2- Mondele.

4.1K 303 26
                                    

Vamos por el segundo capítulo! Muchas gracias por l acogida que le estáis dando, nos leemos 🥰🥰🥰

Cuando bajó del jeep, los niños la rodearon al grito unánime de "Mondele", "Mbote mondele", mientras ella les sonreía divertida ante el revuelo que su presencia había causado.
Noemí se acercó con rapidez y una gran sonrisa, aquella mujer de gesto nervioso parecía una persona amable, cariñosa y sin duda, debía ser una pieza importante en aquel poblado que le había dejado boquiabierta.

- ¿Alba?, bienvenida cariño –la chica agradeció aquel "cariño", que le dio calma y cercanía-. ¿Qué tal el viaje?... uy perdona que no me he presentado, soy Noemí.
- Encantada –sonrió agradecida mientras le daba dos besos-. Un poco cansado, pero bien –contesto con educación mientras miraba a los niños.
- Me alegro. Te están dando la bienvenida, te dicen "hola blanca" –le dijo con la voz repleta de orgullo ante aquellos pequeños sonrientes
- Ah –los miraba sorprendida-. ¿Cómo les puedo contestar?
- Melesi es gracias.
- Melesi, melesi –les repitió Alba, y los niños corrieron hacia otro lugar sonrientes ante su respuesta-. Vaya...
- Zulu, anda ven ayúdame con las maletas de la chica... que lo voy a necesitar –dijo Manu a su lado, bajando la voz-. ¡Me he desriñonao macho!
- Vamos Zulu llévalo a su cabaña –le sonrió Noemí al muchacho que llegaba para ayudar a su compañero.
- ¿Mi cabaña?- Alba estaba algo incrédula aunque sus ojos no podían dejar de mirar a la otra mujer que seguía comiendo su manzana mientras había observado toda la escena de manera muy descarada en un segundo plano-. ¿Ósea tengo cabaña?
- Anda pues claro! –sonrió Noemí feliz.

- Es pija, muy pija –le susurró Manu a Natalia cuando pasó por su lado-. No te pases
- Me encanta... -sonrió esta última.
- Ay que cruz! –musitó el hombre mirando al cielo con tono cansado.

- Hola me llamo Natalia, soy la Médico Internista y tu jefa –se acercó la morena, dándole la mano y evitando los besos, mientras Noemí la miraba fijamente.
- Me llamo...
- Alba Reche -siguió musitando con voz sensual
- Si –sonrió algo desorientada la aludida, por su gesto, su voz y su mirada.
-Venga... venga... vamos te he preparado todo para que te sientas como en tu propia casa –la mujer que observaba en silencio la  guío por los hombros con actitud cariñosa
- Gracias Noemí, te lo agradezco.
- Aquí todos me llaman mami, tú llámame como quieras ¿eh?, y todo lo que necesites, me lo pides, no dudes en buscarme cuando lo necesites
- Es muy cotilla te lo advierto –sonó la voz de la más alta desde detrás de la pareja
- Ni caso –le susurró graciosamente y Alba sonrió-. Mira, esta de la derecha es mi casa, ahí vivimos Ramón y yo
- ¿Tu marido? –la miró sonriente
- No mi perro –Natalia soltó una gran carcajada pero ante la mirada reprobatoria de la mujer se calló, la rubia se puso colorada-. Es que aquí en esta selva necesitaba poder llamar a alguien por un nombre español, ya me entiendes
- Si claro–respondió un tanto descolocada por la burla de la morena
- A tu izquierda está la de Natalia
- Tu casa para cuando necesites algo, no dudes en venir a ella sea la hora que sea, serás bien recibida - añadió la dueña de la misma
- Gracias –le contestó sonriendo pero sin entender muy bien porque aquella mujer no le gustaba.
- Pero... para lo que necesites ¿eh? –insistía mientras se lamía suavemente los labios
- Sigamos –dijo Noemí con voz dura y mirada asesina a la joven médico, que no cesaba de sonreír-. Como ves tú estás en medio, bien arropadita. Bien, esta es tu choza como dice Manu, aquí está tu cama, y esa única puerta es el lavabo, no esperes grandes cosas pero se está cómodo, en la parte de detrás, solemos tender la ropa.
- ¿Hay lavadora? –ante su pregunta nuevamente la carcajada de Natalia rompió el silencio de aquel lugar, esta vez quien la miró de forma dura fue la propia enfermera.
- Natalia cariño porque no vas preparando las cosas de comer
- Porque me gusta más estar aquí Noe, esta chica no tiene desperdicio
- Bueno... -carraspeó la mujer-. No cariño, no tenemos lavadora, ni ningún otro electrodoméstico, podemos dar gracias a que hay luz, eso si, tienes siempre que tener a mano velas, es muy propio del lugar quedarnos sin electricidad

África // AlbaliaWhere stories live. Discover now