Capítulo 26: Amor y lujuria

6.6K 511 358
                                    

Si era sincero consigo mismo nunca había sido tan sexual. Su madre le había entrenado para no desear a un alfa en sus celos. Y cuando conoció a Xichen, puso en práctica con mayor firmeza. Luego de que las desgracias los separaran, casi había olvidado que era un omega con deseos sexuales. Hasta que comenzó a sentir el ansia por tocar y ser tocado por su alfa. Xichen era un hombre tan hermoso, de facciones suaves en el rostro que contrastaba con esa mirada llena de lujuria que solo despertaba él. Y el cuerpo que tenía era lo que todo omega soñaba en su adolescencia en un alfa, sus músculos marcados, duros, firmes, pero no exagerados, guardando una preciosa armonía.

Gimió el nombre de su alfa mientras continuaba balaceándose de arriba abajo sobre su alfa. Decidió que era buena idea cobrárselas el usar zidian. Así que tenía al alfa amarrado mientras él se movía sobre su miembro erguido, puso sus manos en el hombro del otro para no perder balance.

—Esto es una tortura, lotito.

Le calló con un beso, deslizó sus manos por todo el pecho, clavando algunas veces las garras en este. Se abrazó a él cuando sintió que finalmente llegaría al orgasmo. Sin embargo, el alfa aun no llegaba. Así que continúo moviéndose con más ahínco, levantando su melena de cabello para darse un poco de aire. Aquel simple gesto hizo suspirar al mayor.

—Adoro tu cabello.

Parecía que el solo moverlo era un incentivo erótico para el alfa. Sonrió con malicia, dejando al descubierto un hombro. Se acercó a su alfa mientras mordía su labio provocativamente. Lo sintió removerse, intentando liberarse de zidian, pero no resultó.

—Maestro Lan ¿Quién tiene el control ahora?

—Tú, mi omega.

Jiang Cheng cruzó sus brazos en la nuca de su pareja.

—Entonces, dime "soy tu alfa y mi pene solo te pertenece"

Estaba seguro que se iba avergonzar por esas palabras tan absurdas, pero estaba extasiado, se sentía a un paso del entrar al abismo del placer. Sentía todos sus instintos de omega pugnar por reclamar a ese alfa solo para sí, por borrar si alguien más había tenido la osadía de tocarle, aunque sea un cabello.

Xichen río divertido. No iba a desaprovechar una oportunidad así. ¿Quería que se omega lo reclame? Por supuesto.

—A-Cheng, soy tuyo desde siempre, tu alfa, solo te deseo a ti y sí esto—Señaló su entrepierna con un gesto. —Es solo para ti. Te llenaré mucho y te daré muchos cachorros.

Las mejillas de Jiang Cheng ardían casi a punto de explotar. Así que se refugió en el cuello del alfa, se removió un poco más hasta sentir como el miembro del alfa llegaba hasta lo más profundo, abriendo su matriz. Derramó algunas lágrimas en silencio mientras clavaba sus garras en la espalda del alfa.

—Xichen, mi alfa.

El mayor también gimió, sintiendo como su mente estallaba en infinitos colores para luego sentirse liviano, en blanco. Bajó la cabeza y le dio un beso a su omega en la frente.

El menor llamó a zidian liberando al alfa. Quien acomodó al omega mejor entre sus brazos. Se aferraron el uno al otro, ocupando el menor espacio en el lecho, parecían como un solo ser, no existía comienzo ni final del otro cuerpo, perfectamente unidos y abrazados.

—Te amo tanto.

—Yo también, alfa.

Jiang Cheng se sentía adormilado sintiendo como aquellas corrientes de semilla de su alfa aun lo llenaban en abundancia. Sería un milagro si no quedaba preñado. Se separó ligeramente.

El maestro del Muelle de Loto (Hiatus Indefinido) Where stories live. Discover now