14º

3.2K 310 172
                                    


«Carnada, segunda parte.»

Poco a poco su respiración se cortaba, el frío recorría sin piedad alguna su espalda, pretendiendo no dejar efectos secundarios. Sus manos apretaban las sábanas con fuerza, quería despertar, abrir los ojos y ver la realidad, pero simplemente aquella pesadilla lo estaba absorbiendo con una dolorosa lentitud.

Necesitaba ese peso en su espalda que lo trajera de vuelta, anhelaba tener nuevamente esa voz en su cabeza pidiendo tomar fuerzas y vencer aquellos demonios internos, y el hecho de saber que no los tendría, rompía poco a poco sus esperanzas de despertar pronto. ¡Maldición! Lo necesitaba con desesperación, ardía en su piel pensar que pudo haberlo evitado.

Abrió lo ojos despertando un color dorado en ellos mientras las gotas de sudor formaban un camino arduo hasta su cuello. Quería rugir, sacar sus garras, correr y perder todo su control, realmente quería hacerlo, pero no podía. Necesitaba estar centrado, contener toda su ira hasta tener a quienes se llevaron a su ancla.

Clavó las garras en su mano, en busca de dolor, sangre y una pronta recuperación para devolver su humanidad. Las gotas rojas resbalaron hasta el suelo, sin preocuparse por el hilo suave que iban dejando tras ellas. Liam respiró profundo, aguantando ese pequeño pero sonoro quejido de dolor punzante en su mano que buscaba tomar toda la habitación.

El helado viento que se colaba por las ranuras de su ventana no colaboraba, en absoluto. Traían a su mente el recuerdo de la soledad caminando por aquellos metros cuadrados, posándose junto a él sin poder evitarlo. Cerró sus ojos con fuerza, presionando su memoria para olvidar todo lo que lo llevase a culparse por haber dejado que su otra mitad fuese arrancada de sí. Debía confiar en el plan de Scott, en que podría llegar a tiempo y verlo luchando por sobrevivir de los cazadores, era Theo y por alguna razón sentía que lo estaba haciendo.

Un mensaje iluminó la pantalla de su celular, Scott.
«Te recojo apenas salga el sol.» corto, conciso y lo suficientemente alejado a algo que Scott diría como para hacerlo temblar. Estaba listo, los vencería a pesar de su miedo a llegar tarde y destrozarse a sí mismo en busca de respuestas.

«Debía confiar.»

—¿Están todos de acuerdo?— preguntó el alfa, con anhelos de una aprobación múltiple.

—No.— escupió, Malia. —¿Por qué debemos arriesgarnos por alguien como Theo?— interrogó, analizando las futuras palabras de Scott.

—¡Porque es mi ancla!— gruñó, Liam frente a cada uno de los presentes. Sin importarle la reacción individual que los diferentes rostros portaban; Hayden dejó caer su mandíbula indignada, Scott sonrió, Stiles acompañó a una Lydia sorprendida con una mueca dulce.

—Además, no es el único enemigo que ha cambiado su camino. ¿Peter?— Derek, regresó el comentario invirtiendo las funciones.

—Bien, pero que sea rápido.

Argent, por su parte, se encontraba escondido junto a un gran número de cazadores que Araya presentó como sus aliados momentáneamente, hasta destruir a quienes se atrevieron a manchar el nombre de las Calaveras. La entrada principal estaba siendo defendida por hombres armados, vestidos de negro con una calavera blanca en sus espaldas, debían ser rápidos y distraerlos con su primer ataque.

—¿Listos?— preguntó, Chris, tomando por primera vez luego de años el arco metálico pertenecido antiguamente a Allison. Una sola flecha bastaría para ponerlos alertas, una sola fecha explosiva.

Broken || Thiam Where stories live. Discover now