14- Mami Wata.

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- Pero que haces loca, que me abres la cabeza- la enfermera se trago el grito ante aquel golpe, por miedo a que las descubrieran. 
- Joder... pero no te he dicho que... –de pronto la morena se vio interrumpida por el llanto de un bebé que les llamó la atención.- ¿Lo oyes? –decía Alba mientras se frotaba la cabeza, el chichón que iba a salirle iba a ser importante.- Sí... por aquí –las bocas de ambas estaban secas, sus gargantas parecían parte del desierto del Sahara, los nervios atenazaban sus músculos-. Por aquí Alba.- Allí, enfoca... he visto algo blanco –le estiró del brazo haciendo que la luz fuera a parar a una mujer que se encontraba sentada sobre el tronco de un árbol, con su túnica blanca manchada de sangre.- Dios mío acaba de parir –susurró aterrada la doctora. - Oh no... Natalia, está...- Está muerta... hay que cortar el cordón.- Joder –no podía detener sus lagrimas mientras la lluvia volvía a caer.- Sujétame la linterna.- Si –le dijo llorando aun. - Vamos pequeño... vamos... –en su garganta un nudo había aparecido sin previo aviso, no quería ver el rostro de la madre con los ojos abiertos, repleta de sangre su entrepierna.- Ya... Natalia ha dejado de llorar –esta ultima se quitó la camisa envolviendo al pequeño, quedándose solo con una de tirantes.- Corre, no hay tiempo que perder... no puede morirse hostia –susurró echando a correr mientras desde fuera llamaba a gritos a sus compañeros, Alba había corrido detrás suya, pero a mitad de camino volvió sobre sus pasos y le cerró los ojos a aquella madre que había dado su vida por salvar la de su hijo. - ¡Manu!- Es Natalia–se giró Noe, sobrecogida por la voz repleta de miedo que escuchaba a lo lejos.- ¿Dónde coño están?- pregunto su jefe. - Mírala... trae algo en los brazos.- Es un bebé, es un bebé, necesito el quirófano ya- llego hasta ellos, al borde del infarto por la carrera. - Joder... ¿dónde estaba? –preguntaba Manu, mientras Alba entraba corriendo al poblado tras ella.- Fuera, nos avisaron que faltaba una mujer... me lo dijo Nsona- se explico la enfermera al llegar hasta ellos. - Está muy mal, no tiene apenas latido.- Lacunza... –la miró preocupado.- No Manu.- Lacunza... –Alba los miraba mientras Noe mostraba pena, su dolor por aquella criatura.- Déjame intentarlo- suplicaba la doctora. - Piensa en el futuro Lacunza.- ¿Alba me ayudas?- insistió la morena, empezando a desesperarse. -  Ziku, ziku nswalu... nunumi me fwa (Doctor, doctor rápido, el anciano ha muerto)- llego hasta ellos Zambi. - Joder... Lacunza, ya sabes. –le apuntó con el dedo antes de marcharse a seguir trabajando.- Alba necesito una cánula, rápido- Natalia se salto sus indicaciones, dispuesta a dejarse todo lo que tenia por salvar al crío. - Si –esta se marchó apurada y abrió el armario bajo la atenta mirada de Massamba que se encargaba de vigilar al niño-. Aquí está.- Voy a sacarle todo el liquido que tiene en los pulmones.- Natalia, está poniéndose morado- le advirtió la enfermera. - Pon la manta, trae una manta.- Voy... –Massamba volvió a mirar a aquella mujer rubia que con gesto desencajado y la frente cubierta de sudor salía a por una manta con los ojos enrojecidos-. Aquí está.- Vamos pequeño –decía la más alta mientras trataba de aspirar los líquidos que el bebe había tragado al caer al suelo-. La madre debió parir sabiendo lo que hacia.- Si... sigue con latido débil –seguía ayudándola, sin separarse de su lado.- Vamos cariño, reacciona... vamos. Estamos aquí para salvarte, venga –le decía con los ojos rasgados por la preocupación.- No reacciona, necesita el calor de la madre.- ¿No me digas? –le dijo con cierto rintintin, al darse cuenta del tono que había usado le dijo-. Lo siento, me he pasado perdona. - Ya sé - y sin previo aviso la dejo sola. - ¿Dónde vas, Alba?- Noe ¿y Lula?- la enfermera había llegado al exterior del hospital, con una idea clara en mente.- Allí –le señaló mientras le daba un caldo a una mujer que tiritaba mientras hablaba con Nmaba, que les daba tranquilidad como podía-. Nmaba, otra vez igual.- Ke dila na mono Noemi (mi corazón llora)- repetía la anciana. - Es la peor pesadilla Nmaba... la peor, y nadie hace nada por detener esta locura.- Muntu kele ya kupola (el hombre está podrido)- suspiró y mirando sin ver el cielo susurró con voz queda-. Mami Wata kulolama yandi mwana (Mami Wata castiga a sus hijos).-Si, niños, mujeres... Mami Wata nos dio la espalda con razón. –no pudo continuar al ver allí tanto dolor, tanto sufrimiento, a pesar de su experiencia seguía llorando por ellos, era lo único que podía hacer.

África // AlbaliaWhere stories live. Discover now