"maldito el día en que te encontré, eh."
Un joven de cabellos negros y cuerpo bajito y con complexión delgada caminaba por los solitarios pasillos de la escuela, con los cascos puestos con musica a todo volumen. Sus ojos negros se posaban solo adelante, buscando un lugar tranquilo en donde pasar el rato antes de que sus compañeros salieran de clase y comenzaran a molestarlo una vez mas. Así es. Reaper renrink un joven de 16 años de edad, hijo de un muy respetado científico, era el típico niño emo o hipster de la escuela, a el no le molestaba en lo absoluto y es mas, nadie tenia nada en contra de aquello... Pero, había un punto en especial por el cual era molestado.
El solía hablar de mas siempre, cuando trataba de hacer una amistad, no reñía filtro decía verdades a mas no poder... Y contaba mucho de su vida personal... Lo cual no tendría nada de malo, claro, si lo hiciera con las personas correctas.. Pero, Reaper tubo la mala suerte... De convivir con personas de mierda.
Puesto de que Nightmare, aquel que creía su mejor amigo, había revelado uno de sus mas grandes secretos...
Que era gay.
Las burlas y los chistes tanto con o las agresiones no se hicieron esperar, por supuesto nightmare no le hacia daño... Pero, si arruino mucho su vida.
A partir de ese momento se convirtió en un blanco fácil para todos en la escuela, resivia burlas, golpes, insultos... Le robaban las cosas y le rompían en ovaciones muchos de sus artefactos o apuntes escolares.
Gracias a esto, su rendimiento académico fue del diez al uno en cuestión de nada, Reaper era muy sensible... Muy sensible.
Nunca contó de las agresiones a su padre o hermano puesto que no quería que estos vieran esa debilidad que el cargaba, el quería verse fuerte, quería verse valiente ante su hermano menor y ... Por lo menos maduro ante los ojos de su padre.
Desde luego, las bajas notas que traía solo ayudaban a meter mas estrés en su pobre cabezita y estrujaban su pecho con una magnitud impresionante.
El creía que debia soportar todo aquello hasta la graduación... Pero, no. Estaba muy equivocado.. Porque toda "princesa" necesita un príncipe...
Siguió avanzando hasta un jardín en el patio escolar, pensó que con suerte y nadie lo notaria ahí, pensó que podría estar a salvo... Pero no fue así.
Una vez que la campana de receso sonó, los abusivos salieron cual perros cazadores soltados por sus dueños en busca de cualquier inocente conejito que estuviese desprevenido...
Y ahí es donde entra nuestro Reaper.
— Hey inutul, levanta tu trasero Gay de ahí y danos tu almuerzo.— un chico de cabellos violetas le arrebato los cascos de un tirón y otro lo empujo quitándole la mochila.
— que es toda esta mierda?— un moreno de cabellos obscuros gruño al ver el contenido de la mochila de Reaper, arrojando todo al suelo, y pisoteandolo... Ahí iban los apuntes para el examen en los que Reaper tanto había trabajado...
— o-oigan n-no e-eh echo nada malo... P-porfavor podrían darme m- un buen puñetazo en su cara hizo que Reaper tambaleara nuevamente y guardara silencio tomando con fuerza esa zona afectada.
—Calla pedazo de mierda.— esta vez un chico de pañoleta roja hablo y miro a Reaper fríamente.
Los tres se iban acercando, acorralando mas al pobre hipster, pero... Casi como si el cielo uniese escuchado una de las múltiples plegarias de Reaper... Alguien lo ayudo.
