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—¡Eres un completo idiota, Theo!— exclamó, reteniendo los rugidos que rogaban salir de su boca. —¡¿No tienes sentido de supervivencia?!— pregunta, con la ira demostrando en sus ojos.

—¡Debía que salvarte!— respondió.

—¡No, no tenías!—

—¡Si, debía hacerlo. No iba a dejarte morir, Liam!—

—¡La bala pudo haber fallado!—

—¿Cubierta con Wolfsbane?— agregó, intentando hacerlo reaccionar ante la situación recién vivida.

—Escúchame, no vuelvas a hacer eso, nunca.— susurró, buscando sus labios. —No soportaría perderte, mucho menos por salvarme.—

«El comienzo.»

Liam caminaba por los atados pasillos de la preparatoria con una sonrisa, posiblemente esa mueca podría deberse a lo qué pasó la noche anterior. Mason había comenzado a sospechar, sus preguntas lo habían delatado, pero Liam, por una vez, utilizó la razón y evitó responder impulsivamente frente a su amigo, dejándolo con todas las dudas sobre lo que pudo haber ocurrido luego de su despedida.

Sus pasos eran tranquilos, poco apresurados aún sabiendo que tendría un severo llamado de atención por su retraso a su primera clase: biología molecular, profesora Finch. Sorpresivamente, el saber que el tedioso lunes comenzaba con una de sus peores enemigas, hablando de la preparatoria, no le causaba desagrado.

Entró al salón canturreando, desviando su mirada hasta el asiento vacío de su acompañante. El lugar de Liam parecía desolado, sin Mason a su lado, debía sentarte con Corey, las clases junto a la quimera pasaban más rápido y los delicados juegos que existían entre ambos los ayudaba a pasar el aburrimiento. Tomó asiento, agradeciendo internamente que la señorita Finch tuviera un retraso más grande que el suyo.

—Gracias a ti, soy veinte dólares más rico.— bromeó, Corey animado.

—¡Cállate!— exclamó, Liam, igualando la serena risa de su contrario.

—Por cierto, Liam.— mencionó, con tranquilidad en su tono. —El entrenador citó al equipo una hora antes hoy.— reveló el dato, dejando su móvil en la mesa blanca frente a él.

—¿Por qué?— preguntó, Liam desconocía las ocasiones en que los horarios eran movidos.

—No lo sé, solo ve una hora antes Liam.— agregó, cerrando su mochila.

—Pensé que tendría tiempo de almorzar algo antes de la práctica.— murmuró, bajando humos a su buen ánimo levemente.

El tiempo, luego de aquella notificación, pasó lento, como si se tratara de una mañana cubierta de monotonía, embarrada de aburrimiento y manchada de desganas. El sueño recayó sobre Liam una vez más, declamando sus horas de sueño faltantes, pero debía mantenerse despierto hasta pasar su práctica.

Cruzó el pasillo, abriéndose paso entre los amontonados alumnos que rogaban salir de ahí de una vez. Se habría ido junto a la imposible multitud, el sueño consumía su ser y estaba deseoso de una cama, pero era el co-capitán del equipo, debía cumplir con las responsabilidades que le eran otorgadas al ser elegido por el entrenador como uno de los líderes. Quejumbroso, llegó hasta la puerta de los vestidores, aún las luces estaban apagadas, el encierro podía sentirse desde afuera, Liam lo sentía. Tomó la perilla plateada y la giró, logrando que un chirrido escapara de la misma, intencionado a entrar, puso un pie cerca del marco blanco que recorría la puerta y luego el otro.

Broken || Thiam Where stories live. Discover now