019

2.3K 141 16
                                    


019: Empezó el juego
.
.
.
.

—¡West Freeman porque demonios no estas practicando los tiros libres? El partido comienza en media hora y estas ahí conversando con mi hija.

Rodeé los ojos y centre mi atención en Aarón. Blake se alejó de mi soltando bufidos por la insistencia de Jonathan. Aarón se sentó a mi lado mirando como Blake rebotaba el balón varías veces y lanzaba varios tiros libres.

—¿Porque siempre le grita a él?

—Es el más chico de nosotros, solo tiene dieciséis, a esa edad solo piensas en ser popular y pasarla bien.

—Yo no pensaba eso a los dieciséis —defendí.

—Tal vez tú no, pero él sí. Además, para nosotros no es solo eso. La mayoría lo necesitamos para entrar a una buena universidad.

—Tú no lo necesitas, tú familia fácilmente te puede pagar una universidad como Princeton o Harvard.

—No quiero depender de mis padres para todo, Jenna.  —asentí sin decir nada—, ¿Irás a la fiesta?

—¿Tengo elección?

—Hablas como si te estuvieran obligando.

—Prácticamente es lo que están haciendo —murmuré.

—¿Prefieres quedarte con tú prima encerrada en la casa? Dudo que prefieras eso a estar con nosotros.

—Wow, al parecer te recuerdas muy bien de quién es mi prima —susurré esperando que no me haya escuchado, aunque por la mueca que hizo aparentemente si escucho.

—Soy yo, ¿o estas celosa? —la burla acariciaba sus palabras, rodé los ojos.

—Claro que no, por dios, ella es una niña, no tendría el porqué.

—Actúas como si lo estuvieras —sus ojos azules conectaron con los míos.

—¿Y qué si lo estuviera? Tú también pareces celoso de Zack y Malcom.

—El idiota de Malcom se lo busco, y el peli rosado no tiene lugar en esta conversación —casi gruñó, se notaba que el tema le enojaba.

—Malcom no es un idiota, es mi mejor amigo —el rodó los ojos y dirigió su mirada a la cancha.

—Los mejores amigos no se gustan.

—No nos gustamos, nos queremos. Es diferente —respondí segura, su ceño fruncido se marcó aún más.

—Tal vez a ti no, pero a él si le gustas —sus ojos azules volvieron a conectar con los míos y noté cierto tono de algo en ellos, lastima que no pude descifrar qué.

—¿Como estas tan seguro? No lo conoces.

—Porque te mira como yo lo hago —sin darme cuenta contuve el aire y una sonrisa de lado hizo presencia.

—¡Número treinta, a la cancha! ¡Quiero unos buenos tiros libres!

El se puso de pie, alejándose de mi y dirigiéndose a donde John le indicó. Bajé la vista por un segundo, y noté que mis mejillas estaban calientes. Me había sonrojado, además de que la piel de mi cuello se erizó. ¿Qué se supone que significa eso?

Dirigí mi mirada a él una vez más, y sonreí esta vez en su dirección. El se volteo y nuestras miradas chocaron, como dos autos en medio de una pista a toda velocidad. Sonrió y camino en mi dirección, solo que antes de llegar a mi lugar, justo en la línea de tiro, se detuvo y mirándome directo a los ojos lanzó el balón de espaldas.

Three Point Shot | Libro I |  ✓. Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin