Perjudicial

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De regreso hacia la cafetería de Forks, Edward puso música instrumental. Shirley no pudo evitar bostezar a cada rato. Cada quince segundos se tallaba los ojos y evitaba bostezar.

— ¿puedes poner música ruidosa? —pidió al ver que ya estaba casi dormitando.

— ¿no te gusta la música clásica?

—no. Me da sueño... solo son muy pocas las canciones que me atrapan.

— ¿Cuáles? —Pidió con una anticipación en su voz—, digo si se puede saber.

—moonlight sonata y Virus de Beethoven. También waltz No.2 de Dmitri sho... sho no sé de qué, no puedo pronunciarlo bien.

—solo tres canciones.

—sí. La última la bailare con alguien especial. —dijo sonrojándose mientras se imaginaba a Charlie Swan.

— ¿ese especial es Charlie Swan?

Shirley se sonrojo estúpidamente mientras evitaba ver a Edward.

— ¿mañana me hablaras? —preguntó tratando de cambiar de conversación.

—no. Nuestra familia va ir de campamento mañana... volveremos el lunes.

—pero mañana es jueves. ¿A dónde irán?

—goat rock.

Shirley sintió como despertaba y como su mente gritaba ¡peligro!

— ¿goat Rocks? ¿No es donde hay muchos osos?

—es temporada de caza... los osos despiertan de su hibernación.

—oh... sí que son raros tu familia.

Al final Shirley se hizo la desentendida, algo le decía que Edward ya sabía del campista que había encontrado en la Push. Antes de llegar a la cafetería donde se encontraba Rosalie y Polly, Edward le dio un libro. Villete.

—la última vez... te lo iba a dar pero pasó el accidente y hasta ahora no encontrado la forma de entregártelo.

Shirley tenía los ojos deslumbrantes al ver Villete. Se veía nuevo casi saliendo de la editorial; suspiró tratando de disminuir su tonto corazón.

—gracias; te lo daré el lunes —dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

—no. Es tuya. Te lo regalo.

Shirley no sabía que decir. Sintió como su pecho se apretaba y era como un deja vu. Así se sintió cuando Charlie le compro aquellos dulces.

—G-gracias —respondió roncamente.

Edward le dio una sonrisa con una mirada satisfactoria e indescifrable para ella.

::::::

El día jueves Rosalie se la pasó con ella, fue la única de los Cullen que no se había a acampar, ella solo mencionó que los alcanzaría el día sábado. Shirley no le tomó mucha importancia y se la pasó todo el día con ella jugando con Polly. Estaban viendo La Bella y la Bestia cuando Rosalie miró hacia la puerta y dejó salir un leve gruñido.

— ¿pasa algo? —preguntó Shirley mientras también veía las cortinas de la ventana.

—creo que es mejor que me vaya. Alguien viene para tu casa.

Shirley empezó a ponerse nerviosa y asintió mientras se levantaba para ir a la ventana y ver quien era; no había nadie. Rosalie caminó a una velocidad demasiada rápida mientras salía de la casa y se metía a su automóvil. Shirley solo se quedó estupefacta por lo rápida que parecía Rosalie. Vio cómo se perdió hacia la carretera. Pestañeo tres veces para regresar donde estaba Polly. Estuvieron viendo todavía la película cuando Shirley escuchó un motor acercarse y apagarse cerca de su casa.

Su corazón empezó acelerarse y sintió que la sangre se le enfriaba. Algo estaba mal. Vio como dos sombras se asomaban en la puerta y pidió a los dioses que no fuera el demonio con su madre.

Pero los dioses no la escucharon porque de esa puerta entró Paul.

— ¿me extrañaron?

Ella se sintió incomoda ante la mirada sombría que le daba los ojos azules de Paul.

Polly solo gritó.

— ¡Papi!

Shirley vio como Polly iba con Paul para que la abrazara.

—hoy pasé a la cafetería del pueblo y me voy enterando de algo que está sucediendo a mis espaldas. Se dice que uno de los hijos del Dr. Cullen está saliendo con mi hijastra...

Shirley negó con la cabeza aun sin decir nada. Sus ojos se posaron en el libro que estaba en la mesita de la sala. Paul se dio cuenta y soltó una carcajada burlona.

— ¡vaya! Al parecer es cierto. Ya que te está dando regalos. ¿No es suficiente con la atención que te doy, que necesitas de otro niño lindo? —preguntó Paul. Su voz estaba llena de decepción y de ira contenida.

Shirley negó mientras empezaba a llorar al saber que iba a ser castigada. Odiaba a los residentes del pueblo por chismosos. Odiaba quedarse congelada y solo esperar a que la pesadilla termine.

—y-yo... no sé de qué hablas —quiso hablar como si no supiera de lo que hablaba Paul.

Paul se encendió y de dos pasos llegó donde estaba ella y le dio bofetada.

Polly gritó mientras daba brinquitos desesperados para tratar de llamar la atención y que Paul deje de golpearla.

Su madre solo le dio una mirada de ¿molestia?

Shirley sintió como sus costillas se quebraban de nuevo. Sus patadas eran demasiado fuertes. Sintió como la jaba de los pelos para después llevarla arrastrada hacia el sótano. La empujó de las escaleras, mientras él se desabrochaba el cinturón.

Shirley sintió asco al sentir como su ropa era despojada y era sometida en la cama que estaba en el sótano.

Quedó inconsciente.

Solo por momentos lograba despertar para darse cuenta que el dolor era insoportable. No podía respirar... Paul esta vez se excedió. Shirley pensó que era por los celos o la molestia de que alguien quisiera el mismo juguete que él. Uno de sus ojos estaba hinchado que solo con uno podía ver.

Escuchó como unos pasos se acercaban.

— ¡has despertado! Has estado inconsciente por dos días... y he hecho un regalo que jamás olvidaras de quien perteneces. Por el momento está en la estufa preparándose. Tranquila es lo mejor para ti.

Shirley asintió. No podía hablar sentía que su boca estaba seca y sabia a sangre al igual que semen. Evitó moverse seguía boca abajo, su espalda ardía y ni que se diga de la cadera. Escuchó como Paul se iba, ella empezó a llorar de nuevo. Aun las cadenas no se podían abrir, ni cortar. Era como si estuvieran hechos de diamantes... según los diamantes eran casi irrompibles.

Se había quedado dormida, solo despertó al sentir que Paul la había esposado como estaba en la cama. Tenía manos y pies esposadas. Algo le decía que esto era malo. Muy malo.

—tú me hiciste a que llegara a este extremo... es por tu bien dulce Shirley.

Ella solo asintió esperando que terminara. De lejos vio cómo su madre llegaba con algo en sus manos.

"ayuda"

"ayúdame por favor"

Le pidió a su madre. Pero ella la ignoró. Y en su mente vino la cara de Edward y cuando él le dijo: "¿me aceptaras si me hago responsable de ti?"

Ella sonrió y solo trató de pensar en él. Solo faltaba dos días para que Edward regresara.

—con esto ningún hombre se te acercara, con esto sabrás de quien eres.

Y Shirley gritó en agonía al sentir el fierro caliente en su glúteo izquierdo.

Gritó de nuevo y trató de moverse para que esa placa de metal se alejara de su cuerpo.

—NOOOOOO NOOOOOOOO ¡POR FAVOR!

—es para que sepas quien es tu dueño.

Shirley rompió en llanto al darse cuenta que había sido marcada como ganado. La inconciencia y el dolor que estaba sintiendo la hizo desmayarse.

Shirley (Edward Cullen x oc)Where stories live. Discover now