Un cumpleaños para recordar

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10 de junio





Jessica entró a la habitación pateando la puerta y sosteniendo un plato con una gran torre de panqueques.

—¡ESTAS SOOOOOON, LAS MAÑANITAS, QUE CANTABA EL REY DAVID~!

—¡CÁLLATE!—Exclamó Michelle, riendo, y cubriéndose el rostro con una almohada. Mentita, en la parte más alta de su poste para rascar, soltó un fuerte maullido de queja al ser despertada.

Jessica rió y dejó el plato de panqueques encima de la mesita al lado de la cama de Michelle, se tiró en la cama, aplastando a su hermana, quien soltó un quejido de dolor y Jessica rió aún más.

—¡FELIZ CUMPLEAÑOS, BELLA DURMIENTE!—levantó un poco a Michelle tomándola de los hombros y se puso a darle besos en las mejillas.

—¡Ya basta, me llenarás de tus gérmenes de chica blanca!—Exclamó MJ, riendo.

Jessica rió y tomó el plato de panqueques, encima de una montaña de crema batida, habían dos velas formando el número diecisiete.

—Pide un deseo.—dijo con una sonrisa.

«Deseo que la misión con Peter termine bien. Deseo no terminar en un ataúd. Deseo no terminar cediendo ante el efecto del amuleto y terminar convirtiéndome en un tipo de bestia.»

—Desearía que el año que viene no me despiertes cantando una canción Mexicana.—bromeó, cerró los ojos fuertemente y sopló las velas.

Jessica sostuvo el plato de panqueques mientras que MJ se levantaba e iban a la cocina, la mayor dejó el plato en el comedor y MJ se sentó a comer.

—Ten.—dijo Jessica con una sonrisa, sentándose en la mesa mientras que MJ se llevaba a la boca el tenedor lleno de panqueques, miel y crema batida. La azabache deslizó por la mesa hacia su hermana un sobre.—mamá y papá lo enviaron para ti.

Michelle se sorprendió, no esperaba un regalo de sus padres ese año, después de todo, no había recibido nada en sus cumpleaños desde que sus padres se fueron a excepción de llamadas con felicitaciones y las típicas disculpas por no poder haber estado ahí, pero tampoco le había importado mucho. Tomó el sobre algo dudosa y lo abrió, sacando una carta.

Feliz cumpleaños, Michelle, te queremos y lamentamos no haber podido estar ahí ese año. Nos vemos pronto, con cariño, mamá y papá.—leyó en voz alta.—dios, qué cursis son.—bromeó dejando la carta a un lado.

—Lo que cuenta es la intención.—Jessica se encogió de hombros y se levantó, sacó algo de un cajón y se lo dio a Michelle. Era un objeto plano, cuadrado y envuelto en plástico de burbujas.—también te mandaron esto.

MJ retiró el plástico de burbujas con ayuda del cuchillo que usaba para comer los panqueques y soltó una fuerte carcajada al ver lo que era.

—¡Un CD... de Brittney Spears!—Exclamó, riendo.—¡no he escuchado sus canciones en años! Dios, éste es viejo...—dijo, dándole vuelta al CD y viendo la lista de canciones que había detrás.

—Hey, por lo menos ahora podremos escuchar Toxic y Baby One More Time en el auto.—bromeó Jessica, y ambas rieron.—ahora, éste es de mi parte.—sacó algo del bolsillo de su pantalón y se lo dio a MJ, ella lo tomó en sus manos y casi escupe los panqueques.

Romanoff [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora