Capítulo 3

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Capítulo 3: La propuesta.

Aun sigo sin creerme lo que pasó el Viernes por la noche.

¿De verdad besé a Arion Archibold? ¿En una fiesta?

Katherine Kummer dejó mi cuerpo ese día y fue substituida por alguien totalmente diferente. Alguien capaz de subirse a un coche con un casi desconocido, besarse con él y dejar que la toquetee. Para mi buena suerte, mi parte racional volvió antes de que levantara mi falda.

Y no es que Arion Archibold bese mal. De hecho, su beso me dejo como un flan derretido, sin exageraciones. Sus labios sabían a fresa con un toque de Vodka, y aunque la mezcla no suena tan apetecible, su sabor era delicioso.

Pero no me encontraba lista para tener algo con él, en el asiento trasero de una limusina y sabiendo como es con las chicas. Algo de dignidad y clase nunca viene mal, chicas.

—¡KATHERINE MARIE KUMMER, ¿¡PORQUÉ NO ESTÁS LISTA?!—Grita mi madre desde la cocina.

—¡Porque tú decidiste que tenía que cambiarme para mi primer día de instituto a cinco minutos de salir!

Mi madre es una mujer perfeccionista. Puede que demasiado perfeccionista. Le gusta que las cosas se hagan a su manera, tener siempre la razón. Es diseñadora de moda, así que la ropa para ella es algo sumamente importante. No me quejo, tener una madre con buen gusto de la moda es genial, pero a veces un poco fastidioso.

—¡Sal ya de tu habitación! Gregor te va a llevar en su coche.

Genial, mamá.

Dile a tu hija de 17 años que su padrastro, que curiosamente es el director de la escuela a la que vas, la va llevar al colegio. ¿Hay algo más vergonzoso?

—¡Viene Bella a por mi! Dile a Gregor que gracias, pero no hace falta que se preocupe.

Mi madre se da por satisfecha. Le acabo de soltar una mentira a medias: en realidad Bella no viene a por mi, por lo menos no a mi casa. Hemos quedado en que me recogerá en la Avenida, que está a unos 10 minutos de aquí y a unos 5 del colegio, así que me toca caminar un buen tramo sola.

Me despido de mi madre con un beso en la mejilla y salgo de casa, dispuesta a caminar durante 10 minutos con mis cascos puestos.

No me molesta caminar, lo considero más bien una actividad refrescante. Me ayuda a abrir mi mente de alguna manera, a desconectar del mundo.

Shawn Mendes ayuda a ese proceso.

No llevo ni cinco minutos caminando cuando una limusina negra pasa por mi lado y se detiene ahí. Espero que a Gregor no se le haya ocurrido la brillante idea de perseguirme con su limusina para convencerme de ir con él.

La ventanilla se baja y Arion Archibold se asoma por ella.

Juro que mi corazón se paró en ese mismo instante.

Late corazón, que si no me muero. ¡O corre! Corre lo más lejos que puedas de este demonio vestido de ángel.

Todos los recuerdos de el Viernes pasado vuelven a mi como un rayo. Él mirándome, el besandome, el tocandome...

¡Enfócate Katherine!

—¿Recordando algo?—Pregunta él con esa sonrisa de suficiencia que tienen todos los Archibold.

Esa sonrisa perfecta que podría salir en un anuncio de Colgate.

—No, más bien preguntándome porqué me sigues.—Otra mentira a medias. Ya van dos esta mañana.

—Quiero pedirte una cosa. Te puedo llevar a la escuela, no me gusta que las chicas caminen solas por la mañana. Es peligroso.

Atrevete a EnamorarteWhere stories live. Discover now