un silencio intenso se produjo en la habitación.
Kion y su madre miraban esta escena algo incómodos.

—Vete a tu habitación—Dijo Simba, cortante.

—Pa...- —Fue interrumpida por la voz gruesa y autoritaria del mayor.