Preludio Shirley (parte I)

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¿Cómo definir la vida de Shirley Lowood?

¿Cómo definir la personalidad de esta persona?

¿Cuáles eran las cosas favoritas de esta chica?

¿Cuál era su propósito en esta vida?

Eran las preguntas que a veces ella se hacía así misma, y la respuesta era:

No sé.

Suspiró de nuevo al darse cuenta que estaba hasta de esta vida y de las ganas de alejarse de la casa que llamaba hogar. Hace cinco años que habían llegado a Forks y Forks fue su jaula, su encarcelamiento, su condena, su infierno.

Ella odiaba a Forks por los habitantes que no veían los signos de maltrato. Solo tenían que decir mentiras y ellos lo creían fácilmente. Su padrastro la obligó a mentir, hacerla quedar como la mala hijastra malagradecida del cuento.

Sacudió la cabeza para evitar pensar cosas desagradables. Ella hoy iba feliz a la escuela porque su padrastro se había ido ayer en la noche hacer unos trabajos. Hoy regresaba a la escuela.

Shirley se alegró reanudar sus clases y entregar tareas atrasadas, al igual que recibir las nuevas tareas. Ahora estaba escuchando sobre la chica nueva que había llegado ayer. Isabella Swan hija del jefe de los policías. El señor Charlie era su tipo de hombre ideal. Era una mezcla entre un personaje de uno de sus libros. El coronel Christopher Brandon.

Charlie Swan tenía todas las características de aquel personaje. Era melancólico, taciturno y ambos sirven al estado de diferentes maneras. Shirley se enamoró de Charlie Swan a los dos meses que se mudaron a Forks. Ella pensó que nadie la había visto cuando robó unos chocolates cuando estaba muriendo de hambre. Su padrastro se fue y las dejó a su madre y a ella sin un dólar. Su madre se refugió con las drogas y ella salió de la casa para ir caminando hasta Forks. El local no tenía cámara de seguridad, y solo quería agarrar unas tabletas de chocolate.

Había tenido éxito, pero al salir del mini mercado el jefe Swan la atrapó. Terminó por pagar los chocolates y se lo entregó.

—está mal robar, si tus padres no quieren darte dinero para que compres un chocolate no es necesario que robes.

Había dicho el hombre. Shirley solo quedó atónita y asintió. Fue su primer flechazo. El segundo incidente fue al año, cuando ella iba caminó a su casa y estaba lloviendo a torrencial.

El jefe Swan estaba dando una ronda de patrullaje cuando la encontró.

—sube, estas muy chica para que te enfermes con esta lluvia.

Ella solo asintió, y sin dudarlo se subió a la patrulla. Desde entonces cada vez que ella lo encontraba sentía un palpitar en su pecho. Se ponía nerviosa y trataba de parecer indiferente. Pero cuando cumplió su catorce años empezó a evitarlo y todo por culpa de su padrastro. Ese cruel hombre que le dijo al jefe Swan que ella era una buscadora de problemas y que no sabía cómo lidiar con ella. El jefe Swan solo asintió y le creyó. Eso le dolió pero no evitó dejar de estar enamorada de él.

Vio que la hija del jefe Swan la observaba de pies a cabeza, Shirley la vio también, quería saber cómo era la mujer que dejó al jefe Swan. Isabella se veía inocente, y Shirley, la odio al instante. La odiaba por no tener una cruel cruz en su espalda. La odiaba por tener el afecto del jefe Swan.

Shirley se burló al ver que Isabella tenía miedo de ella y eso la satisfacía, quería saber si así iba hacer de ahora en adelante.

Para su desgracia, Isabella se sentó en su mesa, si no mal recordaba ella compartía mesa con estos chicos pálidos. Que daba gracias al cualquier santo o dios por no ponerlos juntos, ya que ella estaba segura que los odiaría, no podría estaré cerca de los niños ricos del doctor Cullen.

Vio como Isabella la observaba y Shirley trató de calmarse estaba segura que la chica ya se había dado cuenta de sus moretones. Maldito padrastro que tenía.

—Si sigues mirándome pensare que te gusto —dijo indiferente. Pero deseaba que al menos su padre sintiera atracción hacia ella.

La chica se sonrojó y apartó la vista. Después de unos minutos Isabella preguntó.

— ¿te gusta cumbres borrascosas?

—no. Lo odio.

No era su libro favorito... bueno sí. Pero no quería tener algo en común con la hija del hombre de cual estaba enamorada.

La clase terminó y antes de salirse le dio una mirada de odio y molestia hacia la hija del jefe Swan. Vio como la chica la chica la observó mientras ella ingresaba al salón de español. Se sorprendió un poco al ver que uno de los riquillos estaba presentes eso era raro, ya que nunca ha compartido clases con ellos. Se sentó atrás de los pálidos, era el único lugar que los demás no se atrevían a sentarse vio como el chico grandulón la observó. Shirley pensó que entraron en un concurso de miradas ya que ni ella ni el parpadearon por lo menos en un minuto. Cuando el chico volteó a ver a la profesora que venía entrando ella sonrió ante la victoria no dicha.

Al final de la semana todo fue raro para ella. La hija del jefe Swan la observaba a cada rato y ella no quería meterse en problemas. El chico grandulón de la clase de español evitó verla e ignorarla. Parecía un niño haciendo berrinche porque ella le ganó en un juego que no siquiera ella quería participar.

Y su padrastro la castigo cuando regresó de su viaje. Maldito perro.

El día lunes se sorprendió al ver que en su clase de biología entraba el chico riquillo que todas las chicas querían. Vio como él se detuvo a pocos metros donde ella estaba. Ella siguió con su lectura. Amaba a Jane Eyre.

—Hola —saludó—. Mi nombre es Edward Cullen —se presentó de una forma amable queriendo enmascarar su desagrado hacia ella. Alzó la vista para verlo y todo coincidió con lo que pasó hace una semana. Los hermanos cullen eran algo. "inhumano" Cullen la veía con cierto odio, ya no respiraba y si no fuera mucho se veía como un depredador. —Estás sentada en mi lugar —aclaró cuando ella no dejó de verlo. Ella asintió y señaló el lugar que Isabella ocupó la otra semana.

—no sabía que la banca tenia dueño. No vi tu nombre escrito las veces que me he sentado aquí. Siéntate en este lugar vacío, porque de aquí no me voy mover tan solo para complacerte.

Evitó mirarlo y siguió leyendo, no necesitaba meterse en más problemas. Pero parecía que los problemas la seguían porque Edward no dejó de verla.

Shirley (Edward Cullen x oc)Where stories live. Discover now