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016: Pelos de unicornio
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—¡Se supone que los pasteles se hornean, no se calientan en el microondas!

—¿Que pretendías que hiciera? No sabía como funcionaba la maldita estufa y probablemente iba a incendiar la casa si la utilizaba —respondió Zack irritado.

—¡Hey! No critiques la estufa fue un regalo muy generoso que nos hizo la abuela antes de pasar a una mejor vida —gruñí tratando de dispersar el humo que abarcaba la habitación.

—Genial, ahora tenemos un microondas quemado lleno de masa de pastel y nada para la niña —Zack soltó un gruñido por el comentario de Aaron.

Supongo que debo resumir por mi bien mental lo que está sucediendo en estos momentos con el número treinta y Zack.

Zack y yo habíamos quedado para pasar la tarde juntos como antes y de paso cuidar a la sobrina de Zack; Summer. Summer tiene tan solo cuatro años y en realidad es más lista de lo que parece. Esto complica el hecho de que la cuidemos, pues al principio sólo éramos Zack , la niña y yo, pero, de alguna manera Aarón se enteró de que estaba sola en casa con Zack y apareció por arte de magia en la cocina con comida china. John y mi madre se fueron a no sé donde y John envió un mensaje diciendo que llegaría tarde. Amara me dijo por una llamada que se quedaría en casa de una amiga y que regresaría pasado mañana, dándome más oportunidades de pensar que le dire a mi madre quién aun no sabe que su sobrina está en nuestra casa.

Zack no fue muy amistoso cuando vio a Aaron en el sofá sentado ingiriendo un trozo de pollo agridulce.

Todo estaba muy tenso y, aunque comenzamos a comer en lo que podría decirse paz, Zack recordó algo clave en el día de hoy.

Summer cumplía cinco años y no teníamos pastel, no teníamos nada para ser más específica. Así que propuse comprar un pastel, pero en cuanto Zack se propuso hacerlo tenía el presentimiento de que esto no acabaría bien.

Gracias a Zack ahora tenemos la masa echada a perder en el microondas el cual explotó y unas velas derretidas, sin mencionar el humo que abarca el techo de la cocina y los gritos de Aarón por el horroroso acto que cometió Zack.

—¿Como demonios se te ocurrió hacer una cosa así? Esto lo pensaría de un niño, pero de un tipo como tú no lo creo. ¡Parece que el que cumple cinco años eres tú!

—Basta ya, ambos. Tenemos que resolver esto antes de que llegue Summer.

—Podría ser peor, podría llegar Jonny.

Un face Palm aterrizó en el rostro de Aarón, y una sonrisa involuntaria salió de mis labios.

—Zack, puedes ir a comprar otras velas y un nuevo pastel ya que tú fuiste quién lo destrozó sin siquiera hacerlo—ordenó Aarón.

—Mientras tanto, Aarón y yo limpiaremos este desastre ¿de acuerdo?

Este asintió y tomó las llaves de su motocicleta.

Mire a Aarón y este tomó una toalla para limpiar un poco la mesa de la cocina la cual estaba llena de harina.

—¿Te cae mal? —mi pregunta pareció sorprenderlo, y se volteó para mirarme.

—No es que me caiga mal, es solo demasiado confianzudo para mi gusto. Además de que parece que su coeficiente intelectual es de el tamaño de un maní.

Solté una carcajada mientras recogía las velas derretidas de el suelo.

—No es un mal chico, solo que no tuvo la mejor educación y mucho menos el cariño que debía. Supongo que por esto trata de llevarse bien con todos y termina dando una impresión algo...—traté de buscar el adjetivo correcto para la situación.

Three Point Shot | Libro I |  ✓. Where stories live. Discover now