Capitulo 1. Sara Heart.

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«Mis memorias empezaron en la iglesia del pueblo Hage, enfrente de la puerta en una caja, como un gato abandonado».

No sabía que debía hacer en esa situación, debajo de la lluvia, con el cuerpo muriéndose de frio, y hasta que sintió la cálida luz sobre su piel, miraba con desconcierto al hombre que le abría la puerta. Esa luz ilumino su rostro, sus grandes ojos grises estaban algo opacos y el cabello rubio no se apreciaba también como se esperaría, andaba suelto y caido en una cortina sobre su rostro.

—¿Estas perdida? —quiso saber el padre, pero se había limitado a encoger, este observaba los alrededores, por un adulto que tuviera las características de la niña, porque aquellos rasgos no eran del alejado pueblo de Hage—. Seguro estas perdida, pequeña, pero vamos, entra, porque te morirás de frio.

Habia entrado sin pensarlo dos veces, mirando lo pequeño de ese lugar, había dos chicos de su misma edad, observando desde el marco de una puerta, los miró con un deje de curiosidad, salvo que apartó la mirada, cuando el señor le pregunto por su nombre, lo cual le comenzó a causar un poco de ansiedad.

—Yo... yo... —estaba preocupada por mi falta de conocimiento sobre mi misma—. No lo sé —aunque viendo al hombre que enseriaba la mirada, sabia que estaba sufriendo de amnesia, por lo que se agacho tomando su altura, y colocó con amabilidad su mano en el rubio cabello.

Encontrando una nota amarrada en su cinturón, la sacaba con apuro, leyendo la nota:

"Sara."

Viendo a la chica que seguía viéndolo expectante, realizo que tenia un enorme moño, que era apresado por un broche de oro en forma de corazón.

—Sara Heart —la nombro, haciendo que se adentrara en la iglesia—, ya me acuerdo, te ibas a quedar con nosotros un tiempo.

—¿En serio? —preguntaba intentando ver lo que decía la nota, pero la pequeña no sabia leer.

—Si, si, si, mañana te acompañaremos a comprarte un poco de ropa, porque tus padres han olvidado tu equipaje.

La pequeña durmió en la misma cama de los niños que había visto cuando entro a la iglesia, seguía confundida por los hechos, pero le pareció agradable su estancia, ya que al día siguiente se había divertido a la grande yendo al pueblo, que halagaba su aspecto angelical, le habia comprado unas prendas de ropa.

Pero, el pasarla bien, y haberle mentido desde un principio hizo que su estado solo se agravase.

—¿Qué haces, Sara? —le preguntaba Asta, quien iba a ir a jugar con Yuno por el bosque, la chica le observo sentada en la valla, viendo el camino.

—Ya he pasado una semana aquí, quiero saber como lucen mis padres —le confesaba extasiada—, si mi cabello lo saque de mi madre o los ojos son de mi padre...

—No recuerdas nada de nada, ¿verdad? —se había sumado el Yuno tímido a la conversación, la chica algo triste negó.

—Pero espero que, si los veo, recuerde los momentos que estuvimos juntos... si vivo cerca de aquí —les explicaba con tantos ánimos, que cuando le ofrecieron ir a jugar, lo rechazó por miedo a que se fueran porque no la encontraron.

«Esa era yo, intentando tener esperanza, que seria arrebatada de mí, como añadiendo un gran sentimiento de rencor a esas personas que me dieron la vida».

Sentí su poca presencia, mientras un día más, esperaba por personas que nunca iban a llegar. El padre sabia muy bien, que mi rostro había cambiado considerablemente, porque no era tan feliz como en un comienzo, empezaba a llenarme de resentimiento.

Golden Heart «Black Clover»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora