¿Omega?

°Capitulo 12°

"Cada minuto es como el último, así que lo tomemos muy despacio
olvidate de lo que el reloj está marcando."

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Las historias sobre las almas predestinadas han ido pasando de generación en generación, siendo la de Luke Tomlinson Y Ashton cox la más sonada y conocida.

Louis, en secreto siempre había querido encontrar a la suya. Independientemente del género, el no consideraba que fuera un chico necesariamente, aunque su padre lo deseara así. El se había designado a casarse y marcar al omega que sus padres escogieran para el. Es por eso que Harry revolucionó su vida, sus planes de vida. Por que si, ya había marcado a un omega, un bonito omega, pero no era fácil. Harry no era fácil.
Algunas veces podía ser muy cariñoso, otras exigía mimos, era un omega caprichoso pero amable y que simpatizaba con facilidad al resto lo que sin duda sería un punto a su favor para ganarse el cariño del pueblo.

- ¿Crees en las almas gemelas Harry? - preguntó el monarca después de tomar un sorbo de té, mirando fijamente omega frente a el.

- Uhm, no ¿Y tu?

- Me gusta creer que existen, si. - Tomo una galleta y la llevó a su boca.

El omega lo imitó y para Louis fue grato ver la cara de satisfacción del omega al probar el postre.

- ¡Amo estas galletas! - chilló el omega al digerir el bocado.

- Lo se, son las mejores del mundo ¿Verdad?

- ¡Si! ¿Quien hizo las galletas? - preguntó el rizado llevando otra galleta a su boca y degustandola.

- Clarisa, la mejor cocinera de aquí - alabó el alfa a la antigua beta que trabajaba para ellos.

- Quiero aprender - fruncio el ceño - ¿le podrías decir que me enseñe? - preguntó tímido.

- Esta bien solo... Me gustaría ser la primera persona en probar tus galletas ¿Si? - le dio un gran sorbo al té.

- De acuerdo - el omega sonrió mostrando sus hoyuelos y Louis pensó que se estaba enamorando.

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- ¿Que tal Lou? ¿Te gustaron? - preguntó el omega tímido después de ver al alfa probar la primera.

- Están deliciosas, cariño - habló aún con la galleta en la boca.

- ¡Iré por más! - chillo el rizado con una gran sonrisa y desapareció por la puerta.

A penas salio el chico Louis tomo una servilleta y escupió la galleta.

Por que bueno, sabía horrible. Estaba cruda y demasiado dulces. Además tenía un ligero sabor salado.
Metió el papel debajo del sillón de cuero rojo en él que estaba sentado antes de que llegara el omega.

Le sonrió al omega en cuanto lo vio en el umbral de la puerta con un plato de... Sus horribles galletas.

Al menos eran pocas.

- Te he traído más - colocó el plato en la mesita frente a el junto al florero.

- Vale, gracias - sonrió de nuevo y tomó una - ¿Tu no quieres? - ofreció antes de llevarse el postre a la boca.

- La verdad a mi no me gustaron - hizo una mueca de desagrado - pero a ti si así que supongo que todas serán para ti - sonrió de nuevo mostrando sus hoyuelos.

Louis fingió una sonrisa.

- Tienen un sabor peculiar - concordó el alfa.

- Espera ¿No te gustaron? - la sonrisa se esfumó del rostro del rizado y comenzó a soltar fermonas de decepción. El alfa de Louis aulló en su interior molesto consigo por entristecer al chico.

- Me encantaron - se llevo una galleta a la boca e hizo un falso gestó de satisfacción para contentar al omega.

- Que bueno, mañana pienso hacer un pastel - le sonrió - Y esperó que tu lo pruebes. - El alfa tragó duro.

- Estaré encantado - concedió y digirió el postre - ¿Puedes traerme un poco de Té? Por favor - pidió al rizado quien asintió y se levanto, ni bien salió Louis comenzó a meter galletas desesperadamente bajo el mueble.

Cuándo el omega regreso solo quedaban tres.

- Me alegra que te hayan gustado, aunque hubiera preferido que me esperaras para que las comieras con té, como ayer. - Traía una pequeña charola en sus manos, puso una taza en la mesa frente al alfa y otra en donde se sentarían el.

- Bueno, ahora podemos tomar te y charlar sin tener la boca llena ¿Te parece?

- De acuerdo - se sentó frente a el en el otro sillón de cuero.

- ¿Te gusto cocinar? - preguntó dándoles un sorbo al té.

- Es divertido, así que sí. Supongo que algún día podrás ayudarme - sonrió.

- cuando quieras - concedió - aunque no soy muy bueno.

- No te preocupes, yo te enseñare - levanto la taza de te de la mesa y le dio un sorbo.

- ¿Que tal la escuela Harry? ¿Te han molestado? - el castaño lo miró fijamente a los ojos.

- No, para nada. Aunque ahora es raro, ya no soy invisible.

- Eres un príncipe Harry, siempre debes darte a notar.

- Me gusta que me miren - confesó Harry - pero no me gusta como me miran - fruncio el ceño.

- ¿A que te refieres? - dejó la taza de porcelana sobre la mesa para mirar al chico.

- Si, hay algunas omegas que me miran mal y trato de ignorarlas pero no es posible. - bajo la mirada.

- ¿Que te dicen?

- No me hablan, sólo me miran.

- Quizás te envidian, no lo se. Sólo intenta ignorarlas ¿Vale? - acomodo el cuello de su saco.

- ¿Envidiarme? ¿Por que? - levanto la mirada.

- Eres un omega, y un príncipe - puntualizó.

- Uh, los alfas me repugnan - hizo una mueca de asco.

- ¿Disculpa? - Louis le miro ofendido.

- No tu por supuesto, tu eres lindó. Me refiero al resto, me miran como si quisieran devorame. - Louis ni siquiera se dio cuenta de que lo llamo lindo, estaba bastante molesto por las miradas que recibía su omega.

- ¿Te han hecho algo?

- No, para nada, aún así es incómodo.

- Tratare de que eso no pase.

- De acuerdo.

- ¿Y tus amigos? - preguntó recordando al par de chicos que había visto con el rizado.

- Oh, ellos me cuidan, te los presentaré seguramente te agradarán, Zayn es un poco callado al principio, solo espera que tome confianza y Niall el solo come mucho.

- Invitalos - propuso Louis.

- ¿No te molesta?

- No ¿Por que?

- No parecen agradarte.

- Solo no los conozco.

Se quedaron en silenció, Louis ya había terminado su té, sólo esperaba a Harry para irse a dormir.

En cuanto el rizado termino, ambos se ducharon - por separado - para irse a dormir, Louis le dio otra linda rosa al omega y durmieron abrazados.