— detente ahí.—
La voz gruesa del padre de Reaper hizo que el pelinegro se quedase plantado justo ahí, quieto y esperando a que el mayor se acercara. Los nervios eran fáciles de notar en Reaper, siempre temblaba demasiado.
Gaster se coloco frente a el en cuestión de nada, observándolo con paciencia y analizándolo bien.
—¿Donde esta tu camiseta jovensito?— cuestionó al ver que Reaper llevaba puesta solo una chamarra que era dos veces mas grande que el.
— A-amm pues.. Yo... Me ensucie con postre en la cafetería y pues.. Eso— Reaper bajo la vista enfrente de su padre, no podía mirarlo a los ojos, para Gaster fue mas que evidente que algo no andaba bien con su hijo mayor. Pero de todas formas no preguntaría si Reaper no tocaba el tema.
—Bien. ¿De quien es la chaqueta?— Cuestiono ahora cruzándose de brazos, que el supiera, Reaper no tenia tantas amistades. Entonces...
El menor se analizo a si mismo un momento, como si hubiese olvidado por completo que estaba utilizando la chaqueta de geno para cubrirse; alzo la vista a su padre con mas nerviosismo aun y trató de buscar las palabras correctas para expresarse en ese momento.
—P-pues... E-es d-d-de un compañero...— Reaper se abrazo a si mismo volviendo a hacer una pequeña pausa para contestar sin tartamudear esta vez— Me la presto...
—Ya veo.— Gaster soltó un suspiro pesado y acaricio los cabellos de su primogénito— ve a cambiarte... Cenaremos afuera esta noche.
—Si...—
El menor bajo la cabezita y volvió a su labor de subir las escaleras hasta su cuarto, el día en si había sido extraño hasta ese momento, pero, por lo menos ahora podría descansar de forma adecuada y comer algo delicioso.
...
—Spaguettiiii— el pequeño hermano de Reaper saltaba energéticamente a un lado de el, jalando de la mano a Reaper con prisa, repitiendo el platillo que pediría en cuanto llegaran al restaurante.— apurate Reaper, no quedaran mesas!!!
—si, ajá...
— ¿Umm?— Gaster observo como su hijo mayor parecía muy... Ausente, al parecer demasiado pensativo como para escuchar a su pequeño hermano.—Hijo mio... Estas bien?—cuestiono con algo de preocupación, no era un padre tan presente, pero se preocupaba por sus bebes.
—yo... Solo no tengo muchas ganas de hablar, lo siento padre.— Contesto el menor bajando la mirada, ya había llegado al restaurante y al parecer Reaper tenia mucha hambre, por que apenas entraron y el olor los recibió... La barriguita de Reaper resonó como un monstruo.
