011

2.9K 175 0
                                    


011: Pasta
.
.
.

Aarón Lightwood

Los jugadores se amotinaron en la entrada de la casa, mientras que algunos tales como el número veintisiete ya habían entrado.

—¿Que demonios Lightwood? ¿Que haces ahí parado como un idiota? Ven a ayudar con la pasta de hoy, el partido comenzará en media hora y aún tenemos que discutir los planes de juego para el partido de la semana entrante.

Asentí siguiendo al entrenador al interior de su casa, los jugadores obstruían el paso y unas voces se escuchaban en el interior.

—¡Mueve tu trasero West! ¡No me interesa que seas el hijo del director, te sacaré a patadas si es necesario!

Los jugadores le abrieron paso al coach y a mi seguido de el. Una vez adentro de la casa comprendí quiénes estaban hablando y porque al llegar había música a todo volumen por el lugar.

—John, tienes tres minutos para aclararme que hacen todos estos idiotas aquí.

La mirada de John se transformó en una nerviosa y, luego se suavizó.

—Jenna, tienes dos segundos para darme una excusa para no llamar a tu madre y decirle que no estas en las practicas de gimnasia —La mirada de Jenna se dirigió a mí y volvió a su padrastro.

—Vamos a hablar de esto, a solas.

El entrenador asintió y dejó los utensilios de cocina en la mesa de la cocina y siguió a su antipática hijastra.

—¿Sunshine? ¿Desde cuando la llamas así? —La voz de West me sacó de mis pensamientos.

—¿Celoso Blake?

—Nadie esta celoso, simplemente no creo que deberías llamar a la hija de el entrenador de esa manera —soltó un gruñido tal cual perro.

—Es solo un apodo no lo tomen tan personal, parecen niñas.

—Cierra la boca Bryce —interrumpió Josh. —¿No se suponía que Jenna tenía ensayos de gimnasia hoy?

—De hecho, es mañana —contradijo Ashton.

—Claro que no imbeciles, es el lunes. —Continuó Bryce.

Y en menos de dos segundos los jugadores se encontraban discutiendo sobre el horario de gimnasia de la hijastra de el entrenador.

Y en eso el entrenador irrumpió en la habitación haciendo guardar silencio a los jugadores.

—¿Que demonios pasa aquí?

—Sus gritos se escucharon en mi habitación idiotas. 

La voz de Jenna hizo que apartará la mirada de el entrenador y la pusiera sobre ella.

—¿Nadie va a responder porque discuten como imbeciles?

—No tiene importancia. Jenna, una pregunta preguntativa, ¿tus clases de gimnasia son los lunes, los viernes en la tarde o mañana?

Jenna enarcó una ceja y el entrenador rodó los ojos para dirigirse a la cocina.

—Los lunes en la tarde y los viernes nos envían las rutinas nuevas, ¿por qué la pregunta Blake?

—Se los dije idiotas, me deben una cerveza bien fría —Bryce caminó hacia Jenna y le besó la mejilla para guiñarle un ojo al pobre West, quién continuaba gruñendo.

Creo que el entrenador debería vacunarlo, puede pegarnos la rabia.

Jenna enarcó una ceja en su dirección.

Three Point Shot | Libro I |  ✓. Where stories live. Discover now