Perdón y gracias

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La chica caminaba por los pasillos con Kovu de la mano. Ella sonreía y hablaba acerca de su hogar. Kovu se mareó demasiado, pues habían veces que no entendía a la princesa.

—¡Te va a encantar tu habitación!—Sonrió la chica—Está por...¡Aquí! —Señaló un cuarto que decía "huéspedes".

Kovu le soltó la mano y se acercó. Se dio media vuelta para mirarla y fingió una sonrisa.

—Bien, gracias.

—¿Necesitas algo más? —Preguntó amablemente la joven.

—¿Se supone que eres mi sirvienta ahora?—Soltó una carcajada el chico.

—¡Ya madura!—Contestó Kiara, entre risas.

El chico seguía riendo con los ojos cerrados. Cuando los abrió, vio a Kiara que también dejaba de reírse.
Se produjo un silencio entre los dos. Ambos se quedaron mirando fijamente. Kiara notó un brillo en los ojos del contrario. ¡Parecían dos luces fluorescentes! Sí que tenía hermosos ojos el joven.

—Bien—Kiara decidió romper el silencio—, que descanses.

La chica se acercó y le dio un pequeño beso en la mejilla. Para muchos eso no hubiera significado nada. Pero para Kovu, era mucho. Y era comprensible,pues su madre nunca le dió amor y cariño. ¿Sus hermanos? Solo peleaban una y otra vez con él.

Kiara se dió vuelva y desapareció entre los pasillos del palacio. Kovu se quedó inmóvil y llevó su mano derecha a la mejilla antes besada. Su rostro dibujó una sonrisa sincera.

Sin decir nada más, entró a su nuevo cuarto. Era demasiado fino y estaba muy decorado. ¡La cama parecía para cinco personas!¡Era enorme! Al chico moreno le encantó todo. Caminó hasta la cama y se tiró a ella sin pensarlo dos veces.

—¡Esto sí que es vida!—Sonreía y suspiraba.

Esa habitación era todo lo contrario a su casa. Y ni hablar de la atención y hospitalidad de parte de la princesa.

♥♥♥

Por otro lado, se encontraba la princesa. Estaba yendo a la habitación de su pequeño hermano y pensando en las palabras de disculpa que ella le ofrecería.
No le gustaba mucho la idea de disculparse con su hermano, pero debía hacerlo. Además, aprovecharía el momento para agradecer el rescate.

La chica llegó al cuarto y soltó un suspiro. Entró sin previo aviso y nunca imaginó ver lo que estaba pasando ahí adentro. Abrió sus ojos como platos. Quedó boquiabierta y no supo cómo reaccionar ante ello.

—¿¡Qué!?¡Kiara! —Gritó su hermano con furia.

¿Qué estaba pasando? Pues, Fuli se encontraba sobre cuerpo de Kion. Ambos se estaban besando y riendo.
Aún no había pasado nada entre ellos dos.
¡Gracias a Dios! El chico era muy joven para esto.

La chica rubia y de ojos verdes se levantó rápidamente. Estaba demasiado sonrojada y nerviosa. Acomodó la ropa que tenía puesta, saludó al chico, a Kiara le hizo una pequeña reverencia y murmurando unas palabras, salió de la habitación.

—Nos vemos, Kion.—Murmuró, saliendo.

Kiara, quién aún no reaccionaba, comenzó a acercarse a su hermano.
Kion se levantó y se sentó en la punta de la cama. Su hermana mayor lo siguió y se acomodó a su lado.

—Ok—Suspiró Kiara—¿Hace cuánto que son pareja?

Kion miraba hacia otro lado y trató de ignorar la pregunta de su hermana. Llevaba unos meses con Fuli y nadie lo sabía.
Kiara lo miró nuevamente, más seria que antes.

—¿Cuánto llevan como pareja?—Repitió su hermana.

Kion comenzó a murmurar algunas palabras que Kiara no llegaba a escuchar.
El de pelo rojizo levantó la mirada y vio a su hermana.

—Como dos o tres meses...—Suspiró Kion, mirando al suelo nuevamente. Luego la miró, más preocupado. —¡Juro que no estábamos haciendo nada!—Gritó.

Kiara lo miro con una ceja alzada. Algo seria suspiró.

—¡Lo juro por mamá y papá!—Gritó nuevamente.

—Está bien, deja de gritar.—Contestó su hermana—Te creo.

Kion suspiró y se recostó en su cama.

—¿Sabes? Nunca llegué a amar a alguien tanto como la amo a ella. Es la mejor chica que un hombre pueda tener—Kiara sonrió, su hermano estaba demasiado enamorado—Tdo comenzó en el baile de Kupatana.
¿Lo recuerdas?

Kiara asintió. Esa celebración de paz y armonía entre las tribus vecinas había sido hace unos meses.

—Allí fue cuando ambos nos declaramos.

Kiara acarició el cabello de su hermano menor mientras sonreía.
Kion la miró.

—No le digas a nadie, por favor. —Comentó el menor en tono de súplica.

—Mis labios está cerrados.—Soltó una risita su hermana—Me alegro que hayas conseguido a alguien que te respete y que te valore.

Kion sonrió. Le había contado a alguien sobre su relación con Fuli, eso ya era un avance.

—Pronto se lo diré a mamá y a papá.

—Tómate tu tiempo.—Su hermana sonrió nuevamente— Oh, a lo que venía.

Su hermana dijo de acariciar el cabello de Kion y lo miró.

—Perdona por haberte gritado en la mañana... Estaba furiosa.

—No pasa nada, para eso son los hermanos.—Contestó el chico en broma.

—Y también quería agradecerte a ti y a la guardia. Gracias por haberme ido a salvar.— La chica mostraba sinceridad en sus palabras.

—De nada. No es la primera y no será la última vez.—Sonrió el chico.

Tenía razón, su hermano la había salvado varias veces antes. A Kiara le avergonzaba eso, pero ¿Qué le se iba a hacer?

—Será mejor que me vaya a dormir.—La chica se levantó de la cama.—Buenas noches, príncipe idiota. —Ese era el apodo que tenía para su hermano.

El menor sonrió, pero tampoco se quedó con la boca cerrada.

—Buenas noches, bruja horrenda.

La chica río y salió de la habitación.
Iba a dirigirse a la suya para descansar y pensar un poco. Pues enserio lo necesitaba.

͠s͠ᴏ͠ʟ͠ᴏ ͠ᴀ ͠ᴛ͠ɪ ͠ᴛ͠ᴇ ͠ɴ͠ᴇ͠ᴄ͠ᴇ͠s͠ɪ͠ᴛ͠ᴏWhere stories live. Discover now