6.8K 639 375
                                    

Esa solitaria noche y fría como el infierno, los sueños de ambos se despejaron, sus mentes estaban decididas a revivir el momento donde creyeron romperse el uno al otro con palabras inapropiadas para el momento, sin intención de hacerlo. Theo, cubierto entre mantas de tela fina, deja ser invadido por aquellas imágenes. Liam, reposado sobre las paredes heladas de azulejos blancos del baño, deja caer su cabeza bajo la tibia ducha y cierra los ojos intentando eliminar el mal sabor de boca que acompañó su malhumor todo el día.

¿Qué sucedió?

Un punzante e inexplicable dolor se acomoda dentro de Theo, un pinchazo rápido, descuidado, que lo deja un estado adormecido. Contó los segundos para que acabara aquella sensación que desgasta su resistencia a cada segundo. Aún no lograba entender como todos sus pensamientos generaron un sentimiento doloroso, afligido.

No estaba acostumbrado a ello, no.

El impertinente impulso de zafarse de aquel des-prolijo embrollo de mantas; salir, despejar su mente con el frío de la noche rozando sus partidas mejillas debido a las heladas de las mañanas escolares, es fuerte. Tanto, que esa presión en su pecho se olvida.

Mordió su labio inferior sin agresividad, realmente no desea sentir el metálico sabor a su sangre. Destruyó la acumulación de telas sobre él y evitó pensar en cuál será el destino de su caminata, mientras bajaba despacio de su "cama rodante". ¡Si, podría ir en su deslumbrante vehículo azul! Pero el sentido a "despejarse" se lo entregan las vueltas recorridas, paisajes diferentes, distracciones y emociones totalmente retraídas que surgían al caminar.

Las calles estaban desiertas, abandonadas, como si hubiesen decretado un toque de queda para todos los habitantes de Beacon Hills y él fuese el único capaz de romperlo. Movió sus pies al ritmo de la pequeña y suave brisa que corre tras él, dejando que los escalofríos se escabullan por su espalda baja hasta su nuca. Conocía las calles, recordaba sus nombres, en palabras más exactas, sabía perfectamente hacia donde está yendo, lo sentía, pero no quería detenerse. No lo haría.

Por primera vez, se dejó guiar, atento a los cambios extremos que presentaban los latidos de su corazón una y otra vez al acercarse cada vez más. Siquiera le gustaría saber por qué, por qué está ahí, por qué fue, por qué está parado frente al cálido hogar de Liam sintiéndose pequeño.

Torpe, aterrado y sorprendido.

Tres adjetivos que describían a la perfección el aroma que emana la quimera. El frío golpeó su rostro con deseo, atontando su vista unos segundos. Suspiró, arruinando toda posibilidad de controlar el torbellino interno de emociones que posee. Aquel remordimiento regresó en aquel momento de despiste, generando la duda una Theo. ¿Que hacía ahí, parado?

¿Que esperaba?

Apagado, con una enredada mueca, su primer impulso es dar media vuelta, pero simplemente, se negaba a la posibilidad de irse sin entender por qué estaba justo frente a esa casa. En silencio, esperó con ansias una respuesta, una palabra, una persona, algo que acabara con la invernal tormenta de preguntas.

¿Vendría?

Desprendido a la oportunidad de quitar todos aquellos pensamientos de su cabeza, Liam decidió hacerle caso a su estómago deseoso por recibir algún alimento que no llevara mucha preparación, ingredientes u cocción previa. Por alguna razón, el solitario ambiente de su hogar le causaba escalofríos, desagradables sensaciones internas que le gritaban buscar una compañía agradable para pasar la noche o al menos, una parte de ella.

Broken || Thiam Where stories live. Discover now