Capítulo 8: Nota misteriosa

32.4K 3.8K 2.6K
                                    

Alan. 

El móvil suena sin parar, noto como las densas pestañas de mis párpados tienen dificultad para despegarse a causa de las legañas. 

Contesto a la llamada, llevándome el teléfono al oído.

—¿Sí? 

—¿Alan? 

Es Peter.

—¿Quién si no?—Me estiro, hay una chica a mi lado, ¿cómo coño acabó aquí? 

Intento buscar el interruptor de la luz, ayer bebí, pero estuve consciente todo el momento, después de encontrarme con Evans, vine a este hostal, y directamente, tras una ducha de agua fría, me quedé dormido.

¿De dónde ha salido? 

Está de espaldas a mi, su cabello es corto, por la altura de la nuca, castaño, con una piel muy pálida, de figura esbelta.

—Alan, ¿has visto las noticias? 

—No, recién me estoy incorporando a la sociedad, disculpa que no esté al día.

—Ha desaparecido una joven, otra más.—Frunzo los labios.—Dakota fue el principio, tras ella ya van 13 chicas desparecidas, hacía mucho que no volvían a secuestrar a otra, pero parece que le asesino, o quien sea que esté detrás, ha vuelto a las andadas.

—Eso significa...— El sueño se va desvaneciendo, a lo que cada vez estoy más despierto.

—Que es posible encontrar a Dakota, bueno... aunque no esté viva, pero al menos, saber qué pasó.

—Dakota está viva.—Rujo, no puedo ni pensar en un final así.—Está bien, Peter, gracias por llamar, luego pasaré por el banco, y te haré una visita.

—Cuando quieras, Alan, aquí estaré.

Cuelgo la llamada, encontrando el fin el interruptor de la luz.

—Eh, no sé quien coño eres ni como has acabado aquí, pero tienes que irte.— Ordeno, viendo que no se mueve.

Espera...

Su cuerpo parece no respirar.

No puede ser.

''¡Juguete! ¡Juguete! ¡Juguete!''

Me acerco lentamente, examinándola, aparto levemente un grueso mechón de cabello castaño, parte del flequillo, que tapa su rostro. No la conozco de nada, nunca la he visto.

Y está muerta.

Su expresión es clara, ha muerto de asfixia, además, las marcas en su cuello lo demuestran.

Alguien la ha matado  y la ha dejado aquí pero...¿cómo? 

Inspecciono la habitación por todas partes, buscando huellas de pisadas, algún rastro, lo que sea. No hay absolutamente nada.

Nada excepto...

La tarjeta de un burdel.

''La coneja caliente''

Vaya nombre.

Me percato entonces, mientras camino de un lado para otro, pensando en qué hacer con el cuerpo de la chica, y en qué clase de lío me están intentando meter, de un detalle que antes no estaba. Hay una carta justo al lado del televisor.

Decido tomarla y abrirla.

''Querido Schizo; 

Después de tantos años, supongo que ya ni me recuerdas, pero la verdad, es que yo no he podido olvidarte.

SCHIZOPRENIA✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora