Capítulo 12: Acercamientos

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Desde que su hermana falleció, había tenido que repartirse la custodia de JinLing: Si él pudiera, lo tendría siempre consigo; sin embargo, al final de cuentas, su sobrino pertenecería a la secta Jin y no podía dejarla. Además, como único miembro de la familia principal cargaba con toda la responsabilidad en su propia secta. Se suponía que JinLing se quedaría un par de semanas más. Sorpresivamente, le habían mandado una carta diciéndole que el niño no se calmaba con nada, que lloraba todos los días. Las niñeras habían perdido la paciencia y la esposa de GuangYao no se sentía capacitada para atenderlo.

"Tenía que ser una beta" pensó para sí mismo el líder de la secta Jiang. Después de todo, JinLing era cachorro de una pareja alfa-omega, por lo cual sus instintos demandaban por el aroma de alguno de ellos.

Arribó en la Torre de Koi e ingresó rápidamente. Iba a llevarse a JinLing, esperaba que no estuviera enfermo o alguien ahí la pagaría caro. Estaba furioso de solo pensar que no le cuidaban adecuadamente. Además de un poco frustrado consigo mismo por no poder acaparar su custodia.

Preguntó a los sirvientes que le recibieron, ellos le indicaron que lo tenían en su habitación donde se encontraba JinGuangYao junto a su hermano jurado. Aparentemente, el primer maestro Lan estaba a su lado como era usual.

La incomodidad le sacudió. Debía acostumbrarse a topárselo constantemente, Guang Yao era líder de la secta Jin, tío de JinLing y Xichen era su hermano jurado y "mejor amigo"; aunque las malas lenguas decían que eran amantes desde hace mucho tiempo. Y él lo creía. Lo cual le afectaba más de lo que se permitía aceptar. La pregunta de "¿tan rápido se buscó compañía?" rondaban por su cabeza.

Solo habían pasado algunos años desde que le rechazó y Xichen ya tenía una sólida relación con su hermano jurado. Los chismes decían que esa relación había cambiado desde la caída del patriarca de Yilling. Otro tema, por demás, espinoso para él.

Aun así, se armó de su fría cara y subió hacia la habitación. Esperó escuchar el llanto de su pequeño sobrino; sin embargo, unas risitas provenientes de la habitación le sorprendieron. Estaba seguro que eran de su sobrino. Tuvo cierto miedo de abrir la puerta. De repente escuchó algunas voces.

—Lo quiero. —Declaró la voz del menor caprichosamente.

—No puedes, pequeño. Esto es para una persona especial.

—Mío...—Insistió el menor.

Jiang Cheng se lo imaginaba hasta haciendo un puchero con sus labios. Era muy terco cuando le gustaba algo, se preguntó qué es lo que el primer maestro Lan tendría que llamaba tanto su atención.

—No puede entregártelo, lo siento. —Declaró esa voz tan calmada pero que al omega producía una sensación de intranquilidad. —¿Desearías escuchar otra canción a cambio?

JinLing se quedó en silencio, luego dijo un "mmm". Jiang Chen sonrío débilmente. Seguro su sobrino estaba evaluando si la oferta era tentadora. Luego de unos segundos, el niño declaró un ¡Sí!

En ese instante, Jiang Cheng decidió ingresar. Era una imagen que no se esperaba de ninguna manera: El primer maestro Lan tenía sentado en sus piernas a JinLing. Y este sonreía, expectante por oír otra canción. El alfa le veía con paciencia infinita.

Una ligera sonrisa parecía querer aproximarse en el primer maestro Lan cuando su mirada se topó con la de Jiang Cheng, pero luego su rostro se puso serio.

—Líder Jiang. —Le saludó con formalidad. —Disculpe que tenga a su sobrino cargado, pero A-Yao fue a interrogar a las niñeras.

Despertó de la dulce imagen y se acercó rápidamente hacia JinLing. Su sobrino no se desapegaba del alfa, lucía muy cómodo sentado en su regazo. Así que al querer revisar que todo estuviera bien con JinLing, tuvo que acerarse demasiado al otro. Tener al primer maestro Lan tan cerca le escarapeló el cuerpo, así como su aroma a lavanda le llamaba.

El maestro del Muelle de Loto (Hiatus Indefinido) Où les histoires vivent. Découvrez maintenant