En el calor de tu mirada. (TERMINADA 🥰)

CAPITULO 1¿QUE HAGO AQUÍ?

Casi daba la media noche cuando desperté, sentí un sudor frio correr en la frente y me sentía sola...completamente sola. Siempre la misma pregunta ¿Qué hago aquí? Claramente siento que no pertenezco y algo me falta; de pronto la veo venir hacia mi estirando su mano, me toma el rostro y me besa...siento el calor emanando de su boca, cielos es tan delicioso como un néctar del que nunca me canso.

Sus manos empiezan a recorrer mis costados, se a donde se dirige y no quiero detenerla me muero por sus toques, es tan delicada y diligente. Sus besos caen en mi boca, cuello, orejas y lentamente bajan hasta mis pezones, comienzo a ser presa del deseo...también quiero tocar pero inmediatamente ella detiene sus toques y me fulmina con una mirada asesina, no me queda más que aguantar silenciosamente, coloco mis manos por encima de mi cabeza y ella de nuevo inicia la tortura.

Nuevas oleadas de placer me recorren una tras de otra, electricidad pura; siento como si fuera a explotar de un momento a otro...de pronto todo se detiene y un ruido sordo que viene del exterior me hace abrir los ojos desesperada y ella...se ha ido. Se hace visible mi dolor y comienzo a llorar como una niña, he perdido todo lo que tenia pero nada importa si también la he perdido a ella. Otra vez no tengo energía para moverme, toda vida ha sido drenada de mi cuerpo ya son las ocho de la mañana, me obligo a levantarme para responder al llamado de la puerta.

Mensajera-Buenos días, traemos un mensaje para la señorita Mo.

-Soy yo, buenos días.

M-Firme aquí. Hermosa mañana no cree.

Solo en ese momento preste atención a esta chica que me entrega un sobre, su cara resplandece y tiene un aura feliz (claro que comparada conmigo, cualquiera se vería más feliz y luminoso)

-¿Sí? No lo había notado

En cuanto la miro noto que se sonroja y sus ojos adquieren otro matiz, me parece curioso pero finalmente le doy la espalda y cierro la puerta, ¿Qué ha sido eso? Estoy demasiado perezosa para averiguarlo en este momento. Abro el sobre y el mensaje me deja perpleja, mi padre ya sabe donde estoy, tanto que me gusta este lugar ahora también me tengo que ir de aquí. Comienzo a meter cosas en mi maleta desordenadamente, tiro cosas sin fijarme, de nuevo escucho la puerta y eso me hace detenerme, acudo a abrir de mala gana y lo veo.

Padre-Así que aquí te has escondido, ¿no te di tiempo de huir?

-Papá, ¿qué haces aquí?

P-Deja las preguntas tontas y ven a abrazar a tu viejo, ¿acaso no sabes cuánto te he buscado? te extrañe mucho pequeña.

Me dice mientras me atrae hacia él y me abraza, yo también lo extrañe, si tan solo él supiera cuanto lo extrañe, después de un rato de grabar su aroma en mis recuerdos y sentir su calor conocido le digo:

-Papá sabes que no me fui porque no te quisiera, tenía que alejarme un poco, ver mi vida en perspectiva, me sentía ahogada...

P-Yo nuca dije que no me quisieras, pero haberte ido precipitadamente me hirió mucho, tu carta solo logro hacer mi herida más profunda y en realidad quería buscarte para pedirte perdón.

-¿Tù, porque abrías de pedirme perdón?

P-Porque nunca entendí realmente como te sentías, hasta el día en que te perdí, tu nunca has dejado de ser mi pequeña, tus preferencias nunca debieron separarnos, bueno más bien nunca debí alejarme por eso...muchas veces culpe a tu madre por dejarnos, pero después de algún tiempo comprendí que nadie tenía la culpa de quien eras y que no era ningún problema a quien elegías amar, durante estos años solo he querido decirte eso y te amo más que nuca hija, siempre te amare y en mi corazón tu lugar, tu espacio está intacto.

Abrí los ojos tan ampliamente cuando lo vi llorar, por eso me buscaba hasta el cansancio, me siento tan culpable, él nunca tuvo la culpa de cómo se dieron las cosas y yo solo hui cuando sentí todo perdido, fue estúpido solo despedirme con una carta.

-Papá no sabes lo bien que me hacen tus palabras, pero yo también te quiero pedir perdón. Por huir de casa, por no hablarte de frente, por no enfrentar las cosas tal como me enseñaste, por abandonarte, por herirte...

P-Mi pequeña ya no hay nada que perdonar, entiendo que te sentías perdida, pero te he encontrado y ahora volverás a casa ¿Cierto? Sabes que tu hermano también te extraña, volvió a casa después que te fuiste y ha estado conmigo desde entonces, se caso con esa chiquilla que solía jugar contigo en casa, al principio pensé que era demasiado joven para el pero solo son dos años y es tan buena esposa.

Tan pronto como estas palabras dejaron la boca de mi padre sentí que algo me atravesó desde la espalda y me partió en dos. Como le digo que la ahora esposa de mi hermano fue la razón de que toda mi vida se viniera abajo, que fue mía antes que de él, creo que no tienen caso las explicaciones. Pero como le digo que no quiero volver a casa si ellos están allí.

-Papá no puedo volver a casa, ¿cómo podría? Ahora tengo una vida aquí. Trabajo, amigos.

Solo puedo mentir no encuentro otra solución; mi padre me mira renuente, no puedo ni mirarle de frente, si lo veo directamente siento que lo sabrá todo y no puedo causarle más sufrimiento.

P-Esta bien, te doy un mes para prepararte y volver a casa, tu hermano pronto iniciara una familia y volverá a su propia casa, así que me quedare solo, entiendes SOLO, deberás volver antes de que se vayan. Tienes mucho talento y confió en que encontraras trabajo tan pronto como llegues a casa, de tus amigos no tienes que preocuparte realmente no estamos tan lejos como para que no puedan visitarte, bien ahora me voy, tu hermano no sabe que he venido a buscarte y ahora puedo darle la sorpresa de que volverás. Durante los primeros años el estuvo muy molesto y me prohibió buscarte, así que tuve que hacerlo en secreto y hoy estas delante mío así que valió totalmente la pena.

Me abraza de nuevo y sale por la puerta, veo la puerta sintiendo como si todo hubiese sido un sueño pero la carta en mi mano y su aroma me dicen que si que estuvo ahí hablando conmigo y que me dio un ultimátum de volver a casa en un mes. Me tiro en la cama, cierro los ojos y pronto los recuerdos comienzan a llegar a raudales.

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