15º

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«Carnada, tercera parte»

Si Theo en algún momento de su terroso camino había pensado que Liam podría dejarlo caer en cuanto la realidad pisara sus talones, estaba equivocado. —Buenos días.— habló, en voz baja, por primera vez en muchas horas.

—¿Estás bien?— preguntó, rápidamente un Liam dormitado. Sus perfectos ojos océano se filtraron en el intenso multicolor de Theo, sabiendo que la quimera detestaba con cierta fuerza perderse en sus ojos y no encontrar salida.

—Si, por fin lo estoy.— respondió, encendiendo el rostro en la ranura del cuello ajeno. —Gracias.— agregó, esperando a que el menor entre ambos supiese el "por qué" de ese repentino agradecimiento mañanero.

—¿Recuerdas cuando prometiste no irte de mi lado, no?— preguntó, abriendo sus medianos pero visibles ojos océano.

—Sí, por supuesto.

Recordaba aquel momento como si hubiese sido ayer, fue la primera vez que vió el temor en los ojos de Liam debido a una pesadilla. Recordaba cómo lo abrazó hasta poder tranquilizar sus destructivos pensamientos, tal y como él hubiese deseado que lo abrazaran al despertar a media noche gracias a Tara. Recordaba la impenetrable expresión de pena en Liam minutos después de que logró entrar en la inestable realidad que ambos estaban viviendo, un golpe aún más duro que la pesadilla, porque del sueño siempre puedes despertar y aclarar tu mente con la verdad, en la realidad no.

—Gracias por cumplirla.— añadió, acurrucándose entre los brazos ajenos, con una sensación de completa satisfacción.

—¿Sabes que debería ser yo quién agradezca?— comentó, mediando su risa entre una carcajada y una mueca.

Habían pasado días desde la última lucha que tuvieron como manada, donde Theo fue rescatado por una impensable fuerza en Liam que logró vencer los choques eléctricos que habían debilitado al mayor. Habían pasado días desde que Liam había perdido el control por última vez, Theo, sin saber cómo, lo mantenía en controlado. Su empeño en contener sus ataques cuando la ira o el enojo se presentaban ya no existía; simplemente se concentraba, pensaba en lo importante que la quimera se había vuelto y como sus brazos lo rodearían una vez más.

—Ambos tenemos cosas que agradecernos, ¿no crees?

La cínica pero infantil sonrisa que Liam había dejado ver en su rostro, hizo que el antiguo frío corazón de Theo latiera con una tranquilidad absoluta. Él beta noto eso cuando quiso poner atención al ritmo cardiaco de su contrario. —Sí, estoy de acuerdo.— sonrió, devolviéndole un suave sonido. Sus manos estaban juntas, parecían haber sido unidas con pegamento, y no las pensaban separar.

—Hay que ir a despedir a los demás.— comentó, sugiriendo con suavidad que debían levantarse y prepararse para la despedida de sus amigos. Hoy todos debían volver a sus respectivas universidades, lo que dejaba con cierta nostalgia a Liam, pero el saber que tendría con quien vivir nuevos momentos irrepetibles lo llenaba internamente de emoción.

Quería saber que les deparaba el futuro a ambos, ¿irían a la universidad? ¿Que estudiarían? ¿Seguirían juntos cuánto tiempo? Todas aquellas preguntas invadían su mente una y otra vez sin descanso. Theo lo sabía, notaba esas miradas risueñas en Liam al preguntarle sobre su futuro.
Aunque Liam lo último que buscaba hacer era agobiar a Theo con sus ataques de interés. —Liam.
Llamó, mientras el nombrado salía del baño con el cabello mojado y ropa que habitualmente utilizaba.

—¿Sí?— preguntó, interesado mientras abría sus cajones.

—Te amo.— susurró, entre un hilo de voz apenas audible. Lo suficiente para que los intactos sentidos sobrenaturales de Liam lo captaran. Era la primera vez que aquellas palabras salían de su boca, sin planearlo, sin pensarlo, así sin más las dijo.
Liam se congeló, allí mismo, parecía que su alrededor estaba dando vueltas mientras él intentaba recuperar el aliento. El interior de Theo se contrajo ante el pensamiento descuidado y negativo de que había apresurado los sentimientos entre amos.

Liam, sin mucho que decir, caminó lentamente hacia él y observando su afligida expresión, tomó su rostro y sin previo aviso lo besó. —Te amo.— murmuró, Liam en los labios ajenos.

—No quiero que te sientas presionado a decirlo, ¿está bien?— añadió, la quimera, a medio sonreír. Le había costado decir aquellas simples pero increíblemente importantes palabras y su miedo al rechazo era más grande que su felicidad al mostrarse tal y como lo sentía.

—Te amo, ¿me oyes?— aseguró, tomando nuevamente la mano de Theo y juntado sus palmas en un delicado y eterno momento suyo. Sus miradas parecían estar conectadas, el brillo que permanecía en sus labios se debía a una tierna felicidad en ambos. —¿Esto significa que iremos a la misma universidad?— preguntó, riendo suavemente.

Estaban bien, estaban cerca, se tenían el uno al otro y por increíble que sonara, no necesitaban de nadie más para estar calmados. El alma de Theo ya no pedía a gritos ser salvada, Liam lo había ayudado a calmar los internos gritos que por mucho tiempo habían estado torturando su paz, mientras que la calidez que Theo generaba que su acompañante dejara atrás todo sentimiento de furia que pudiese existir en su interior.

Se complementaban de una inexplicable manera, tal vez, hasta ellos fallarían en un intento de explicar la conexión que fugazmente se había formado tras una lucha, dos luchas o tres luchas donde palabras y sentimientos habían quedado enredados. Pero estaban bien así, sin querer explicarlo y viviendo día a día tan normal como Beacon Hills se los permitía, y así seguirían.

«Te amo.»







¡HOLA! 🥺
Realmente quiero agradecerles todo el apoyo que ha tenido esta historia. Comencé a escribirla sin saber que iba tener un gran apoyo a medida que actualizaba y aún me cuesta creerlo, pero simplemente lo mínimo que puedo hacer es agradecerles por estar ahí en cada capítulo.
Este es el final de la historia, aunque no sea demasiado larga y perfecta esté lejos de ser.
Pronto subiré otro fanfic Thiam, por si les interesa.
Pero mientras tanto, ¡gracias!
¡Los quiero!
🥺🖤

Broken || Thiam Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang