El sueño de Alan// 17. La fiesta.

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Este capítulo también será narrado bajo la perspectiva de Dakota porque la circunstancia así lo requiere, ajia, ajia, ajia. xD


Dakota


-¿De veras que no es posible que vengas?-Insisto, Alan niega, frotando la punta de su nariz con la mía, nos besamos.-Jo, ¿por qué?

-Tengo cosas que hacer, nena.

-¿Cómo por ejemplo?-Arrugo el ceño.

Sé que no le gusta que le presionen, pero es que, de verdad me encantaría tanto ir con él.

-Como terminar de organizar mi habitación, y seguir haciendo algunos arreglos en la cabaña.

-Está bien.-Suspiro.-¿Te veo después?-Muerdo mi labio inferior.-Tengo ganas de...

-¿De que te folle bien duro?-Me abraza, pegándome a su cuerpo, estamos detrás del grueso tronco de un árbol, cerca de su casa.

Asiento, mis dedos acarician su pecho por encima de la camisa del uniforme, aun no le he contado lo de papá, ni lo de mis problemas económicos, tengo muchas ganas de tener intimidad con él y hablar, a parte del sexo.

-Te quiero.-Murmuro, alzando mis puntillas para llegar a sus labios, él inclina la cabeza para así facilitármelo, cuando trato de terminar el beso, su boca atrapa la mía, entrando con su lengua de forma ansiosa, nos morreamos allí detrás del tronco del árbol, abrazados, notando nuestros corazones palpitar muy fuerte.

-Yo también, pequeña.

-Nos vemos luego.-Le señalo con el dedo índice a modo de advertencia, él esboza una amplia sonrisa, guiñándome un ojo.

-Sabes que sí, loquita.

Nos damos una última sonrisa, nuestros cuerpos se resisten a separarse cuando empezamos a caminar en direcciones distintas, extendiendo nuestros brazos mientras nos alejamos de forma que la yema de los dedos terminan por separarse.

Decido aligerar el paso para no llegar tarde a esa maldita fiesta, es de disfraces, y no me he comprado nada, así que simplemente me vestiré de negro, me pintaré la cara de muerta y diré que soy una zombie.

Mi dinero no llega para más.

-Dakota.- Mamá me nombra en cuanto me oye entrar en casa, no hay comida hecha, está sentada en el sofá con la televisión apagada, fumando un cigarrillo.

-Dime, mamá.

-¿Tu padre te ha llamado o algo?

Reviso el teléfono.

-No, en absoluto.

Ella asiente.

-Vale.

Me rasco el brazo mientras dejo la mochila descender por mi hombro, colgándola del perchero.

-Voy a hacer algo de comer, mamá, ¿Qué te apetece?

SCHIZOPRENIA✔Where stories live. Discover now