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¿Cómo borraba aquel sentimiento? Esa sensación instalada en su pecho de manera innecesaria, que no lo dejaba siquiera respirar sin hacerse presente junto a una presión increíblemente fuerte. Theo pocas veces, en lo que llevaba del año, había pasado por una situación donde no supiese reconocer sentimientos, pero ver a Hayden colgando de los brazos de Liam, generaba algo irreconocible en él.

Cerró la puerta metálica de su taquilla con fuerza, por consecuencia obtuvo un grave y estruendoso sonido. El pasillo se encontraba desierto, apenas algunas "almas" recorrían el corredor, lamentablemente no evitó que todos esos ojos ajenos fuesen clavados en él. —¿Sucede algo?— preguntó, Liam, acercándose cautelosamente, mientras sus manos se resguardaban en sus bolsillos.

—No.— respondió, haciendo frente a la sequedad de su tono de voz.

—¿Estás seguro?— agregó, preparándose para una segura evasión de Theo.

—Si, tengo demasiada tarea.— su voz había cambiado de estar intensificado a parecer indefenso.

—Déjame ayudarte.— estableció, Liam. Indefenso a cualquier respuesta desanimada del mayor frente a él.

El remordimiento cayó sobre Theo, expandiendo una sensación irritante en su piel cálida. Hayden no estaba frente a ellos, siquiera cerca, pero Theo podía sentir sus pensamientos preguntándose por su repentina unión, una inesperada y repentina unión.
Una parte de sí, negó todo pensamiento que se acercara a una respuesta positiva y indolora para Liam, otra, simplemente, se rindió ante la sonrisa descabellada entregada por Liam, que desmotivó a presentar palabras negativas.

—Está bien.— murmuró, indescriptible.

El ambiente dentro de ellos se presentó con tensión, los recuerdos de Theo en aquella biblioteca parecían estrellas fugaces escapando hasta plantarse en su mente sin descanso. Las mesas y sillas marrones, la luz tenue, el aroma a libros apilados sin haber sido movidos en meses y el sonido de las hojas desplazándose removían los más oscuros recuerdos de Theo.

La concentración de Liam, desgraciadamente, le había impedido conservar todo sentido sobrenatural activado. Pendiente de aquellos número impresos, imposibles de resolver. —Tengo un resultado.—comentó, agrandado su mueca desagradable. —Esto es erróneo, no debería terminar así.— agregó, desanimado, levantando la cabeza en dirección a Theo. A un Theo tieso, desprendido de todo aquellos que pudiera ser llamado realidad.

—Theo.— llamó, perdido. —Podemos irnos.— añadió, siguiendo aquellos ojos repletos de sentimientos que desconocía.

—¡No!— respondió, presionando sus labios. Acallando un reprimido grito que desgarraba sus músculos poco a poco.

—Theo.— mencionó, nombrándolo. —No puedes seguir torturándote de esta manera.— exclamó, pretendiendo utilizar un tono suave, que no fuese lo suficientemente rudo como para arrebatar la poca tranquilidad que Theo poseía. —Los errores que cometiste en el pasado no deberían de seguir en tu presente, porque aprendiste de ellos, reconociste todo aquello que hiciste equivocadamente.— murmuró, silencioso. —Todos lo hacemos, Theo. Pero, mis palabras no van a servirte de nada si tu no te abres a la posibilidad de dejarlo ir y perdonarte.— un balde de agua fría había caído sobre la espalda del mayor, haciéndolo sentir frágil e inexplicablemente débil, aún sabiendo que Liam tenía razón. —Yo te perdoné, Scott lo hizo, Lydia lo hizo, Stiles lo hizo. Ahora, debes perdonarte tú mismo.

«Yo te perdoné.»

El camino hasta el arroyo fue lento, pasivo para alguien sobrenatural con rapidez inigualable. Un ramo de lirios blancos colgaba suavemente de su mano, decidido a hacerse valer las palabras de Liam.
Una fresca brisa atravesó su chaqueta con fuerza, destinada a hacerlo retorcer ante un escalofrío desgraciado, que rápidamente se derritió debido al delicado toque caliente de la mano de Liam sobre su hombro derecho.

—Estaré aquí.— comentó, desviando su sonrisa hacia el costado izquierdo de su rostro.

Sus pasos fueron lentos, despreciando la limpieza de sus zapatillas, pisaba los charcos de lodo fresco sin remordimiento tanto previo como posterior. Agradeció mentalmente aquel clima, un cielo descaradamente cubierto por nubes grises y un color azul aparente a simple vista. Con la mandíbula desencajada, mordió su labio inferior con fuerza antes de terminar de acercarse a la barandilla de madera cubierta de moho entre tonos verdosos.

Estiró su mano frente al puente y rozando con miedo las flores, tomó una con cuidado de no dañarla. La mantuvo unos segundos bajo una mirada amenazantemente suave, desprendida de todo sentimiento maligno que pudiera existir en ese momento, la dejó caer en el pequeño caudal de agua pronunciando las siguientes palabras «Lo siento.» alejando una parte de aquellos recuerdos exageradamente horrorizados.

Lo sentía por su hermana, víctima de sus horribles decisiones egoístas. Lo sentía por sus padres, quienes habían perdido a ambos de sus hijos. Lo sentía por todos aquellos a quienes lastimó. Lo sentía por quienes confiaron en él y los traicionó lentamente. Lo sentía, realmente lo hacía.

Cautivando a Liam, quien parecía estar bajo un trance desafortunado, terminó de arrojar con cariño las flores. Despidiéndose de todos esos recuerdos pertubadores, deseando comenzar, una vez más, una nueva vida en Beacon Hills. Crujió sus nudillos, sonido que los oídos sobrenaturales de Liam captaron como un estruendo que lo sobresaltó en su misma posición. —Theo.— llamó, nervioso. A lo que la quimera jadeante por aquel llamado, le respondió sin decir absolutamente nada, solo enviándole una mirada excesiva en dulzura que hizo temblar a Liam.
—Estoy orgulloso.— mencionó, terminando sus palabras en una sonrisa.

—Yo también.— respondió, en voz demasiado baja.









¡Hola! Aquí les dejo un nuevo
capítulo, espero que les guste. ✨🖤
Pronto vendrá el capítulo 7º <3

Broken || Thiam Where stories live. Discover now